Destellos de un d¨ªa inolvidable
El oro de EEUU eclipsa el 10? puesto de Per¨², las medallas de Leinier Dom¨ªnguez y J. Cori, y mucho m¨¢s
Los oros de la URSS y Rusia entre 1952 y 2002 casi no eran noticia. El de EEUU en 2016 puede tener muchas consecuencias positivas para el ajedrez mundial. En la sala de prensa de Bak¨² apenas de hablaba de otra cosa, pero pasaron muchas de gran inter¨¦s. Y varias de ellas son muy estimulantes para los pa¨ªses de habla hispana.
Las cabezas pensantes de la FIDE deber¨ªan revisar el sistema de desempates establecido en el reglamento de las Olimpiadas porque el ahora vigente no parece el m¨¢s justo, provoca enormes dolores de cabeza de mucha gente y, en d¨ªas como hoy, impide que los periodistas puedan cumplir con una de sus obligaciones: informar con rapidez y rigor de lo que ocurre. Mucho tiempo despu¨¦s de que hubieran terminado todas las partidas de los encuentros Canad¨¢-EEUU y Ucrania-Eslovenia era imposible saber qui¨¦n era el campe¨®n.
El resultado particular entre los empatados no est¨¢ entre los sistemas de desempate. Y los puntos por partida, que durante muchos a?os fueron el principal sistema de puntuaci¨®n de las Olimpiadas, son el segundo desempate porque el presidente adjunto de la FIDE, el griego Georgyos Makr¨®pulos, orden¨® en 2003 que as¨ª fuese, para evitar la excesiva influencia de extra?as victorias por 4-0 en la ¨²ltima ronda. El m¨¦todo prioritario ahora si dos o m¨¢s equipos empatan a puntos de encuentro (dos al ganador, uno a los empatados) es el Sonneborn-Berger, que se aplica as¨ª: ¡°Puntos de encuentro de cada rival, excluido el que tenga menos, multiplicados por los puntos de partida logrados contra ¨¦l¡±.
Eso quiere decir que un mont¨®n de partidas de la ¨²ltima ronda pueden ser decisivas para decidir la medalla de oro. Y que puede haber muchos vuelcos de una ronda a otra. Y as¨ª parec¨ªa que iba a ocurrir, hasta el punto de que, tras ganar a Eslovenia por 3,5-0,5, los ucranios ya celebraban el oro por los pasillos. Por fin, los ¨¢rbitros anunciaron oficialmente que el campe¨®n era EEUU, ¨²nico equipo de 180 junto a Grecia (18?) que no han perdido ning¨²n encuentro; y sus cinco jugadores solo han perdido tres partidas de 44, con sobresaliente para So (oro individual) y Caruana (bronce en el primer tablero).
India, Per¨² y los ¡®submarinos¡¯
Los indios sin Anand y los peruanos sin Granda ¨Ccomo los ucranios sin Ivanchuk- han redondeado una actuaci¨®n magn¨ªfica, lo que invita a deducir que un equipo compacto es m¨¢s importante que una estrella; pero, al mismo tiempo, es imposible no preguntarse qu¨¦ hubiera pasado con ellos. El 4? puesto de India (9? cabeza de serie) es impresionante: ha ganado a equipos tan fuertes como Cuba, Azerbaiy¨¢n, Holanda e Inglaterra; ha empatado con Rusia y Noruega, y s¨®lo ha perdido ante EEUU y Ucrania.
En proporci¨®n se puede afirmar algo parecido sobre el asombroso 10? lugar de Per¨² (34? en la lista inicial), que ha ganado a dos equipos te¨®ricamente superiores (Serbia e Israel) y ha empatado en la ¨²ltima ronda con Inglaterra. Y a ello hay que sumar el bronce individual de Jorge Cori en el segundo tablero. Si se tiene en cuenta la escasa apuesta del Gobierno peruano por el ajedrez y el caos que ha presidido la Federaci¨®n Peruana durante a?os (ahora parece m¨¢s estable), ¡°asombroso¡± puede ser un adjetivo moderado.
Hay cuatro equipos submarinos (hundidos en la clasificaci¨®n hasta que emergen con fuerza en las ¨²ltimas rondas) que han quedado muy arriba sin enfrentarse apenas con rivales fuertes: Noruega (5?; Carlsen, con poco brillo, ha terminado con 7,5 puntos de 10), Turqu¨ªa (6?), Polonia (7?, a pesar del gran rendimiento de Wojtaszek y el sub 20 Duda en los dos primeros tableros) y Francia (8?). La clasificaci¨®n de los galos es particularmente enga?osa, porque en realidad est¨¢n entre los equipos que m¨¢s han decepcionado, aunque no tanto como China (oro en 2014), que ha bajado al puesto 13.
