Se busca suplente indiscutible
Alc¨¢cer acepta lo que otros rechazaron: formar parte de la impresionante plantilla del Bar?a, en cuyo banquillo tiene guardado un sitio de honor
Lleva el Bar?a medio verano peinando el mercado (estos latiguillos del lenguaje futbolero son tan absurdos como agradecidos) en busca de un delantero por petici¨®n expresa de su entrenador, Luis Enrique. Un delantero suplente, para m¨¢s se?as. Dicen los que saben que ya lo ha encontrado: Paco Alc¨¢cer es el elegido. Internacional absoluto, hasta la semana pasada era el s¨ªmbolo del Valencia. M¨¢s pronto que tarde el chico har¨¢ las maletas y se ir¨¢, previo pago de 30 millones de euros, a Barcelona. Llegar¨¢ all¨ª para formar parte de una de las mejores plantillas del planeta, en cuyo banquillo tiene guardado un sitio de honor. Porque salvo lesi¨®n o circunstancia parecida no deseada, la posibilidad de que el chico consiga una plaza de titular en detrimento de Messi, Luis Su¨¢rez o Neymar es, para ser exactos, ninguna. Lo mismo ocurre en el Madrid, donde Morata podr¨¢ acumular m¨¦ritos y vivir en la gloria el breve espacio de tiempo en que no est¨¦n Benzema y Cristiano. Cuando estos vuelvan no le quedar¨¢ m¨¢s papel que el de ser el indiscutible suplente de la llamada BBC.
Dice el refranero, tan sabio que cada qui¨¦n lo utiliza a conveniencia, que m¨¢s vale ser cabeza de rat¨®n que cola de le¨®n. Pero no todo el mundo piensa igual. Alc¨¢cer era cabeza de rat¨®n en el Valencia (l¨¦ase rat¨®n sin tono peyorativo alguno, solo como s¨ªmil de un club que no vive su mejor ¨¦poca), cuya afici¨®n le adoraba como el mejor producto de su cantera. Pero el chico ha elegido irse y cabe pensar, uno al menos lo piensa, que no hay futbolista capaz de rechazar una oferta del mism¨ªsimo Barcelona.
Pero sucede que s¨ª lo hay. El delantero franc¨¦s Kevin Gameiro dijo ¡°no¡± al equipo azulgrana, y argument¨® su decisi¨®n de este modo: ¡°Sab¨ªa que si fichaba por el Bar?a habr¨ªa sido el cuarto atacante¡±. Pero no es el ¨²nico caso. Parecida situaci¨®n han vivido, seg¨²n los rumores, Nolito, Vietto y el ucranio Yarmolenko, que fue como un libro abierto el explicar las razones de su negativa: ¡°Por supuesto que uno puede ir a Barcelona, hacerse un selfie con Messi, colgarlo en las redes sociales, obtener millones de visitas y estar satisfecho consigo mismo. Pero yo lo que quiero es jugar¡±.
En los ¨²ltimos a?os no ha habido suplente que haya sacado m¨¢s partido a esa condici¨®n que el sueco Henrik Larsson, que en 2004 aterriz¨® en un Bar?a en el que, con Messi en sus inicios, Ronaldinho y Eto¡¯o sal¨ªan a exhibici¨®n por partido. Larsson ven¨ªa de hartarse a marcar goles en el Celtic. Y no solo acept¨® su condici¨®n de hu¨¦sped honorario del banquillo sino que asegur¨® haber pasado las dos temporadas m¨¢s felices de su vida, en las que logr¨® 19 goles en 58 partidos. Pero Larsson lleg¨® al Bar?a con 33 a?os, de vuelta de todo. Alc¨¢cer tiene 22.
Desde entonces, el Bar?a, y salvo alg¨²n experimento desfortunado (Maxi L¨®pez, Afellay) siempre ha mirado a su cantera para buscar el relevo de sus grandes estrellas. Y as¨ª fueron apareciendo los Bojan, Giovanni, Tello, Cuenca o Pedro, el que m¨¢s lejos lleg¨® y que durante a?os fue el mejor ejemplo del aura rom¨¢ntica que rodeaba a aquel Bar?a, y que no se derrumbaba ni cambiando Unicef por Qatar. Hoy, sin embargo, la pol¨ªtica del club ha variado. Hoy se acude al mercado a buscar lo que antes se ten¨ªa en casa. Munir, el ¨²ltimo que ha luchado por un imposible, ya no sirve. Son nuevos tiempos en el Bar?a, tan respetables como los pasados, cuando tanto y tanto se presum¨ªa del amor que el club le ten¨ªa a su cantera, un ejemplo como era, porque lo era, para la humanidad deportiva. Hoy la apuesta es otra y la Masia, bien gracias.
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