Mi casa
En Cornell¨¤-El Prat apenas hay banderas de signo pol¨ªtico, testimoniales las espa?olas, las estelades y las senyeres
Espanyol-Real Madrid. En las gradas, colorido blanquiazul mayoritario, pitada general a la alineaci¨®n merengue. ?No era el Espanyol una filial del Madrid? A algunos, muchos, bien colocados, bien alimentados, sonrosados, ufanos, encantados de conocerse, veraneantes en Cadaqu¨¦s, les interesa fomentar ese mito para seguir apropi¨¢ndose de Catalunya y atizar el fuego de la Inquisici¨®n donde han de arder herejes charnegos, espa?olistas del Espanyol y dem¨¢s purria no soberanista, no necesariamente anti, pues aqu¨ª lo que se quiere defender es la libertad de pensamiento. Esta noche nuestra zona, habitualmente fantasmal, est¨¢ concurrida por una familia de aficionados merengues y por los cl¨¢sicos japoneses, que parecen a punto de padecer un orgasmo ¡ªs¨ª, he escrito padecer¡ª cada vez que la pelota ronda cualquiera de las dos porter¨ªas. El orgasmo ser¨¢ nuestro cuando ganemos el primer partido, dicho sea de paso. No hay prisa por tener un orgasmo, vamos a contracorriente en esta sociedad de eyaculadores precoces. Ya has eyaculado, ?y ahora qu¨¦? Eso es el resultadismo. La confianza en S¨¢nchez Flores es total. Se le sigue aplaudiendo en Cornell¨¤ El Prat. La familia de merengues celebra los goles como si estuvieran en el comedor de su casa, y los japoneses prorrumpen en onomatopeyas l¨®gicamente incomprensibles. Nos sentimos excluidos incluso en nuestra propia casa, molestando con nuestro abatimiento tanta felicidad ajena. Luego, al final, unos y otros se ir¨¢n educadamente y nosotros nos quedaremos rumiando qu¨¦ hemos hecho mal, si es que fuera el caso, o simplemente se trata de aceptar nuestras elecciones, con dignidad y hombr¨ªa.
Que el club se defina a favor de la libertad de pensamiento, no por una opci¨®n ideol¨®gica
Apenas hay banderas de signo pol¨ªtico, testimoniales las espa?olas, las estelades y las senyeres. Nosotros esperamos que el club se defina a favor de, como dec¨ªamos, la libertad de pensamiento, jam¨¢s que se defina por una opci¨®n ideol¨®gica, salvo la del respeto, insistimos, a la libertad de pensamiento. Lo que est¨¢ ocurriendo con el boicot a Javier P¨¦rez And¨²jar, pregonero de la Merc¨¨, nos produce verg¨¹enza ajena. Hay que ser tonto para boicotear la inteligencia de un escritor como P¨¦rez And¨²jar. El boicot tiene, adem¨¢s de una tonter¨ªa infinita, un cierto regusto a xen¨®fobo y filofascista. De pregonero alternativo han elegido a Toni Alb¨¤. Hay cosas que no se entienden. Estamos sumidos en una regresi¨®n lamentable, pat¨¦tica, infantiloide, adultos comport¨¢ndose como ni?os enrabietados, elevando la pataleta a ¨²nica forma de pensamiento, o lo que es peor, a pensamiento ¨²nico. Si esta es la Catalunya independiente que quieren, que el Dios de la Ilustraci¨®n nos pille confesados.
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