Espa?a (14? cabeza de serie y 31? al final) entra en ese mismo lote negativo. Empez¨® bien (victorias sobre Siria, Dinamarca y Per¨²; empate con Francia), pero se hundi¨® tras las derrotas ante Georgia y Eslovenia (con otra victoria en el medio ante Portugal). Luego gan¨® a Filipinas y Austria, y en la pen¨²ltima ronda fue v¨ªctima de las particularidades del sistema suizo, en el que una diferencia de medio punto en una partida puede cambiar muchas cosas. El encuentro con Grecia iba bien, pero se torci¨® de pronto y acab¨® en empate, lo que a su vez propici¨® un enfrentamiento para cerrar la Olimpiada con los dur¨ªsimos polacos, que se impusieron por 3-1; una victoria por la m¨ªnima sobre Grecia y un poco de suerte en los emparejamientos de la ¨²ltima ronda pod¨ªan haber convertido a Espa?a en un submarino similar a Turqu¨ªa. En todo caso, la decepci¨®n es grande porque Vallejo, Salgado y Ant¨®n hab¨ªan creado esperanzas con su buena actuaci¨®n en el Europeo Individual, donde se clasificaron para la Copa del Mundo. Pero, en realidad, Vallejo y Ant¨®n ¨Cal igual que Ibarra- han puntuado a su nivel te¨®rico, mientras Salgado y Renier V¨¢zquez lo hac¨ªan muy por debajo.
Sin olvidar el brillo de Paraguay (39? inicial y 19? final) y la flojera de Cuba (15? y 25?) a pesar de la excepcional actuaci¨®n de Leinier Dom¨ªnguez (plata en el primer tablero con 7,5 de 10), hay tres jugadores que sin duda merecen una distinci¨®n especial. El iran¨ª Parham Maghsoodlo, de 16 a?os, ha logrado 8 de 11 en el segundo tablero, contribuyendo as¨ª de manera decisiva al enorme ¨¦xito de su equipo, que es una de las sensaciones positivas de la Olimpiada: 46? inicial y 16? final. El filipino Eugenio Torre, de 65 a?os, una vieja gloria que tuvo amistad con Fischer, se lleva el bronce en el tercero con 10 de 11. Y el mexicano Uriel Capo, con 7 de 8 en el segundo, aunque jugando por abajo. Y en la tabla de mejores rendimientos (performance para quienes prefieran decirlo en ingl¨¦s) llama la atenci¨®n el jordano Khader cuyos 8 de 8 equivalen a 2.932 puntos Elo. Es el segundo de los cinco primeros, acompa?ado por cuatro de los jugadores m¨¢s brillantes en esta Olimpiada: Volokitin (Ucrania), Jobava (Georgia), Kr¨¢mnik y So.
Las chinas no fallan
De los cuatro favoritos para las medallas femeninas, s¨®lo Georgia (10? al final) ha estado lejos casi siempre. Entre China (oro), Ucrania (bronce) y Rusia (4?) se ha colado la plata de Polonia. Muy buenas actuaciones de Vietnam, Azerbaiy¨¢n e Israel, y de nuevo hay que mencionar especialmente a Ir¨¢n, que se consolida como una potencia en Asia.
Bien Cuba (24? inicial-18? al final), muy bien Ecuador (45?-27?) y Per¨² (41?-28?), y muy mal Espa?a (14?-45?) a pesar de los buenos resultados de Sabrina Vega (8,5 de 11 en el 2?) y Ana Matnadze (8,5 de 10 en el 3?); es de justicia destacar el digno papel de M¨®nica Calzetta en el primer tablero (4,5 de 8) cuando por Elo deber¨ªa ser la suplente, porque el capit¨¢n del equipo, David Mart¨ªnez, decidi¨® jugar el gambito M¨®nica con el fin de que Vega pudiera tener las blancas en los encuentros importantes. Sin embargo, todo indica que la diferencia entre Vega y Matnadze y las dem¨¢s es excesivamente grande, a la espera de que las sub 20 m¨¢s pujantes lleguen a la selecci¨®n nacional.
El equivalente de Eugenio Torre en versi¨®n femenina es la sueca P¨ªa Cramling, quien a los 53 a?os sigue en la ¨¦lite mundial y ha logrado 8,5 de 11 en el primer tablero.
Dejando aparte las penurias y graves problemas de la FIDE, que merecer¨¢n un an¨¢lisis separado, y las incomodidades causadas por las medidas de seguridad y las nuevas normas Antitrampas, ha sido una gran Olimpiada, con una enorme inversi¨®n de dinero y recursos en un pa¨ªs donde el ajedrez tiene una gran importancia. Y todo indica que ser¨¢ un hito para EEUU, cuyo resurgimiento puede beneficiar mucho al ajedrez en todo el mundo.
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