El Real Madrid gana al Sevilla y sigue embrujado
Los blancos engullen a su rival con un ejercicio de coordinaci¨®n tan s¨®lido como eficaz
Vive el Real Madrid en una cena eterna en la que cualquier alimento le sabe a marisco. Con un Zidane que convierte en vino hasta al Madrid m¨¢s aparentemente aguado, su equipo engull¨® al Sevilla sin necesidad de masticarlo. Lo degust¨® especialmente James, que descorch¨® su pierna izquierda sobre el mantel verde del Bernab¨¦u. Tras semanas de incertidumbre en las que su marcha parec¨ªa cercana, no hay por el momento noticias de que vaya a ocurrir, mucho menos si su actuaci¨®n ante el Sevilla se convierte en la norma. Pues el Madrid arranca el a?o con un partido de esos que convierten los deseos de enero en renglones a seguir y que dejan al colombiano como regalo anticipado.
Y eso que el Madrid salt¨® al campo sin ning¨²n miembro de su flamante delantera, con Morata en lugar de Benzema, el ¨²nico disponible, y con Asensio y James haciendo de extremos sin serlo. Se agarr¨® a la fiabilidad de Modric para trasladar el bal¨®n y estir¨® el campo gracias a Carvajal y Marcelo. El orden le dur¨® al Sevilla lo que tard¨® Casemiro en arrebatarle el bal¨®n a N¡¯Zonzi desde el suelo y traslad¨¢rselo a James para que con un disparo ajustado hiciera el primer gol del partido. Sorprendi¨® el equipo andaluz al tratar de sacar el bal¨®n continuamente por abajo cuando posee a dos torres como Iborra y N¡¯Zonzi en la columna central del campo. Asegur¨® su entrenador el martes que para hacer da?o al Madrid hay que arrebatarle la pelota, pero estir¨® demasiado el mensaje. La intenci¨®n de generar superioridad colocando al medio franc¨¦s junto a la l¨ªnea de centrales liber¨® a Kroos y Modric y aisl¨® a Nasri y Ganso, que se qued¨® en el t¨²nel de vestuarios tras el descanso.
Sin la presencia de Cristiano y Lucas, el juego habitual del Madrid mut¨® a un estilo m¨¢s reposado. El medio intercambi¨® la pelota hasta aglutinar un buen n¨²mero de rivales en un mismo espacio para distribuirla despu¨¦s hacia el exterior. Lo interpret¨® bien Asensio, y lo explotaron Carvajal y Marcelo, lanzadores y rematadores. El brasile?o caz¨® una volea tras un centro de James pocos minutos despu¨¦s de que Modric hiciera lo propio con una entrega de Carvajal. El Madrid entreg¨® su empe?o a dos valores fijos como sus laterales, algo que nunca logr¨® neutralizar el Sevilla.
Brillante Marcelo
Su derrumbe lleg¨® tras el tanto de Varane de cabeza en un c¨®rner, en una de esas situaciones en las que todos los defensas se miran y ninguno entiende por qu¨¦ nadie se arrim¨® m¨¢s. El franc¨¦s cabece¨® sin oposici¨®n y cruz¨® la pelota con un giro de cuello impecable. A pesar del varapalo, el Sevilla no modific¨® su comportamiento y sigui¨® con el pase corto. Gener¨® peligro, sin embargo, en una de las pocas apariciones de Vitolo, aunque el canario no resolvi¨® ante Casilla, inm¨®vil en el mano a mano. Crec¨ªa la ansiedad en el Sevilla hasta el punto de que su defensa decidi¨® arruinar del todo la noche con un penalti sobre Modric. Mercado empuj¨® al croata al tiempo que Mariano hizo lo propio con James provocando un penalti doble. James lanz¨® apoy¨¢ndose sobre su zurda y el bal¨®n encontr¨® de nuevo el fondo de la porter¨ªa.
Resolvi¨® Sampaoli tras el descanso que sustituir a Ganso por Sarabia y adelantar la posici¨®n de N¡¯Zonzi podr¨ªa desajustar al Madrid, pero el socav¨®n mantuvo sus dimensiones. Se sinti¨® c¨®modo el equipo de Zidane, que continu¨® utilizando el traslado de la pelota de un rinc¨®n a otro como un elemento de distorsi¨®n. Por momentos pareci¨® que ni corr¨ªa, pues la pelota se ve¨ªa atra¨ªda por un campo magn¨¦tico sin zonas de vac¨ªo. Tal fue el estado de gracia que la grada, tan habitualmente acinturonada al asiento, decidi¨® levantarse hasta para aplaudir un control de bal¨®n de Marcelo.
Si algo no hab¨ªa logrado hasta el momento el Madrid de Zidane era mantener el contacto con el ritmo del partido durante todas sus fases. Acostumbrado a la reacci¨®n por calambrazo, los blancos evitaron que la corriente les sorprendiera. Tan solo cedieron un disparo de Escudero desde la frontal del ¨¢rea que se perdi¨® lejos del larguero de Casilla. No decidi¨® dar el partido por resuelto Zidane hasta el ¨²ltimo cuarto de hora, cuando dio entrada a Isco, Danilo y Mariano. La ovaci¨®n que recibi¨® James poco record¨® a los pitidos que en m¨¢s de una ocasi¨®n acompa?aron al colombiano durante los ¨²ltimos meses. La relaci¨®n parece haber cambiado, aunque en el f¨²tbol los romances duran lo que marca el resultado.
Pero el embrujo del Madrid, que se extiende ya hasta los 38 partidos consecutivos sin conocer la derrota, parece exento de cualquier cambio de calendario. Y mantener ese patr¨®n sigue siendo el mejor aliciente.
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