El Vettel m¨¢s gris, vestido de rojo
El alem¨¢n, superado regularmente por Raikkonen, atraviesa su peor etapa desde que Ferrari le fich¨® como recambio de Alonso
Ha pasado m¨¢s de un a?o y medio desde que Sebastian Vettel tom¨® parte en su primer gran premio como piloto de Ferrari, tiempo suficiente para hacerse una idea de lo que significa eso. Para lo bueno y tambi¨¦n para lo malo. El alem¨¢n, que fue contratado por la Scuderia como recambio de Fernando Alonso con vistas a 2015, afront¨® el reto como el mayor de su vida, dada la ilusi¨®n que siempre le hab¨ªa hecho poder abanderar el equipo m¨¢s universal que existe, tanto en la F¨®rmula 1 como en el automovilismo en general. Sin embargo, tras un arranque casi de cuento de hadas, con una victoria en su segunda carrera y tres podios consecutivos, el rodillo de Mercedes pas¨® por encima del tetracampe¨®n, que termin¨® el curso el tercero, a 103 puntos de Lewis Hamilton, el campe¨®n.
Si aquella bofetada de realidad ya fue dura para alguien que llegaba con el etiqueta de rescatador, las cosas todav¨ªa se le han complicado m¨¢s este a?o. Vettel pasa por uno de los momentos m¨¢s delicados de su trayectoria, se ha convertido en el objetivo de la mayor parte de las cr¨ªticas dirigidas a la marca de Il Cavallino Rampante y empieza a sentirse vulnerable tras ser superado regularmente por Kimi Raikkonen. Ya hay quien observa ciertas similitudes con el mal trago que pas¨® en 2014, cuando fue vapuleado por Daniel Ricciardo en su ¨²ltima temporada en Red Bull.
A estas alturas de la pel¨ªcula y cuando faltan cinco pruebas para que el campeonato ponga el cerrojo en Abu Dabi a finales de noviembre, el finland¨¦s ocupa la cuarta plaza de la tabla de puntos, con ocho m¨¢s que su vecino de taller, que es el quinto. Ese margen a favor del Hombre de Hielo dif¨ªcilmente se reducir¨¢ en Suzuka, donde adem¨¢s de volver a terminar por detr¨¢s de ¨¦l (Kimi fue el tercero), el chico de Heppenheim (cuarto) comenzar¨¢ el s¨¦ptimo tras recibir una penalizaci¨®n de tres posiciones en la parrilla por provocar un accidente en la primera curva de Malasia.
Esa maniobra que le dej¨® a ¨¦l fuera de combate y que casi hace lo mismo con Rosberg es un claro ejemplo de c¨®mo las cr¨ªticas se le pueden volver a uno en contra. Precisamente a Vettel, que en su d¨ªa se qued¨® a gusto con Max Verstappen, por su exceso de agresividad en las salidas. El domingo pasado, tras terminar el tercero y salvar los muebles, Rosberg no tuvo ninguna piedad cuando se le pregunt¨® cu¨¢l era su visi¨®n de lo que hab¨ªa ocurrido en aquella primera frenada. ¡°Pues que he sido arrollado por un cuatro veces campe¨®n del mundo que estaba fuera de control¡±, solt¨® el de Mercedes, en un ataque frontal que dej¨® alucinados a los asistentes a la conferencia de prensa. Por si todo eso fuera poco, la sensaci¨®n m¨¢s generalizada es que Ferrari no ha terminado de arropar a su corredor, atenazado como sigue el constructor de Maranello y presa de las urgencias: han pasado casi 10 a?os del ¨²ltimo t¨ªtulo de pilotos, el que en 2007 se llev¨® Raikkonen, y nada hace indicar que esa inercia vaya a romperse a corto plazo.
¡°Sebasti¨¢n tiene contrato con nosotros. Trabajaremos juntos este a?o y el a?o que viene. Y luego, a lo largo de la pr¨®xima temporada, ya veremos¡±, concede Mauricio Arrivabene, director de Ferrari. ¡°Cada uno de nosotros tiene objetivos: yo los tengo, el equipo los tiene, Seb los tiene. Por lo tanto, cualquier persona, sin importar qui¨¦n sea, se tiene que ganar su lugar y su salario¡±, advierte el ejecutivo, en una declaraci¨®n que algunos descodificaron como un toque de atenci¨®n hacia el germano. Otros, sin embargo, creen que el que puede saltar es ¨¦l, dada su aparente incapacidad para volver a colocar a los b¨®lidos rojos donde se merecen.
Como ocurre en otras disciplinas, como por ejemplo el f¨²tbol, los grandes equipos compiten con la necesidad de ganar hoy sin poder esperar a ma?ana, circunstancia que en algunos casos lleva a quienes los manejan desde los despachos a tomar decisiones sin dar tiempo a que los roles y las piezas se asienten. As¨ª vive Ferrari los ¨²ltimos nueve a?os, inmerso en una revoluci¨®n permanente que parad¨®jicamente se ha convertido en su d¨ªa a d¨ªa. ¡°No ha cambiado nada en los ¨²ltimos dos a?os¡±, define Alonso, absolutamente convencido de haber tomado la decisi¨®n adecuada al irse de all¨ª.
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