El futbolista que sac¨® a Hitler del palco
Noruega se conmueve con el documental del h¨¦roe del equipo que logr¨® el bronce ante Alemania en los Juegos de Berl¨ªn
Entre los 55.000 espectadores que se encontraban en el Poststadion de Berl¨ªn estaba Adolf Hitler, en el palco de honor, que asist¨ªa a su primer partido de f¨²tbol como F¨¹hrer, flanqueado por Rudolf Hess, Joseph Goebbels y Hermann G?ring, la trinidad sagrada del Tercer Reich. El aparato esperaba que sus chicos repitieran el 9-0 que le hab¨ªan endosado a Luxemburgo en el partido de apertura de los primeros Juegos Ol¨ªmpicos celebrados en casa. Eran los cuartos de final del torneo. Los contrincantes, llegados de una Noruega prepetrolera, todav¨ªa pobre entre los vecinos n¨®rdicos, no pod¨ªan pronosticar lo contrario. Pero la ansiada victoria del colosal anfitri¨®n acab¨® en amarga derrota a manos del humilde visitante. Los dos goles vikingos obligaron a abandonar el estadio a la jerarqu¨ªa nazi antes del final del partido. Aquel 0-2 ante Noruega resultaba humillante.
El papel m¨¢s decisivo en la victoria lo tuvo el ¨¢gil extremo derecha noruego, que confundi¨® de principio a fin a la defensa germana. Era el debutante Odd Frantzen, de 23 a?os, trabajador del puerto de Bergen, que jugaba por primera vez en el equipo nacional. Procedente del Hardy, el club de la clase obrera de la segunda ciudad de Noruega, Frantzen fue el ¨²nico reserva que pudo saltar al c¨¦sped y compartir el bronce de los jugadores n¨®rdicos en los Juegos de Berl¨ªn de 1936, la primera y ¨²nica medalla del f¨²tbol noruego en un gran torneo. El recuerdo del heroico evento antes de la gran guerra permanece hoy inseparable del trauma posterior bajo la ocupaci¨®n germana de Noruega entre 1940 y 1945.
Si aquel partido fue una epopeya, la vida del h¨¦roe Frantzen, que acab¨® siendo un tab¨² para los noruegos, fue una tragedia. ¡°Era un h¨¦roe de la clase obrera cuya vida estuvo a la sombra de la sociedad, por ser obrero, por su adicci¨®n al alcohol y un accidente laboral. La gente no quer¨ªa asociar la victoria a un alcoh¨®lico, y prefiri¨® a h¨¦roes de vida sencilla y decente¡±, explica a este diario el periodista S?lve Rydland, autor del amplio reportaje sobre este ¨ªdolo olvidado con el que la radiotelevisi¨®n p¨²blica noruega NRK ha conmovido al pa¨ªs escandinavo.
Nacido en 1913 en Nyg?rd, zona industrial de Bergen, Frantzen, sin apenas escuela, sin saber idiomas ni haber viajado nunca, ten¨ªa muy pocas cartas para ser jugador internacional, pero lo compensaba un perfil tan fr¨ªo y astuto en el c¨¦sped como intr¨¦pido y abierto fuera de ¨¦l. Por su origen trabajador, nunca encaj¨® los excesos de la fama tras clasificarse por primera vez la selecci¨®n noruega para la Copa Mundial de F¨²tbol en 1938. ¡°Frantzen fue determinante para la clasificaci¨®n¡±, recuerda Rydland.
Con una prometedora carrera truncada por la guerra, el exfutbolista perdi¨® una pierna tras accidentarse con un tractor en el puerto transportando sacos de az¨²car. A los 48 a?os, ya hab¨ªa descendido al infierno del alcohol, que nunca remontar¨ªa, sin saber el nefasto destino que le aguardaba. Una noche de octubre de 1977, Frantzen, de 61 a?os, con pr¨®tesis y muletas, perdi¨® la vida v¨ªctima de un joven de 25 a?os, ebrio tras una fiesta, que asalt¨® su casa en busca de alcohol. Lo mat¨® a patadas. El agresor calzaba zuecos reforzados de acero.
El asesino pas¨® cinco a?os en prisi¨®n. Frantzen muri¨® en el g¨¦lido anonimato. ¡°Desde la emisi¨®n del documental, muchas personas mayores han contactado para compartir sus historias sobre Frantzen. Para la mayor¨ªa de ellos fue muy importante¡±, asegura el periodista de NRK. Treinta y nueve a?os despu¨¦s, el reportaje no solo ha suscitado muestras emotivas de recuerdo. Tambi¨¦n la iniciativa, a propuesta del partido marxista R?dt, de otorgar una calle o espacio p¨²blico al h¨¦roe de Berl¨ªn, como desagravio a d¨¦cadas de olvido, que ahora estudia el Ayuntamiento de Bergen, su ciudad natal.
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