Rep¨²blica de Phelps
Solo cuatro pa¨ªses suman m¨¢s oros en nataci¨®n que el atleta estadounidense. Re¨²ne una mezcla explosiva de rasgos f¨ªsicos excepcionales y un car¨¢cter rabioso y fr¨ªo
Los 23 oros ol¨ªmpicos de Michael Phelps despu¨¦s de su participaci¨®n en cinco olimpiadas consecutivas le situar¨ªan en la quinta posici¨®n del r¨¢nking hist¨®rico de medallas de nataci¨®n por pa¨ªses desde 1896. Justo por encima de Jap¨®n, una de las potencias tradicionales de la piscina, que tiene 20. Tan descomunal es la haza?a del hombre que solo puede medirse con la suma de generaciones de comunidades enteras.
No hay pruebas que expresen mejor la trayectoria de Phelps en los Juegos que los 200m mariposa y los 200m estilos. Los 200 estilos son, como el decatl¨®n, el test de la excelencia acu¨¢tica. Los 200 mariposa, la carrera que m¨¢s ¨¢cido l¨¢ctico produce en los participantes, la m¨¢s dura en t¨¦rminos fisiol¨®gicos. Fueron las dos pruebas individuales que Phelps gan¨® en Rio. Su reino.
S¨ªdney 2000 registr¨® su primera actuaci¨®n ol¨ªmpica. All¨ª acudi¨® para nadar ¨²nicamente los 200 mariposa. Ten¨ªa 15 a?os y qued¨® quinto en una final que se le hizo demasiado corta cuando ganaba terreno a sus siete contendientes. Si la piscina hubiera tenido diez metros m¨¢s, qui¨¦n sabe lo que habr¨ªa sucedido. Phelps fue oro en Atenas, oro en Pek¨ªn, y plata en Londres, donde lleg¨® mal entrenado y nad¨® en 1m 53,01s, cinco cent¨¦simas de segundo m¨¢s que el campe¨®n Chad le Clos. Si Phelps se esforz¨® por estirar su carrera hasta 2016 fue, en gran medida, para recuperar el basti¨®n de sus 200 mariposa. Lo consigui¨® el pasado 9 de agosto. Con tanta autoridad que apenas se sinti¨® presionado. Par¨® el cron¨®metro en 1m 53,36s. Casi cuatro d¨¦cimas m¨¢s que el tiempo que le vali¨® la plata en Londres. Al menos un segundo m¨¢s r¨¢pido que sus rivales. El japon¨¦s Mataso Sakai, de 21 a?os, y el h¨²ngaro Tam¨¢s Kendersi, de 20, ocuparon los dos escalones inferiores del podio. La estrella emergente de 2012, Chad le Clos, qued¨® cuatro con 24 a?os. En nataci¨®n, los 24 son el umbral de la veteran¨ªa.
La juventud de su oposici¨®n explica el fen¨®meno. La gran anomal¨ªa de Phelps se deduce de sus 31 a?os. Una edad con la que ning¨²n nadador fue capaz de ganar un oro individual. Hasta Rio.
El cuerpo fino y largo (193 cent¨ªmetros), la envergadura desproporcionada (203 cent¨ªmetros), las manos grandes, las piernas cortas que le permiten quemar menos energ¨ªa, y los pies de gigante (calza un 46), componen una sucesi¨®n de rasgos excepcionales. El car¨¢cter rabioso y fr¨ªo a un tiempo, destilaci¨®n de complejos inefables, a?ade otro ingrediente a la extra?a mezcla que hizo explosi¨®n cuando la descubri¨® Bob Bowman.
Bowman y Phelps trabajaron juntos durante 20 a?os. No se conoce un binomio t¨¦cnico-atleta m¨¢s longevo en el deporte.
Los recuerdos de Bowman explican c¨®mo el entrenador cincel¨® al joven hasta transformarlo en un competidor impasible ante los imprevistos. Tambi¨¦n advierten sobre la frontera entre la ciencia, el amor y la perversi¨®n en la relaci¨®n del deportista y su preparador.
¡°En la Copa del Mundo de Melbourne de 2003 pis¨¦ sus gafas¡ deliberadamente¡±, recuerda Bowman. ¡°?l dijo: ¡®Alguien ha pisado mis gafas¡¯. Y yo le dije: ¡®Ah, pues¡ vas a tener que competir si ellas¡±.
Phelps, ¨²nico
Bowman y Phelps trabajaron juntos durante 20 a?os. No se conoce un binomio t¨¦cnico-atleta m¨¢s longevo en el mundo del deporte. Se conocieron en el Club de Nataci¨®n del Norte de Baltimore en 1996, cuando Phelps ten¨ªa 11 a?os. La iniciaci¨®n fue algo tard¨ªa, en relaci¨®n a la mayor¨ªa de los nadadores que compiten en los Juegos.
¡°Con 11 a?os Michael era tan r¨¢pido que lo pusimos a nadar con ni?os mayores que ¨¦l¡±, rememora Bowman. ¡°Entonces vi que al final de la pr¨¢ctica, cuando las series se hacen m¨¢s dif¨ªciles, su peque?a gorrita se mov¨ªa hacia adelante hasta hacer los mejores tiempos en cada largo que repet¨ªamos. Fue tan notable que nunca he vuelto a ver una cosa as¨ª. Me conmovi¨® tanto que aquella noche no pude dormir. Pero, por supuesto, no se lo dije a nadie¡±.
¡°Fue como descubrir a Secretariat¡±, dijo el t¨¦cnico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.