Irrumpe la moviola
La tecnolog¨ªa salt¨® a escena en la Espa?a del f¨²tbol con la aparici¨®n de esta innovaci¨®n televisiva en 1972

La moviola apareci¨® con nosotros en la primera jornada de la temporada 72-73, con la creaci¨®n de Estudio Estadio. TVE afrontaba por primera vez el reto de emitir los res¨²menes de la jornada el propio domingo. Hasta ese a?o, se emit¨ªan el lunes, en un programa que primero se llam¨® La Jornada y, posteriormente, Ayer Domingo. El nuevo programa se le confi¨® a un joven periodista catal¨¢n, Pedro Ruiz, hoy hombre de largu¨ªsima trayectoria en el mundo de la televisi¨®n y del espect¨¢culo, con varios t¨ªtulos publicados. Entonces ten¨ªa 25 a?os reci¨¦n cumplidos. Le gustaba (le gusta) el f¨²tbol, hab¨ªa sido narrador de partidos en Radio Barcelona y en Radio Nacional, y tambi¨¦n hab¨ªa hecho apariciones en televisi¨®n:
¡ªEntre ellas, un programa que s¨®lo dur¨® seis emisiones. Lo hac¨ªamos Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa y yo, se llamaba Duplex Extra Sport, idea de Alfredo Amestoy. Era una especie de duelo Madrid-Barcelona, con alg¨²n o algunos invitados.
¡ªAlgo as¨ª como un lejano antecedente del Chiringuito.
¡ªS¨ª, se podr¨ªa decir. Lo quitaron, porque dec¨ªan que enfrentaba a las dos ciudades.
Pedro Ruiz narr¨®, fue su ¨²ltimo partido en la radio, el Bar?a-Madrid del penalti fuera del ¨¢rea de Guruceta y a¨²n recuerda la lluvia de almohadillas. Ese mismo verano, Tom¨¢s Garc¨ªa, uno de los grandes de TVE en la ¨¦poca, le encarg¨® el nuevo programa, para el que ¨¦l mismo sugiri¨® el nombre: Estudio Estadio. En la misma reuni¨®n, buscando algo de especial impacto, el productor jefe, Luis de la Plaza, habl¨® de algo que estaba haciendo la RAI, la repetici¨®n de jugadas pol¨¦micas con una moviola, que permit¨ªa dar para delante y para atr¨¢s.
Se estren¨® en septiembre, con la primera jornada. Pedro Ruiz sali¨® (lo recuerdo como si fuera ayer) con un aparatito con dos manivelas sobre la mesa, del que explic¨® que se llamaba moviola y para lo que serv¨ªa. Hizo algunas demostraciones previas:
El primer presentador de la moviola fue Pedro Ruiz, que alcanz¨® una gran notoriedad al frente del programa
¡ªEn realidad era un poco cuento. Lo que yo mov¨ªa no hac¨ªa nada, era atrezzo. La moviola estaba en el control, la manejaba un operario. Yo no ve¨ªa nada hasta que sal¨ªa en imagen, como los telespectadores.
Pero fue un boom. Aquello le dio un aire especial a un programa nuevo. S¨®lo los partidos que se jugaban en ciudades que ten¨ªan centro regional de TVE instalado pod¨ªan mandar sus res¨²menes a tiempo, por el ¨¦ter. Otros viajaban en avioneta, desde donde fuera, y eran lanzados, en vuelo rasante, en un paquetito sujeto a un paraca¨ªdas, sobre el tejado del edificio de TVE. Se revelaban a toda prisa y se emit¨ªan. Heroico.
Aunque hemos asociado en la memoria colectiva a la moviola con las figuras de Ortiz de Mend¨ªvil y Pedro Ruiz, este me asegura que nunca estuvieron juntos:
¡ªNo, yo no trabaj¨¦ con ¨¦l. ?l vino justo despu¨¦s. Yo dur¨¦ s¨®lo once meses. Resulta que lo quise simultanear con trabajar en el teatro, un poco teatro, un poco cabaret. Rafael Ramos Losada, el director de la tele, que era del Opus, me dijo que eso no pod¨ªa ser. Que no era imagen, que ten¨ªa que dejar una cosa u otra. Y le dije que lo dejaba y me fui al teatro. No me gusta que me impongan cosas.
