El Celta empata en casa contra el Standard y no depender¨¢ de s¨ª mismo en la ¨²ltima jornada
Fiasco europeo del equipo gallego, que mostr¨® una mala versi¨®n en Bala¨ªdos
El Celta no depender¨¢ de s¨ª mismo en la ¨²ltima jornada de la Europa League, dej¨® pasar la sentencia ante el Standard de Lieja en Bala¨ªdos y deber¨¢ buscarla dentro de quince d¨ªas en dos campos, en el del eliminado Panathinaikos y tambi¨¦n en terreno belga, donde su rival de esta jornada recibir¨¢ a un Ajax ya campe¨®n de grupo. El Celta necesita ganar y hacerlo por un gol m¨¢s que el Standard si este logra cantar tambi¨¦n victoria. Todo tras un partido que el equipo de Berizzo tuvo de cara durante bastantes minutos, pero que no mereci¨® ganar, en el que necesit¨® pico y pala ante un rival que mostr¨® un excelente nivel en Bala¨ªdos, que tuvo f¨²tbol y sobre todo convicci¨®n. En Atenas no estar¨¢ Iago Aspas, que vio la segunda tarjeta amarilla por una protesta cuando el partido expiraba.
La cita obligaba. La victoria val¨ªa el pase, la derrota eliminaba y no todos los empates eran buenos, en todo caso prolongaban la pelea para un equipo que no va sobrado de efectivos. Ganar difer¨ªa los sue?os europeos hasta febrero y por eso Berizzo, que hasta esta jornada hab¨ªa dosificado esfuerzos en la competici¨®n continental, no se guard¨® nada. El equipo pareci¨® captar ese mensaje y empez¨® como un torbellino, en siete minutos envi¨® un remate al palo y otro a la red. Marc¨® el inevitable Iago Aspas, que extrajo un gol de un saque de banda por vivales. El neointernacional se mostr¨® ante la zaga belga, tir¨® un ca?o en la frontal, se filtr¨® entre los zagueros rivales y sac¨® el interior de su zurda para colocar en el palo largo al estilo Wembley.
El Celta jugar¨¢ la ¨²ltima jornada en Atenas frente al eliminado Panathinakos y deber¨¢ mejorar el resultado del Standard ante el ya clasificado Ajax si quiere seguir en Europa
Aspas no jugaba desde su explosi¨®n con la selecci¨®n en tierra brit¨¢nica. La acumulaci¨®n de amonestaciones le dej¨® fuera del equipo el pasado fin de semana. No hab¨ªa sido titular en la Europa League en los cuatro partidos anteriores. Demasiada abstinencia para alguien que siempre quiere mojar en la salsa del f¨²tbol. Pero tras el gol el Celta se amans¨®, perdi¨® la pelota porque adem¨¢s tampoco hizo mucho por ir a buscarla, irreconocible por su escasa codicia en la resta, por no aplicarse en la presi¨®n como acostumbra. El Standard creci¨® desde esa comodidad porque adem¨¢s siempre sinti¨® que ten¨ªa una referencia, Belfodil, un delantero argelino grande y talentoso, alguien que apunt¨® a ser grande y que quiz¨¢s merezca un vistazo por si alguien se anima a rescatarle y encomendarle misiones mayores que las de la liga belga. Apenas tiene 24 a?os. Sus compa?eros le buscaron y le encontraron para que cuerpease y sembrase el p¨¢nico entre la defensa celeste. El Celta perdi¨® el hilo que parec¨ªa haber agarrado de inicio, se desconect¨® de Aspas y de Guidetti, no se dej¨® dominar porque el equipo de Berizzo jam¨¢s busca esa estrategia, pero lleg¨® domesticado al descanso y apurado porque su rival mereci¨® el empate. Lo tuvo cerca en un remate del portugu¨¦s Orlando Sa al palo, otro aviso que mostr¨® que tambi¨¦n pod¨ªa haber problemas en las acciones a bal¨®n parado.
El plan del Celta ten¨ªa que pasar por la posesi¨®n. No le conven¨ªa un intercambio de golpes, s¨ª la pausa de tener el bal¨®n en los pies, madurar la jugada y esperar que el espacio llegase en esas largas transiciones. El equipo dispone de herramientas para hacerlo y las busc¨® para desactivar la pujanza del Standard. Fueron diez minutos tras el descanso que marcaron un camino que parec¨ªa expedito y acab¨® en bache porque Belfodil apareci¨® de nuevo para exigir lo mejor de Rub¨¦n Blanco. No dej¨® de jugar con fuego el Celta porque un gol le daba al Standard el dictado de cara a la jornada final. Se percibi¨® la agon¨ªa cuando a falta de veinte minutos para el final Berizzo se dio la vuelta y pidi¨® al grader¨ªo que alentase a su equipo. Llov¨ªa y hac¨ªa fr¨ªo, calaba la humedad sobre Balaidos, meti¨® el partido en el horno el Standard, que empez¨® a encontrar espacios para combinar en tres cuartos ante un rival replegado y atrincherado, desconocido. Mereci¨® el empate el equipo belga por juego e insistencia, por fe. Lo logr¨® el central Laifis despu¨¦s de que Rub¨¦n Blanco demorase ese castigo con varias felinas intervenciones. Luego Aspas regres¨® a sus peores infiernos e incluso un resbal¨®n final de Belfodil cuando lanzaba una contra en ventaja acab¨® por dar incluso por dejar el sabor de que el empate fue un mal menor para un Celta decepcionante.
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