Una cita vital para la Liga
El Barcelona, exigido por la clasificaci¨®n, recibe a un Madrid cuya trayectoria ganadora comenz¨® precisamente con una victoria en el Camp Nou
El cl¨¢sico siempre marc¨® tendencia y no necesariamente respet¨® la clasificaci¨®n de la Liga. El Madrid de Zidane se explica precisamente a partir de su victoria sorpresa en abril pasado en el Camp Nou. Invicto durante 39 partidos, el Barcelona claudic¨® por 1-2 y convirti¨® un estupendo ejercicio en un fin de temporada agon¨ªstico que culmin¨® con la conquista del doblete y la eliminaci¨®n de la Champions. Un bot¨ªn extraordinario empa?ado por el triunfo del Madrid en el estadio y despu¨¦s en Europa. Ahora es el Madrid el que regresa invicto a Barcelona ¡ª32 partidos¡ª con seis puntos de ventaja sobre el Bar?a, m¨¢s entregado que nunca al tridente y a Piqu¨¦, autor curiosamente del gol en el encuentro del Camp Nou.
El Madrid se siente m¨¢s Madrid que nunca con Zidane, un entrenador cuya marca por m¨¢s global que sea nunca desafi¨® a la del club, como pas¨® con Mourinho. La sonrisa del franc¨¦s le viene mejor a la entidad de Florentino que la ira de cualquier t¨¦cnico, como qued¨® demostrado con Ancelotti, Del Bosque o Molowny. El equipo ha sorteado mil y un rivales y multitud de contrariedades porque no tiene m¨¢s prioridad que la de ganar, circunstancia que obliga a tener una plantilla m¨¢s que un equipo, justamente lo contrario de lo que le pasa al Bar?a.
El Madrid se siente m¨¢s Madrid que nunca con Zidane
Los azulgrana no acaban de completar un buen partido que ayude a levantar la moral despu¨¦s de descontar unos cuantos puntos, siete en el Camp Nou. A excepci¨®n de Umititi los fichajes todav¨ªa no han cuajado y las lesiones han limitado el margen de actuaci¨®n de Luis Enrique. Alba, Piqu¨¦ e Iniesta, indispensable para coser al plantel, llegan muy exigidos al encuentro, y si hay alguna duda en la alineaci¨®n es pol¨ªtica: ?jugar¨¢ Mascherano de lateral y Umtiti formar¨¢ en el eje con Piqu¨¦ o Sergi Roberto sustituir¨¢ a Rakitic? No es una duda cualquiera porque el Madrid siempre atac¨® bien en el Camp Nou, con delanteros y laterales, la ¨²ltima vez con Marcelo. La lesi¨®n de Bale, un futbolista capital para atacar los espacios, parece por tanto un alivio para el sistema de contenci¨®n de Luis Enrique.
Al Bar?a le cuesta meter goles desde que se encomend¨® al tridente y disminuy¨® el caudal rematador de Luis Su¨¢rez. Juegan los barcelonistas a ratos, de forma discontinua, necesitados del hilo de juego y de la pausa de los volantes, ninguno como Iniesta, el jugador que le da identidad al Barcelona. Los n¨²meros exigen en cualquier caso un respeto hacia los azulgrana, que habitualmente han sabido sobreponerse a la adversidad, ganadores de seis de los ¨²ltimos ocho campeonatos de Liga. El propio Luis Enrique sobrevivi¨® a la crisis de Anoeta que le enfrent¨® a Messi y despu¨¦s a la derrota del Madrid en el Camp Nou. Ocurre que el desgaste del asturiano ha ido en aumento, hasta el punto que ahora mismo no se sabe si renovar¨¢ en junio o conceder¨¢ un tiempo m¨¢s de gracia, como ya pas¨® con Guardiola.
Tampoco ha renovado Messi. Hay la sensaci¨®n de que el barcelonismo necesita de un triunfo de impacto para renovar su fe en el proyecto de Bartomeu. As¨ª dispuesto, el marco invita tambi¨¦n al Madrid a una victoria indiscutible para agrandar las dudas del Barcelona. La cita tiene por tanto un tono grandilocuente, como si se tratara de una final para el Bar?a.
Exigido por la clasificaci¨®n, al Bar?a no le queda m¨¢s remedio que volver a atacar
Papeles cambiados
A diferencia de los madridistas, a los azulgrana siempre les cost¨® ir a remolque de su rival y habitualmente necesitaron del buen juego para ganar t¨ªtulos: la conquista de la Liga ha ido asociada siempre a la Champions, nada que ver con lo que le ocurre al club de Florentino. El marco invita a constatar si es verdad que el Bar?a se parece cada vez m¨¢s al Madrid y el Madrid al Barcelona, ni que sea por el protagonismo de los volantes en el equipo de Zidane y de los delanteros en el de Luis Enrique, circunstancia que no ha pasado desapercibida para el t¨¦cnico ¡ª¡°a veces nos aceleramos demasiado¡±¡ª ni para Messi: ¡°Necesitamos estar juntitos y ordenados¡±.
Exigido por la clasificaci¨®n, al Bar?a no le queda m¨¢s remedio que volver a atacar despu¨¦s de un tiempo de contraatacar y de dar velocidad a la pelota m¨¢s que contar los kil¨®metros que recorre Messi. El Madrid, en cambio, juega de mil maneras diferentes en funci¨®n de su n¨®mina de futbolistas y de las caracter¨ªsticas del rival, tambi¨¦n si se trata del Barcelona. No le ha ido mal al equipo blanco en el Camp Nou de la misma manera que el Barcelona se bate muy bien en el Bernab¨¦u.
Los azulgrana son al fin y al cabo los campeones de Liga y, por tanto, est¨¢n dispuestos a defender su hegemon¨ªa a partir de su duelo con el Madrid, un encuentro cuya expectaci¨®n ser¨¢ m¨¢xima porque interesa a cerca de 200 pa¨ªses y a m¨¢s de 600 millones de espectadores, una muestra m¨¢s de que el cl¨¢sico parece el partido definitivo para la Liga.
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