De aquel periodo le quedan, sobre todo, dos recuerdos:
¡ªEl primero, que de un d¨ªa para otro no pude andar por la calle. La gente se enfadaba. En Madrid me dec¨ªan que era del Barcelona y en Barcelona, que era del Madrid. La segunda, que en Navidad no se pod¨ªa ni entrar en casa. Yo viv¨ªa con mis padres, en su sencillo piso, en la Calle del Camp. Recib¨ª unas cuarenta cestas, de todos los equipos, de Federaciones¡ No hab¨ªa d¨®nde poner un pie: el pasillo, las habitaciones, la cocina, la salita, todo abarrotado. Las Navidades siguientes recib¨ª una botella de vino. Eso fue todo. Fue una gran lecci¨®n para m¨ª. Me permiti¨® saber c¨®mo son las cosas.
El primer colegiado que empez¨® a analizar las actuaciones de sus compa?eros fue Ortiz de Mend¨ªvil
A Pedro Ruiz le sucedi¨® Miguel Vila y a ¨¦ste Julio-C¨¦sar Fern¨¢ndez. Entonces apareci¨® Ortiz de Mend¨ªvil, ¨¢rbitro reci¨¦n retirado tras una carrera larga y de prestigio. Era de Bilbao, as¨ª que no ten¨ªa que pasear mucho ni por Madrid ni Barcelona, donde estaban los peores problemas. Adquiri¨® una gran popularidad. El aficionado empez¨® a llamarle Don Moviolo y se daban sus veredictos como prueba definitiva, que atajaba las discusiones. Poco a poco, adem¨¢s, fueron mejorando las im¨¢genes.
Falleci¨® no hace mucho. Tuve la ocasi¨®n de tener varias conversaciones con ¨¦l. Tambi¨¦n sufri¨® ataques, pero por parte de sus colegas, los ¨¢rbitros, que se sent¨ªan traicionados por un colega retirado que pon¨ªa en solfa sus decisiones en televisi¨®n. Hicieron declaraciones, escritos. Un d¨ªa que hablamos a fondo me coment¨®, con m¨¢s regocijo que resentimiento:
¡ªMuchos de ellos se hicieron comentaristas en cuanto colgaron el silbato. En realidad yo abr¨ª un camino que luego les ha servido a muchos. Empezaron las radios a tener cada cual su ¨¢rbitro, luego fueron apareciendo las televisiones, cada vez m¨¢s, y hubo sitio para muchos de los que pon¨ªan el grito en el cielo.
A Pedro Ruiz, sin embargo, aquello no le convenc¨ªa del todo, y en sus meses en Estudio Estadio y m¨¢s tarde se com¨ªa el coco en busca de un invento, que construy¨® en su imaginaci¨®n y que se deber¨ªa llamar La Arbitrola:
La a moviola ah¨ª sigue. Fue el primer auxilio tecnol¨®gico que tuvo el f¨²tbol. Ahora aparece el VAR
¡ªMe parec¨ªa injusto que se decidiera sobre el trabajo del ¨¢rbitro con otras c¨¢maras, que daban otro ¨¢ngulo, otra visi¨®n distinta de la suya. As¨ª que empec¨¦ a pensar en un sistema que pudiera poner el punto de visi¨®n en los ojos del ¨¢rbitro, en el mismo lugar en que est¨¢, y a su misma estatura. As¨ª sabr¨ªamos exactamente lo que ve¨ªa el ¨¢rbitro, y s¨®lo as¨ª podr¨ªamos ser justos con su decisi¨®n. Porque a veces puede estar tapado, y no ver lo que pasa.
Hoy, convinimos, ya podr¨ªa hacerse eso con la tecnolog¨ªa 360, que se estren¨® en Espa?a en el ¨²ltimo cl¨¢sico, y que puede hacer exactamente eso: colocar el punto de visi¨®n donde se quiera, algo as¨ª como tener una c¨¢mara en un p¨¢jaro controlado a distancia al que se mueve libremente por las tres dimensiones.
La moviola ah¨ª sigue. Fue el primer auxilio tecnol¨®gico que tuvo el f¨²tbol. Ahora aparece el VAR, que viene a ser lo mismo, m¨¢s sofisticado y con la pretensi¨®n de rectificar sobre la marcha los errores u omisiones del ¨¢rbitro. Su aparici¨®n, un tanto chapucera, ha despertado una enorme catarata de discusiones. Como aquella moviola. Respecto al VAR, hay muchos esc¨¦pticos, entre los que me cuento, pero no dejo de reconocer que al menos ha servido para animar este Mundialito¡
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