El Madrid paga un paso atr¨¢s ante el Dortmund
Tras un buen partido, los de Zidane reculan al final y ceden un empate en Alemania
En un partido con muchos virajes, un buen Madrid tuvo empaque ante un rival que no es un cualquiera ni mucho menos. Pero abandon¨® la caldera de Dortmund con la sensaci¨®n de haber dejado escapar un triunfo que jam¨¢s tuvo tan cerca en sus cap¨ªtulos anteriores en esta plaza. Tras un duelo que exigi¨® mucho tajo, el grupo de Zidane se blind¨® bien en la primera fase del choque y avanz¨® con decisi¨®n en el despegue del segundo tiempo. Pero se escurri¨® en el tramo final, cuando se enchiron¨® cerca de Keylor, de regreso tras cuatro meses lesionado pese al calado de la cita. Un mal paso que permiti¨® el empate alem¨¢n en el ¨²ltimo suspiro. El duelo sirvi¨® para ver en directo la reconciliaci¨®n de CR con su t¨¦cnico, la titularidad indiscutible de Keylor y el adelantamiento de James sobre el resto de competidores. Llegado el primer gran pulso de la temporada, Asensio fue a la grada.
El encuentro tuvo mucho cuajo. El Borussia es un equipo de puertas abiertas. Coloniza a su adversario en ataque con pases subordinados a buen ritmo, pero arriesga demasiado con su destape defensivo, asunto que deben zanjar casi en exclusiva los dos centrales, pesadotes ambos. Lo ten¨ªa estudiado Zidane, que, de entrada, orden¨® un repliegue para invadir a los alemanes a la contra. El Madrid quiso bloquear a su rival en su zona de ataque, la m¨¢s distinguida, y citarle en carrera en su sector menos fiable, la retaguardia. El proyecto exig¨ªa suela gastada para gente como James, Cristiano, Bale y Benzema. Los cuatro se remangaron para la causa, con el colombiano y el franc¨¦s muy pendientes de arrestar a Weigl, el gu¨ªa germano en el centro del escenario, un seguidor de Busquets. Esta vez, no hubo madridista que se hiciera el remol¨®n. Mucho menos Kroos y Modric. Sin Casemiro, ambos se vieron forzados a tirar de escoba en posiciones m¨¢s retrasadas de lo habitual. En el primer acto, el cuadro espa?ol nunca disimul¨® su intenci¨®n de exprimirse en campo propio, desinteresado por un duelo de sacudidas mutuas, idas y vueltas, frente a un Borussia tambi¨¦n con mucho picante con espacios.
Arranc¨® el Madrid con Cristiano de protagonista. Antes de los dos minutos, una mano de Ginter le posibilit¨® ejecutar una falta frontal. Aunque B¨¹rki, meta local, acert¨® con el desv¨ªo, a CR no se le puso mala cara. La r¨¦plica alemana fue similar. Poco despu¨¦s, en lanzamiento parecido, Castro comprob¨® el estado de Keylor, que rechaz¨® en vuelo la pelota. El primero de su cat¨¢logo de despejes, alguno fat¨ªdico. Pese a su error en el empate de Aubameyang, se enton¨® de maravilla con el discurrir del partido.
En pleno tanteo, Demb¨¦l¨¦ ya evidenci¨® que Danilo, improvisado lateral izquierdo por la baja de Marcelo, iba a tener jaquecas. A sus 19 a?os, el extremo galo es toda una amenaza. Es descarado y no duda en tirar de chistera: sus vuelan por un lado y el cuerpo por otro. Jam¨¢s centra de primera, es un regateador puro, dif¨ªcil de fijar porque maneja con igual soltura las dos piernas.
Schurrle alarga la maldici¨®n de Dortmund
El Madrid sigue sin conocer la victoria en Dortmund. Anoche se qued¨® a cuatro minutos de salir triunfante por primera vez del infierno amarillo, pero ese gol final de Schurrle lo evit¨®. Antes lleg¨® el tanto de Varane, el primero del central franc¨¦s en la Champions. Los zagueros blancos tienen la punter¨ªa bastante fina en este comienzo de temporada, ya son cinco los que han hecho diana: Sergio Ramos (3), Carvajal, Danilo, Pepe y ayer Varane. Est¨¢ muy repartida la tarea del gol en el Madrid en estos primeros compases, hasta 13 jugadores han enviado el bal¨®n a la red.
Sigue la maldici¨®n, por tanto, del equipo blanco en Dortmund. Y es que el territorio alem¨¢n, en general, no es el lugar favorito del Madrid: de sus 31 visitas, solo cuatro victorias ¡ªtres de ellas en las ¨²ltimas tres temporadas¡ª, siete empates y 20 derrotas.
Mientras Demb¨¦l¨¦ se saltaba los protocolos supuestos a un chico tan joven, las dos primeras rutas de evacuaci¨®n madridista marcaron el camino a los de Zidane. Al primer contragolpe, Benzema resbal¨® cuando enfilaba a B¨¹rki. Al segundo rel¨¢mpago lleg¨® el tanto de CR tras una coreograf¨ªa extraordinaria. Un simposio de c¨®mo salir a la contra desde la cueva. Con un toque, con el empeine exterior del pie derecho, un golpeo de autor en el caso de Modric, el croata ventil¨® a una columna de futbolistas ajenos. Benzema recogi¨® la pelota justo en la l¨ªnea de medio campo, escorado a la izquierda. Conect¨® con Kroos, que trenz¨® con James, que filtr¨® el bal¨®n para Bale, ya dentro del ¨¢rea. El gal¨¦s, con el retrovisor de la coronilla, vio llegar a CR, al que cedi¨® el gol con un taconazo. No fall¨® el genio luso, que no perdi¨® un segundo en festejar la diana con su t¨¦cnico. Tras el volc¨¢nico relevo de Las Palmas, pelillos a la mar a la vista de todo el universo.
El gol dej¨® sonado al Borussia, que perdi¨® tacto y empuje. Solo una pifia de Keylor le devolvi¨® al partido, justo a un paso del descanso. El guardameta ya hab¨ªa tiritado en alg¨²n desv¨ªo de pu?os que requer¨ªa un blocaje m¨¢s bien sencillo. Un desliz de Sergio Ramos, y no fue el ¨²nico, permiti¨® un lanzamiento de falta lejano de Guerreiro. El meta tico tampoco quiso abrochar el bal¨®n y meti¨® los nudillos de mala manera. El rechace al centro, lo que proh¨ªbe todo manual, peg¨® en Varane y con la pelota rumbo a la red la sopl¨® Aubameyang.
En el segundo tramo se estir¨® m¨¢s el Madrid, que dio un paso al frente mientras se encog¨ªa el Borussia, al que perjudic¨® el cambio de G?tze. Fruto del mayor empuje, rebajado el equipo alem¨¢n, lleg¨® el tanto de Varane tras un centro de CR que hab¨ªa rematado a un poste Benzema. El Madrid ten¨ªa el partido en el guante, por el resultado y el juego. Pero le pudo el conservadurismo y, en el peor momento, decidi¨® refugiarse de nuevo. Pura vidilla para un Borussia y su fogosa hinchada que no suelen rendirse jam¨¢s. Pulisic y Mor remediaron la sustituci¨®n de G?tze, metieron otra marcha y Keylor, para entonces ya s¨ª el verdadero Keylor, sostuvo al equipo con varias intervenciones de m¨¦rito. Nada pudo hacer en el latigazo final de Sch¨¹rrle, broche de un encuentro de mucha enjundia que el Madrid tuvo a tiro hasta que dio un mal e innecesario paso atr¨¢s.
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