Golpe de mano del Atl¨¦tico de Madrid ante el PSV en Eindhoven

Un Atl¨¦tico de dos pieles, dominador y contragolpeador, dio un golpe de autoridad en Eindhoven. La victoria le acomoda estupendamente en el grupo, donde la presencia del Bayern le obligaba a puntuar por si la lucha final apunta m¨¢s a la segunda plaza que a la primera. Tuvo el viento a favor en los detalles al borde del descanso con el gol de Sa¨²l y el penalti detenido por Oblak. Con el tanto de ventaja, luego jug¨® a administrar esa renta. Sufri¨® al final el acoso local, una lluvia de balones colgados que defendi¨® como pudo y con alg¨²n susto.

El partido ofreci¨® una lectura que apunta a ese intento de Simeone por dirigir a un equipo m¨¢s completo, capaz de jugar con diferentes propuestas. El t¨¦cnico concedi¨® la titularidad a Gim¨¦nez, relegado desde la semifinal de M¨²nich por un penalti infantil y tambi¨¦n a Gait¨¢n, el fichaje destinado a aportarle ojos y buen pie a la gran asignatura pendiente del equipo. Es en los ¨²ltimos metros donde al Atl¨¦tico le suele costar horrores combinar con fluidez. Gim¨¦nez, junto a God¨ªn, tuvo que pasar una dura prueba ante el larguirucho De Jong. En sus prolongaciones de cabeza hacia Narsinhg pareci¨® residir el gran argumento ofensivo del PSV, muy cauto con esa defensa de tres centrales que ya dispuso el curso pasado en el Calder¨®n en la vuelta de los octavos de final.

De Jong amenaz¨® con todo su repertorio y avis¨® de su peligrosidad con un gol de cabeza anulado por falta previa de H¨¦ctor Moreno sobre Filipe Luis. Previamente hab¨ªa peinado la pelota para Narsingh y hab¨ªa forzado el c¨®rner. No hab¨ªan transcurrido diez minutos de juego y el Atl¨¦tico supo en esa jugada d¨®nde estaba su gran amenaza.

Escorado a la derecha, Gait¨¢n ense?¨® su mejor repertorio jugando hacia adentro. Lo ha sacado Simeone del flanco izquierdo, donde hizo carrera en el Benfica. Le prefiere el t¨¦cnico argentino en ese perfil, donde su cambio de ritmo y el interior de su bota izquierda tienen mucho que ofrecer a un equipo que a¨²n se est¨¢ acostumbrando a tener que dominar desde la pelota. El PSV, en su propia casa, se la concedi¨® de inicio. Es un s¨ªntoma del crecimiento del Atl¨¦tico en estos ¨²ltimos a?os y tambi¨¦n de la creencia generalizada de que entregarle el bal¨®n puede ser una ventaja. El propio Simeone parece haber interiorizado esa necesidad y en ese ejercicio de mejora Koke ha multiplicado sus intervenciones por el centro. Hasta ahora ha sido su cambio t¨¢ctico m¨¢s significativo.

A la intenci¨®n de Koke de dirigir se sum¨® el resto del equipo. Con Juanfran picando por su banda m¨¢s que Filipe, tambi¨¦n con un ojo en Narsingh. Fue en ese ¨²ltimo cuarto de campo donde se trab¨® toda su intenci¨®n de jugar la pelota por abajo. Le faltaba precisi¨®n para redondear ese dominio, nacido tambi¨¦n de una ambiciosa presi¨®n arriba desde el inicio que luego moderar¨ªa.

Lesi¨®n muscular de Tiago

En ese intento por abrir huecos con las circulaciones, se vio a Griezmann demasiado desconectado del juego a la izquierda, como a Gameiro, ¨²nica referencia en punta. A¨²n les falta ese punto de conexi¨®n entre ellos y con el juego. Ense?an movimientos atractivos, pero no terminan de culminarlos con precisi¨®n. Ah¨ª Gait¨¢n, dentro de sus intermitencias, s¨ª descubri¨® el jugador que es en la pared con Juanfran que origin¨® el gol. De repente, se clav¨® en el ¨¢rea, de espaldas, y erguido, solt¨® el tac¨®n para habilitar a Juanfran. El gesto fue tan sorprendente y tan amenazante que Willems, estupefacto y asustado, se limit¨® a mandar la pelota a c¨®rner. Al saque, Sa¨²l caz¨® su propio rechace en un remate acrob¨¢tico. Una tijera frontal en el aire que ajust¨® a media altura y al palo derecho de Zoet.

El tanto, al borde del descanso, parec¨ªa un golpe duro para el PSV. M¨¢s duro a¨²n fue que Oblak le detuviera a Guardado el penalti inexistente de Gim¨¦nez a Narsingh. En esta jugada el Atl¨¦tico volvi¨® a caer en el mismo error que le cost¨® el empate con el Alav¨¦s. Al l¨ªmite del tiempo concedi¨® vida al contrario.

La parada de Oblak a Guardado, lanz¨¢ndose a su izquierda, sirvi¨® para que el meta se sacudiera esa etiqueta de portero inm¨®vil que se gan¨® en la tanda de penaltis de Mil¨¢n y tambi¨¦n para dejar el partido donde quer¨ªa Simeone. Con 0-1 el Atl¨¦tico mud¨® de piel para ser ese equipo juntito, replegado y contragolpeador que se acentu¨® con la el cambio de Gait¨¢n por Tiago, que sufri¨® una leis¨®n muscular en los minutos finales. La idea la pudo concretar Gameiro en un par de ocasiones. Sin ese gol definitivo, al Atl¨¦tico le toc¨® sufrir. Pero ah¨ª se maneja como nadie.