Zidane, desde el kil¨®metro cero
El t¨¦cnico franc¨¦s afronta la temporada con menos fichajes en las dos etapas de la presidencia de Florentino P¨¦rez
Despu¨¦s de m¨¢s de 1.000 millones invertidos en unos 50 fichajes, Florentino P¨¦rez cambi¨® el tiro el verano pasado tras 13 agostos como gran agitador del bazar futbol¨ªstico. A cambio de 55 millones llegaron Danilo y Asensio, publicitados antes de finalizar la temporada, los readmitidos Kiko Casilla, Casemiro, Lucas V¨¢zquez y Cheryshev, y Kovacic. Esta vez, solo repesca y limitada a tres repatriados: Morata, Asensio y Coentrao. Resulta parad¨®jico que el gran frenazo se haya producido con Zinedine Zidane en el banquillo. Hasta la llegada de tres de sus actuales jugadores, Cristiano, Bale y James, nadie hab¨ªa superado los 75 millones que cost¨® el franc¨¦s-jugador en 2001. Zizou, santo y se?a de aquel despegue gal¨¢ctico que se inici¨® con Figo un a?o antes, tiene ahora que defender la Und¨¦cima y reconquistar una Liga que se le resiste al Madrid ¡ªha ganado una de las ocho ¨²ltimas¡ª casi con el mismo cesto con el que debut¨® en enero. Y no es un cesto cualquiera. Aun sin fichajes, el Real Madrid mantiene su extraordinario chasis y gana pujanza con Morata y el fulgurante Asensio, el gran gancho de la pretemporada, para suplir las bajas de Arbeloa y Jes¨¦, que se cans¨® de anidar en la sala de espera. Tan comprensible como larga es la distancia que le separa de Cristiano Ronaldo, Benzema y Bale.
Zidane tiene cuajo sobrado para afrontar su primera gran aventura desde la l¨ªnea de meta
Pese a no tener que enhebrar a un nuevo fichaje de otra galaxia, Zidane tiene tajo. Ya no podr¨¢ apelar a su presunta interinidad. Tiene mando en plaza desde el inicio, le avalan dos trofeos, la Champions y la Supercopa de Europa, y el favor de una hinchada tan exigente. Buena parte de la afici¨®n que le idolatr¨® como el maravilloso futbolista que fue y que ha brindado por sus ¨¦xitos como m¨ªster, por ag¨®nicos que estos fueran. Zidane tiene cuajo sobrado para afrontar su primera gran aventura desde la l¨ªnea de meta. Entre sus tareas prioritarias estar¨¢ mecer con tacto al grupo para que no se quiebre entre los titular¨ªsimos y los frustrados aspirantes. Un trance similar al de su colega Luis Enrique. En un Bar?a y un Madrid con tanta excelencia, tan perfilados sus equipos de etiqueta, es casi milagroso que alguien pueda meter una cu?a. Ni siquiera por el hecho de que para ser suplente en un Real Madrid tambi¨¦n hay que tener cach¨¦. La situaci¨®n desgasta a quienes se ven con raz¨®n como teloneros, casos madridistas de Jes¨¦, James, Isco... Jugadores de primera l¨ªnea que se resisten a su papel secundario. Basta con certificar que en la plantilla actual del Madrid tan solo el novicio Rub¨¦n Y¨¢?ez, un tercer portero de 22 a?os, no ha sido internacional absoluto. Zidane, como ha proclamado con reiteraci¨®n, los quiere a todos, pero cinco quedar¨¢n descartados cada jornada.
El galo tendr¨¢ que combatir desde el div¨¢n el riesgo de cualquier desmotivaci¨®n. En momentos puntuales del curso, con la interferencia de ese Mundialito de Clubes que poco da y tanto quita, tendr¨¢ que recurrir a los reservistas. Entre ellos a Morata, cuyo puente a¨¦reo ha costado 30 millones tras forjarse en el Juventus ante carcelarios de ¨¦lite como Chiellini, Bonucci y Barzagli. El ariete madrile?o, con el muro de la BBC por delante, defiende su puesto en la selecci¨®n espa?ola, puerta que est¨¢ a punto de derribar Asensio y ya ha cruzado Lucas V¨¢zquez. Estos dos ¨²ltimos deber¨¢n abrirse camino entre Modric, Kroos, Isco y James, si es que alguno no arroja la toalla antes del cierre del mercado.
Zidane tendr¨¢ que combatir desde el div¨¢n el riesgo de cualquier desmotivaci¨®n
Zidane tiene un equipazo titular y mucho y bueno donde elegir. No le falta de nada, salvo quiz¨¢ un relevo claro para Casemiro, el ¨²nico que se siente a gusto como ancla. El club ha preferido que Kroos, pese a que le incomode el puesto, cargue con la mochila de Casemiro cuando no haya m¨¢s remedio, y ceder a Marcos Llorente al Alav¨¦s con otra idea de reenganche no lejana. Tampoco el incombustible Marcelo tiene sombras. Coentrao ha vuelto como se fue, por la gatera.
Al margen de c¨®mo gu¨ªe al segundo pelot¨®n y sosiegue los egos, ser¨¢ interesante comprobar si se alteran los papeles de los dos jugadores bandera, Cristiano y Bale. De alguna manera, dos ganadores de la Eurocopa. Ambos, pese a la lesi¨®n en la final de CR, fueron decisivos, y lo fueron por v¨ªas diferentes de su tr¨¢nsito por el Madrid. Uno, Cristiano, explot¨® la veta que ya ven¨ªa apuntando en su club. Cada vez habita m¨¢s en el ¨¢rea dedicado a descerrajar porter¨ªas. Alejado del per¨ªmetro del gol ha perdido influencia; cerca de las redes mantiene intacto su incontenible colmillo depredador. El caso de Bale es otro. Con Gales se mostr¨® como un futbolista m¨¢s vers¨¢til, con mayor campo de acci¨®n, no limitado a una banda. Bale no solo fue el atacante total que se atisbaba, sino que tuvo el remangue defensivo que tantas veces le ha faltado de blanco, donde parece haberse establecido porque s¨ª que el pico y la pala no es cuesti¨®n de los delanteros. En el gal¨¦s, si remite la frecuencia de sus molestias f¨ªsicas, hay mucho m¨¢s que un ca?onero. Ya lo sabe Zidane. Es cuesti¨®n de que lo interiorice Bale, piedra angular en el proyecto del club. Tampoco ser¨¢ cuesti¨®n menor el rendimiento de Benzema, futbolista capital en la arquitectura ofensiva del equipo, tras tantas turbulencias personales. Para sosiego madridista, ninguna influencia mejor para Karim que la de su compatriota Zidane.
Encajadas las piezas desde el exitoso curso pasado en Europa y sin nuevos cromos con brillantina, le toca a Zidane, ahora ya desde el kil¨®metro cero, gestionar tanto la pizarra como el esp¨ªritu de un equipo respaldado como nunca por un club que se ha contenido en el rastrillo como jam¨¢s. Un Madrid ins¨®lito, pero igual de atractivo por sus veteranos que por sus noveles.
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