El d¨ªa que el Bar?a gole¨® a Neymar

El 18 de diciembre de 2011 se disput¨® en Jap¨®n la final de ese torneo llamado pomposamente Mundial de clubes, que no es sino la Copa Intercontinental de toda la vida con el a?adido de un pu?ado de ex¨®ticos invitados. Disputaron aquel partido el Barcelona y el Santos, y se cerr¨® con un demoledor 4-0 a favor del equipo de Messi, Xavi y compa?¨ªa. En el Santos brillaba un joven de 19 a?os que se hac¨ªa llamar Neymar Jr. Dicen las cr¨®nicas de aquel d¨ªa que ¨¦l y su equipo permanecieron ¡°hipnotizados¡± ante ¡°el recital memorable del Bar?a¡±. Rese?an tambi¨¦n que, tras el partido, el delantero brasile?o declar¨®: ¡°El Bar?a nos ha ense?ado a jugar al f¨²tbol¡±. Le ense?¨® algo m¨¢s. El camino a los juzgados. Porque lo que no dijeron los escritos de la ¨¦poca, pues no se sab¨ªa, era que el padre de Neymar hab¨ªa recibido 10 millones de euros procedentes del Bar?a para que su hijo, ese que estaba sobre el c¨¦sped presa de la hipnosis, jugara dos a?os despu¨¦s con la camiseta azulgrana.

Nada tuvo que ver aquella a?agaza con el resultado final del partido, pues el Santos no hubiera ganado a la m¨¢quina que era por entonces el Bar?a de Guardiola ni con Pel¨¦ redivivo. Pero s¨ª demuestra la manera de actuar de una de las instituciones m¨¢s admiradas del deporte mundial, que se emporc¨® pactando el pago de 40 millones, de los que 10 los dio de inmediato, por asegurarse los servicios del futbolista. Los derechos de este pertenec¨ªan en un 40% a una empresa brasile?a, DIS, que no vio un euro de aquel primer cambalache. Hoy, el juez ha admitido a tr¨¢mite la denuncia de la compa?¨ªa y el fiscal acaba de solicitar dos a?os de c¨¢rcel para Neymar. Que, por supuesto, se defiende argumentando que no sab¨ªa nada. Como no lo sab¨ªa Messi cuando defraud¨® a Hacienda, por lo que ha sido condenado a 21 meses de c¨¢rcel. Ni lo sab¨ªa, como revel¨® en exclusiva este peri¨®dico el pasado mi¨¦rcoles, Eto¡¯o, para quien el fiscal pide 10 a?os y medio de prisi¨®n.

Pero cada caso es distinto. Que un jovencito Messi dejara todas sus cuentas en manos de su progenitor entra dentro de lo normal. Lo mismo sirve para Neymar y su pap¨¢. Y que lo hiciera Eto¡¯o con su asesor de confianza tampoco es extra?o. No es la primera vez que un defraudador dice desconocer que defrauda. Y no hay que remontarse a Lola Flores, que no hubiera tenido problemas si este pa¨ªs, ?ay!, supiera respetar a sus mitos y cada espa?ol hubiera dado a la artista, como ella implor¨®, una peseta (o mejor mil). En Espa?a hubo una ministra, Ana Mato, cuyo marido llegaba al garaje de casa con un flamante Jaguar y ella se limitaba a decirle: ¡°Parece que refresca¡±.

Otro asunto es el papel del Bar?a o, mejor dicho, de Sandro Rosell, presidente en aquel 2011, y de Bartomeu, su vicepresidente entonces y hoy al mando del club. Son se?ores que vendieron la reputaci¨®n de la entidad por un plato de lentejas. Y que luego consintieron en llevar al Bar?a a los tribunales, en sentarlo en el banquillo, en convertirlo en reo y culpable de su actuaci¨®n. Y su ¨²nica defensa es vocear en cuanto medio de comunicaci¨®n les es af¨ªn que existe una implacable persecuci¨®n contra el Barcelona, que polic¨ªas, fiscales, jueces, Gobierno, periodistas y uno que pasaba por all¨ª no soportan los ¨¦xitos de tan magna instituci¨®n. Y ah¨ª sigue la dirigencia del club, luchando denodadamente contra tama?a conspiraci¨®n mientras en la c¨¢rcel Modelo deben estar haciendo chistes a la par que frot¨¢ndose las manos. Con ese equipazo, la Liga penitenciaria la ganan de calle.