Gast¨®n Pereiro, el ¡®lagunero¡¯ peligroso
El uruguayo, de 21 a?os, es el jugador m¨¢s creativo del PSV
Gerardo Pelusso, el entrenador del Al-Arabi catar¨ª, es uno de los t¨¦cnicos uruguayos m¨¢s reconocidos. Esta noche se pegar¨¢ a la pantalla de su televisi¨®n y desde alg¨²n lugar del Golfo P¨¦rsico mirar¨¢ el duelo criollo que mantendr¨¢n en Eindhoven dos jugadores que ¨¦l hizo debutar en Primera Divisi¨®n. De azul visitante, Diego God¨ªn ordenar¨¢ la zaga del Atl¨¦tico; y de rojiblanco local, alterando la rutina mec¨¢nica del PSV, el misterioso zurdo Gast¨®n Pereiro.
¡°Yo soy hincha de Nacional de Montevideo¡±, explica Pelusso, que desde 1984 ha dirigido a 22 equipos. ¡°Cuando no trabajo sigo a las inferiores. Un d¨ªa, viendo a los juveniles me llam¨® la atenci¨®n un chico muy alto y muy coordinado. Normalmente, los jugadores m¨¢s altos no son los m¨¢s habilidosos. Este era una excepci¨®n. Esperaba que le dieran la pelota cerca del ¨¢rea, gambeteaba a dos o tres y hac¨ªa goles. Como si jugase en el barrio. Con much¨ªsima clase. Lo mirabas y te romp¨ªa los ojos¡±.
El tallo se llamaba Gast¨®n Pereiro y estaba destinado a encontrarse con su admirador. Cuando en 2014 Nacional entreg¨® su banquillo a Pelusso, el t¨¦cnico se acord¨® del canterano. Lo hizo debutar en la Copa Libertadores contra Oriente Petrolero. Ten¨ªa 18 a?os y med¨ªa casi un metro noventa. ¡°Su defecto¡±, recuerda Pelusso, ¡°era el defecto de los m¨¢s virtuosos. Estaba acostumbrado a jugar sin correr. Yo le dije que quer¨ªa que jugara por la derecha en un 4-2-3-1. Como wing. Pod¨ªa desbordar perfectamente, no porque fuera r¨¢pido sino porque era potente y ten¨ªa una gran zancada. Hac¨ªa como Messi: tiraba la diagonal de derecha a izquierda, escond¨ªa la pelota y la colocaba en el segundo palo con el efecto que le dan los zurdos. Le puse una ¨²nica condici¨®n: que corriera la banda de bander¨ªn a bander¨ªn. Lo hizo sin ning¨²n problema¡±.
Pereiro acaba de cumplir 21 a?os. Habla desde Eindhoven con la tonada uruguaya intacta y el punto inexorable de nostalgia porte?a por el barrio perdido: ¡°Empec¨¦ a jugar a los tres a?os. Mi pap¨¢ me llev¨® a Racing. La cancha estaba en la esquina de mi casa. Me gust¨® y empec¨¦ a ir. Quer¨ªa aprender algo del Chino Recoba¡±.
No tengo tanta marca, ni soy tan aguerrido como la mayor¨ªa de los uruguayos. Yo quer¨ªa ser como el Chino Recoba"
¡°Tengo unas caracter¨ªsticas diferentes a las de la mayor¨ªa de los jugadores uruguayos que se asientan en Europa¡±, dice. ¡°No tengo tanta marca, ni soy tan aguerrido. Pero yo siempre trato de corregir eso porque es un punto d¨¦bil. Para seguir mejorando incluso los habilidosos tienen que saber defender. Todav¨ªa soy chico y tengo mucho por corregir¡±.
No hay rastro de sobreactuaci¨®n ni de garra charr¨²a en Pereiro. No es God¨ªn, ni Gim¨¦nez, ni Forl¨¢n, ni Luis Su¨¢rez. Su juego impredecible y majestuoso remite a Fonseca, a Francescoli, o a Recoba. Pero a los uruguayos elegantes el f¨²tbol europeo les ha resultado inh¨®spito. ¡°El cambio es bastante grande¡±, observa. ¡°Sobre todo el ritmo de juego. Ac¨¢ no hay tantos pelotazos y se juega m¨¢s por el suelo. La pelota va m¨¢s r¨¢pido. Las canchas est¨¢n m¨¢s mojadas. Los partidos tienen mucho m¨¢s dinamismo. Cuando no tienes el bal¨®n hay que correr m¨¢s para marcar; y con la pelota hay que desmarcarse m¨¢s r¨¢pido porque, si no, te cuesta recibirla¡±.
¡°Yo¡±, prosigue, ¡°hasta que fui profesional jugu¨¦ como mediapunta. Ah¨ª es donde m¨¢s me gusta jugar porque es donde tienes m¨¢s salidas, por izquierda o por derecha. Desde que llegu¨¦ al PSV, el a?o pasado, me est¨¢n utilizando por derecha. Casi siempre me queda el bal¨®n para enganchar para el medio y con el perfil zurdo trato de rematar o meter el pase interior. Lo intento hacer seguido. El entrenador me dice que cuando reciba tengo libertad¡±.
Philip Cocu, el t¨¦cnico del PSV, lo trata con rigor. Le pide que defienda. Pelusso lo aprueba. ¡°Gast¨®n tiene todas las condiciones para estar entre los mejores de Europa¡±, dice su descubridor. ¡°Su gran desaf¨ªo es ser m¨¢s continuo en la actividad. El jugador habilidoso, cuando no tiene la pelota, tiende a desenchufarse de los partidos. Son lo que en Uruguay llamamos laguneros. Tienen lagunas de concentraci¨®n. Hay que darles funciones defensivas para que su participaci¨®n sea constante. Si se quedan esperando que les lleguen balones corren el riesgo de desconectarse¡±.
"Gast¨®n", se?ala el t¨¦cnico, "es un chico tranquilo. ?Demasiado tranquilo, quiz¨¢s! Contra el Atl¨¦tico tendr¨¢ una dificultad a?adida. Diego God¨ªn lo tiene fichado. Yo s¨¦ c¨®mo es God¨ªn porque lo hice debutar en Cerro, en 2003. God¨ªn es muy estudioso de las peculiaridades de sus rivales y seguro que lo ha estudiado al detalle".
El cumplimiento de deberes t¨¢cticos no le ha restado peligro. Gast¨®n Pereiro meti¨® once goles en la Liga holandesa en su primera temporada y en este curso suma dos goles y una asistencia en cuatro partidos. En los octavos de final que lo enfrentaron al Atl¨¦tico en la ¨²ltima Champions fue el mejor de su equipo. Lo expulsaron por doble amarilla y no disput¨® la vuelta en el Calder¨®n.
Esta noche volver¨¢ a la carga. En todo el PSV no hay nadie con mejores armas. Si escapa a la vigilancia de God¨ªn y si no cae en una laguna.
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