Una despedida a lo grande para la mejor d¨¦cada del baloncesto argentino
La Generaci¨®n Dorada, con Gin¨®bili a la cabeza, deja una marca indeleble para el deporte austral
¡°La gente allegada a otros deportes no tiene idea de la dimensi¨®n que tiene esto. Dominamos a Estados Unidos por a?os, logramos una medalla dorada, un subcampeonato del mundo... Fue inmenso, sobre todo porque el nuestro no es un pa¨ªs basquetbolero¡±. Andr¨¦s Nocioni trataba de resumir as¨ª la historia de su generaci¨®n, la mejor de la historia del basket argentino. Es que, aunque su ego no lo permita, el Chapu bien puede considerarse una de las apariciones m¨¢s rutilantes de la historia del baloncesto argentino. Pero, ?Cu¨¢l fue el germen de la Generaci¨®n Dorada?
Los aficionados del deporte coinciden en un nombre propio: Le¨®n Najnudel, el art¨ªfice fundamental para que el 26 de abril de 1985 naciera la Liga Nacional de B¨¢squet en Argentina (LNB), junto a los entrenadores Jos¨¦ Mar¨ªa Cavallero y Horacio Segu¨ª y el periodista Osvaldo Ricardo Orcasitas. El torneo ten¨ªa como meta principal el federalismo en un pa¨ªs de 5.000 kil¨®metros de sur a norte donde los costos de traslado son alt¨ªsimos. Entonces, los creadores decidieron un formato zonal y playoffs al final de la temporada. Las provincias de C¨®rdoba y Bah¨ªa Blanca enseguida se convirtieron en puntales de un torneo que fue ganando en competitividad con el correr de los a?os. Por esos a?os, en Estudiantes de Bah¨ªa Blanca, un ni?o de 8 a?os comenzaba a picar una pelota. Su nombre es Emanuel Gin¨®bili.
El paso del alero que hoy cosecha cuatro anillos de NBA por la liga argentina fue corto, de apenas 3 a?os, pero gracias al car¨¢cter federal del torneo, Manu pudo jugar sus primeros partidos en Andino de La Rioja, una provincia que dista a 1.300 kil¨®metros de su ciudad natal. Gin¨®bili fue nombrado mejor debutante de la LNB en 1995; luego, jug¨® una temporada en el club que lo vio nacer antes de viajar a Italia, donde brill¨® en Viola Reggio Calabria y Kinder Bologna. En Europa gan¨® dos copas de Italia, una liga y una Euroliga, siendo el MVP en todas las finales. Entonces, lleg¨® el turno de las grandes ligas, aunque para eso le fue fundamental vestir los colores celeste y blanco.
El acta de nacimiento de la Generaci¨®n Dorada se hizo el 4 de septiembre de 2002 en la ciudad de Indian¨¢polis, en Estados Unidos. Ese d¨ªa, una decena de jugadores encabezados por Luis Scola, Fabricio Oberto, Emanuel Gin¨®bili, Hugo Sconocchini y Andr¨¦s Nocioni le quit¨® el invicto a la m¨¢xima potencia del baloncesto, en su casa, por 87 a 80. En ese Dream Team jugaban, entre otros, Reggie Miller, Paul Pierce y Jermaine O?Neal. Finalmente, Argentina se llevar¨ªa la medalla de plata al perder la final con la Yugoslavia de Stojakovic. El nacido en Serbia, junto con el alem¨¢n Dirk Nowitzki y el chino Yao Ming aprovecharon el torneo como puerta de entrada a la NBA. Gin¨®bili tambi¨¦n y fue fichado ese mismo a?o por San Antonio Spurs, equipo en el que ya ha ganado 4 anillos.
Manu fue el primer jugador de baloncesto argentino que jug¨® una temporada entera en la m¨¢xima competici¨®n. Tras ¨¦l, fueron fichados Luis Scola (tambi¨¦n por los Spurs), Rub¨¦n Wolkowyski (el primero en ser fichado por un equipo NBA, Seattle Supersonics en el a?o 2000), Andr¨¦s Nocioni, Fabricio Oberto, Walter Herrmann, Carlos Delfino y Juan Ignacio Pepe S¨¢nchez, entre otros. De los nombrados, solo Luis Scola naci¨® en la ciudad aut¨®noma de Buenos Aires, all¨ª donde se almacenan las oportunidades que no se encuentran en las provincias¡ Hasta Najnudel, claro est¨¢.
Esos jugadores, junto con Alejandro Montecchia, Gabriel Fern¨¢ndez, Hugo Sconochini y Leo Guti¨¦rrez fueron los art¨ªfices del m¨¢ximo logro del baloncesto argentino: la medalla dorada en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004, donde Argentina volvi¨® a ganar preseas de oro luego de 52 a?os de frustraciones. Y si de fechas se trata, hay que se?alar la del 27 de agosto de 2004, cuando la Generaci¨®n Dorada volvi¨® a derrotar al Dream Team por 89-81. La cosecha total de este grupo de deportistas es todav¨ªa m¨¢s grande: al oro de Atenas y la plata de Indian¨¢polis hay que sumarle una medalla de bronce en Pek¨ªn 2008 y 2 medallas doradas, 4 de plata y 1 de bronce en el campeonato FIBA Am¨¦ricas. Pero lo m¨¢s importante que han dejado es el legado de caballerosidad, compa?erismo y obstinaci¨®n por superarse que, am¨¦n de las renuncias y los nombres, han marcado a fuego en el deporte argentino. Con un calor tan intenso como el que se necesita para fundir un lingote de oro.
El propio entrenador estadounidense Mike Krzyzewski lo defini¨® tras ver a los jugadores argentinos reunidos en un solo abrazo antes de un partido: ¡°Cuando vi eso, le dije a mi ayudante que olvid¨¢ramos todo el scouting que hab¨ªamos hecho con este equipo, es a ese esp¨ªritu al que tenemos que vencer, al del compromiso por una camiseta, por un pa¨ªs, un compa?ero y la hermandad como grupo¡±.
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