El show de Modric

Hagamos un d¨¦j¨¤ vu: ¡°... En medio de aquella barah¨²nda surgi¨® la peque?a figura del mejor centrocampista del mundo. El mejor, s¨ª. Es una opini¨®n, claro, personal e intransferible, de quien esto escribe, que tiene los gustos que tiene, tan buenos o tan malos como los de los dem¨¢s. Y tan respetables¡±. Esas palabras las escribi¨® este columnista el pasado d¨ªa 14 de junio, en plena Eurocopa. Estaban referidas a Luka Modric, que defend¨ªa en aquel torneo la camiseta croata. Chuzos de punta le cayeron a servidor de usted, desde alguna pedag¨®gica barra de bar, desde las redes sociales e incluso desde alg¨²n asiento cercano de esta Redacci¨®n. Casi tres meses han pasado y este opinador cree necesario hacer p¨²blica su rectificaci¨®n: no es que Luka Modric sea el mejor centrocampista del mundo. Es que lo es de largo.

Y antes de que surja de nuevo la comparaci¨®n con ese maravilloso futbolista llamado Iniesta, conviene precisar que la expresi¨®n centrocampista est¨¢ utilizada para aquel que es capaz de dominar toda esa superficie del c¨¦sped. No la zona m¨¢s cercana al ¨¢rea rival, a una banda u otra. Engloba, desde el criterio que uno defiende, desde el mediocentro hasta la mediapunta, a izquierda y derecha. Y en todos, en absolutamente todos esos puntos del centro del campo, Modric se ha acostumbrado a regalar exhibiciones. Recordemos, por ejemplo, la final de la Champions de 2014 ganada por el Madrid al Atl¨¦tico. En aquel partido, el mediocentro ¨²nico del equipo de Ancelotti fue Modric, acompa?ado de Khedira (luego Isco) y un arrebatado Di Mar¨ªa. Nadie recuper¨® m¨¢s balones que el croata (ocho) y, a la vez, nadie acert¨® tanto en el pase (86%). Hoy, Modric ocupa una zona distinta en el equipo (ya tiene por detr¨¢s a Casemiro para personarse en cuanta batalla se produzca), y ¨¦l se puede dedicar, por ejemplo, a inventarse el regate del a?o, una ruleta de espaldas que le llev¨® a colarse entre dos rivales de Osasuna negando la impenetrabilidad de los cuerpos. O a marcar su und¨¦cimo gol con la camiseta blanca, el noveno que consigue con un zapatazo desde fuera del ¨¢rea. En un mundo, el del f¨²tbol, donde cada vez cotizan m¨¢s los especialistas (y los idiotas), Modric viene a ser algo as¨ª como el todocampista perfecto.

El Bernab¨¦u aclam¨® en pie a Modric tras ser testigo de un nuevo show del croata. Horas despu¨¦s, el Camp Nou desped¨ªa en silencio al Bar?a tras una de las sorpresas del siglo, el triunfo del Alav¨¦s. Hace unas fechas, J¨¹rgen Klopp, de profesi¨®n entrenador del Liverpool, y de hobby lenguaraz habitual, decidi¨® poner en entredicho la competitividad de la Liga espa?ola en comparaci¨®n con la Premier inglesa. ¡°La gran diferencia con Espa?a es que all¨ª el Bar?a puede jugar el 50% de sus partidos con el equipo B¡±. Pues va a ser que no. La mitad de los equipos de la Liga no son una madre para los reservas del Bar?a. V¨¦ase, por ejemplo, el Alav¨¦s. Pobre en dineros y reci¨¦n ascendido, el cuadro vasco desactiv¨® a un rival que compareci¨® con siete no habituales, el equipo B que dir¨ªa Klopp. Perdi¨® el t¨¦cnico alem¨¢n del Liverpool una gran oportunidad de callarse la boca. Porque en vista del meneo que acostumbra a meterle el Bar?a, y otros equipos de la Liga, a cuanto rival ingl¨¦s se cruza con ¨¦l en la Champions, esos tan ilustres, el Arsenal, el United, el City y dem¨¢s, no quiere uno imaginarse qu¨¦ no har¨ªa con uno de media tabla para abajo. Igual le llegaba con el equipo C.