Solo Bolt
El jamaicano, m¨¢s intocable que nunca en unas semifinales de 200m amargas para Bruno Hortelano, que qued¨® eliminado, como Blake y Gatlin
Puede que Usain Bolt sea dios, pero el asunto de los profetas lo tiene complicado. Solo Bolt luci¨® espl¨¦ndido en unas semifinales de 200m que significaron el ocaso quiz¨¢s definitivo de Justin Gatlin y sus canas de sabidur¨ªa y la eliminaci¨®n de Bruno Hortelano, que tantas esperanzas hab¨ªa concitado. Puede que el p¨²blico brasile?o no entienda de atletismo, y puede que sea bruto y futbolero, pero sabe de qu¨¦ va la cuesti¨®n de los ¨ªdolos y sus exigencias. Medio llen¨® el estadio justo minutos antes de la carrera del ¨ªdolo; lo desert¨® justo despu¨¦s. Solo Bolt.
Hortelano quer¨ªa ganar su semifinal y con un buen tiempo para tener buena calle en la final. Sali¨® a por ello. Termin¨® cuarto con 20,16s, cuatro cent¨¦simas m¨¢s que en las series en las que dej¨® el r¨¦cord de Espa?a en 20,12s. ¡°Quien no tiene grandes objetivos no alcanza ni los m¨¢s peque?os¡±, dijo. ¡°Sab¨ªa que Blake y Gatlin no pasar¨ªa, pero pensaba que era porque les sacar¨ªa yo¡ Les dese¨¦ suerte a los dos. Deber¨ªa hab¨¦rsela deseado tambi¨¦n a Martina¡±. No gaf¨® al holand¨¦s al que descalificaron en su favor en el Europeo de ?msterdam. Ll¨¢menlo justicia po¨¦tica: qued¨® segundo, detr¨¢s de Edwards y delante de Gatlin, y disputar¨¢ la ¨²ltima final en solitario de Bolt.
En la calle cuatro Hortelano corri¨® la semifinal m¨¢s valiente que se recuerda a un atleta espa?ol en el escenario de la velocidad. Ejecut¨® su plan, pero el cuerpo no le respondi¨®. Su organismo, pese a sus excelentes cualidades de resistencia, a¨²n no se ha adaptado a la velocidad a la que logra acelerarlo el sprinter de Cornell. Cada carrera es un reajuste casi de revoluci¨®n leninista, un peque?o paso atr¨¢s respecto a la anterior para volver m¨¢s fuerte en la siguiente, ya adaptado a un nuevo estado. Marc¨® en la curva a Gatlin, por su izquierda, y a Alonso Edwards por su derecha. Dos atletas de menos de 20s. Sali¨® a la recta mejor colocado, m¨¢s cerca, que la v¨ªspera, pero llegado el momento en el que su t¨¦cnica y sus largas piernas deber¨ªan haberle permitido frenar mejor que los rivales la desaceleraci¨®n inevitable de los 150 metros, las fuerzas le fallaron. Se encontr¨® cansado, dijo. No alcanzaba a los rivales como hab¨ªa previsualizado. Se dio cuenta de que no llegar¨ªa. ¡°Hacer marca personal el d¨ªa anterior pasa factura¡±, dijo. ¡°Mi cuerpo ha asumido ahora las marcas que hice en abril, un par de d¨¦cimas superiores, que puedo repetir ahora tranquilamente. Dentro de unos meses, asumir¨¢ las de ahora. As¨ª se progresa. Pero 24 horas despu¨¦s de un 20,12s quiz¨¢s era demasiado¡±.
Hace dos meses, era impensable pensar que un espa?ol podr¨ªa hablar as¨ª despu¨¦s de una carrera ol¨ªmpica. M¨¢s imposible era pensar que un espa?ol pudiera tener grandes aspiraciones en el territorio donde caribe?os y norteamericanos r¨¢pidos celebran sus justas.
Como Yohan Blake, su amigo, ha estado lesionado y no se ha recuperado y no pod¨ªa participar en su fiesta habitual de las semifinales, Bolt se busc¨® un nuevo compa?ero de juegos. Lo encontr¨® en el m¨¢s brillante de los j¨®venes que llegan, el canadiense Andre de Grasse, de 21 a?os, bronce en los 100 de R¨ªo y tambi¨¦n en los del Mundial de Pek¨ªn. De Grasse se hab¨ªa levantado motivado y decidi¨® participar con todas sus fuerzas. Sali¨® a batir el r¨¦cord de su pa¨ªs y lo consigui¨®, 19,80s, mejorando ocho cent¨¦simas su mejor marca. Para ello se vio obligado a empujar a Bolt, que corr¨ªa a su lado, a correr los 200 metros completos, no 150, como acostumbra. Despu¨¦s de una curva extraordinaria, su reino, el jamaicano gigante quiso comenzar a desacelerar, pero el canadiense no paraba, no paraba. Al final, Bolt se volvi¨® y le dijo, ?ad¨®nde vas, loco?, ?no ves que es una semifinal? ¡°Ten¨ªa un d¨ªa vago y me hizo correr¡±, dijo Bolt, que gan¨®, por orgullo, la semifinal con 19,78s, su mejor marca del a?o. ¡°En la final ser¨¢ otra cosa. Definitivamente, creo que puedo batir el r¨¦cord del mundo. Pero debo correr eficientemente¡±.
Ser¨¢ la final de Bolt y sus coristas, un variado elenco de velocistas. Siete de siete pa¨ªses diferentes. Han pasado los a?os. A Bolt ya solo le faltan tres d¨ªas para cumplir los 30, y solo ¨¦l, entre los de su generaci¨®n, resiste el paso del tiempo inmutable. Los dem¨¢s vienen, van, vuelven y desaparecen. Queriendo apretar a Bolt, que volar¨¢ a por el r¨¦cord y a por su tercer doble ol¨ªmpico 100-200 consecutivos, habr¨¢ un canadiense (De Grasse), un estadounidense (Merrit, el bronce de los 400 de Van Niekerk), un franc¨¦s (Lemaitre, que regresa), un paname?o (Edwards), un brit¨¢nico (Gemili, que progresa), un turco (Guliyev, que ya estuvo en Pek¨ªn) y Martina, el holand¨¦s. Podr¨ªa haber estado tambi¨¦n un espa?ol. Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ uno. Ser¨¢ Hortelano, el velocista que no teme a nadie, que todav¨ªa anda buscando sus l¨ªmites y sigue sin encontrarlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.