La fragilidad del Madrid

En los d¨ªas previos al partido contra el Legia, la preocupaci¨®n era por la actuaci¨®n de los ultras polacos. Por si reventar¨ªan la fiesta como en el partido del Bernab¨¦u o por si, finalmente, se quedar¨ªan en sus casas o en los bares para ver el partido. Al campo no pod¨ªan acceder por el castigo de la UEFA de jugar a puerta cerrada. Atardeci¨® a las cuatro de la tarde en Varsovia. No hubo rastro de los radicales en la helada tarde de la capital polaca. Cinco grados marcaban los term¨®metros pero con la rasca y la humedad del r¨ªo Wisla parec¨ªa m¨¢s bien una temperatura bajo cero.

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El Real Madrid paga sus inventos ante el Legia

As¨ª suena un estadio a puerta cerrada

La que sobre el papel iba a parecer una c¨®moda goleada del Madrid, se transform¨® en un empate (3-3) embarazoso para los blancos. El Legia, que malvive en su liga (es sexto) y que no hab¨ªa puntuado todav¨ªa en Champions, le sac¨® los colores a los muchachos de Zidane. ¡°Lo bueno es que no hemos perdido¡±, resumi¨® el t¨¦cnico. El cuadro polaco tir¨® a puerta cuatro veces y meti¨® tres goles. El Madrid ha encajado ya siete en lo que va de Champions, dos m¨¢s que en toda la edici¨®n anterior.

Desde que empez¨® la temporada y contando la final de la Supercopa contra el Sevilla, a los blancos le han marcado 20 goles en 16 partidos. Muchos, incluso atendiendo a los argumentos de Zidane que asegura que firmar¨ªa encajar un tanto por partido siempre y cuando consiga marcar uno m¨¢s que el rival. Al Madrid le llegan con extrema facilidad. Le han marcado todos los equipos a los que se ha enfrentado salvo dos, la Real Sociedad y el Espanyol (contra ambos jug¨® fuera de casa).

Varane hablaba anoche de toque de atenci¨®n. ¡°Nos tiene que servir. Cualquier rival nos puede crear dificultades si no jugamos a tope¡±, analizaba el central. Zidane habl¨® de falta de intensidad, movimientos y ganas. ¡°A ver si ya dejan de marcarnos goles tontos y en el futuro podemos aprender de esto¡±, explic¨® Gareth Bale.

No son goles tontos los que le marcan al Madrid. Los de anoche fueron casi id¨¦nticos. El jugador de turno se mete con facilidad hasta la frontal del ¨¢rea y siempre consigue recibir y chutar sin oposici¨®n. Se vio en el primer gol de Odidja (Kovacic amaga con encimar pero no llega a hacer ni falta y Morata lo observa sin actuar). En el segundo, de Radovic, Bale se repliega pero desiste enseguida de poner una marcha m¨¢s, como si la cosa no fuera con ¨¦l. En el tercero, de Moulin, Varane no consigue achicar, Nacho tampoco llega a tiempo para frenar la jugada de ataque del Legia. En la lentitud general de la defensa del Madrid, Moulin encima est¨¢ solo cuando le llega la pared de un compa?ero. Remata como si estuviera en el sal¨®n de su casa.

El desbarajuste t¨¢ctico unido a la falta de intensidad y a la inexistencia de Coentr?o (su presencia en el once sorprendi¨® a todos) dejaron en evidencia al Madrid. Se le ven las costuras cuando parece tener los encuentros resueltos y no los cierra. Anoche dej¨® meterse al Legia en el partido y se dej¨® remontar con cierta pasividad. ¡°Ha sido todo muy raro¡±, repet¨ªa Zidane en la sala de prensa.

En el partido en el Bernab¨¦u el conjunto polaco ya le cre¨® peligro a los blancos pese al abultado marcador (5-1). Ese d¨ªa el t¨¦cnico franc¨¦s coloc¨® a Kroos como ¨²nico mediocentro puro. A su lado estuvieron James y Asensio y arriba, Bale, Benzema y Cristiano. Es decir, cinco jugadores ofensivos. ¡°El equilibro defensivo ha sido un poco justo pero era normal con este tipo de alineaci¨®n¡±, explic¨® Zidane.

En Varsovia no solo repiti¨® el invento sino que termin¨® el partido con una defensa de tres (el 3-2 del Legia llega cinco minutos despu¨¦s de que el t¨¦cnico quitara a Coentr?o por Asensio). Kroos estuvo acompa?ado por Kovacic ¨Cm¨¢s adelantado que el alem¨¢n- y Morata acompa?¨® a la BBC en ataque en un 4-2-4. Dice Zidane que fue un 4-4-2 que hab¨ªa ensayado en pretemporada (Cristiano no hizo pretemporada y Bale se incorpor¨® a ella un par de d¨ªas antes de la Supercopa). Sin repliegue ni ayudas el Madrid est¨¢ descompensado.