Conte contra Costa: un cuento chino
En los pr¨®ximos d¨ªas veremos si el delantero valora m¨¢s su cuenta bancaria o si se queda en Londres
"El individuo lleva realmente una existencia doble." Sigmund Freud.
Diego Costa, a d¨ªa de hoy jugador del Chelsea, no sabe si es espa?ol o brasile?o. No sabe si quiere vivir en Londres, Madrid o Tianjin. No sabe si quiere ganar la Premier League inglesa o la S¨²perliga china. No sabe si quiere seguir conform¨¢ndose con un sueldo de 210.000 euros a la semana o si quiere aceptar una oferta de 630.000.
Es dif¨ªcil ser Diego Costa, dos personalidades en una: el hombre y el jugador. Costa el hombre es un indeciso; Costa el jugador es un tibur¨®n. Costa el hombre es t¨ªmido; Costa el jugador intimida. Costa el hombre marca goles en propia puerta; Costa el jugador es el principal goleador de la Premier y la principal raz¨®n por la que el Chelsea va primero en la tabla.
Lo cual no impidi¨® que Antonio Conte, su entrenador, lo dejara fuera de la lista para el partido de este fin de semana contra el Leicester City. Nada que ver, por supuesto, con c¨®mo Costa est¨¢ jugando; todo que ver con las dudas existenciales que asolan a un individuo que naci¨® en Brasil pero eligi¨® jugar para la selecci¨®n espa?ola.
La noticia domin¨® las p¨¢ginas deportivas inglesas el s¨¢bado por la ma?ana. Antes nadie sab¨ªa que hab¨ªa un problema. O, mejor dicho, si lo hubo, todos pensaban que estaba resuelto. Es verdad que Costa, como el resto de su equipo, jug¨® fatal la temporada pasada y es verdad que, como el propio Costa ha reconocido, el verano pasado ¨¦l hab¨ªa querido volver al Atl¨¦tico de Madrid, donde no solo triunf¨® antes de su traspaso a Londres en 2014 sino que fue feliz. Pero desde el comienzo de la temporada actual ha vuelto a jugar con la misma contundencia y efectividad que en su mejor etapa en Espa?a. Ha marcado 14 goles en liga y la afici¨®n del Chelsea, rendida a su feroz entrega, le adora.
El consenso en Inglaterra es que tanto la espectacular recuperaci¨®n de forma de Costa como la del resto del equipo se debe al nuevo entrenador. Todo indicaba que los jugadores del Chelsea, Costa incluido, se hab¨ªan enamorado de Antonio Conte, un tipo tan intenso y exigente como Diego Simeone, el entrenador del Atl¨¦tico, pero (lo que no es dif¨ªcil) con m¨¢s encanto.
Resulta que no todo es como parec¨ªa. La historia publicada en todos los peri¨®dicos ingleses este fin de semana es que Conte y Costa tuvieron una pelea verbal hace pocos d¨ªas que acab¨® con Conte espet¨¢ndole: "?Vete a China!"
Seg¨²n cuentan, Costa no quiso entrenar con el resto del equipo porque dec¨ªa que ten¨ªa un problema en la espalda. Los m¨¦dicos del club no le creyeron y Conte tampoco. El trasfondo, lo que provoc¨® el estallido con el entrenador, es que un equipo chino llamado el Tianjin Quanjian, con base en una ciudad desconocida por el resto del mundo de 15 millones de habitantes, aparentemente le ha tentado con una oferta salarial de 34 millones de euros anuales. Para complicar un poco m¨¢s la historia, se sabe tambi¨¦n que Costa nunca ha acabado de sentirse c¨®modo en Londres y que a?ora Madrid. Aunque por otro lado fue a pasar las fiestas de diciembre no en Espa?a sino con su familia en Brasil.
Si Costa acaba siguiendo a China a otros dos jugadores del Chelsea, su compatriota Oscar y el nigeriano Obi Mikel, ser¨¢ m¨¢s para asegurar su futuro que para mejorar su calidad de vida actual. Londres no tendr¨¢ el buen tiempo de Madrid pero en Tianjin este fin de semana ha hecho, como es habitual en esta ¨¦poca, seis grados bajo cero. En cuanto a calor humano, podemos suponer que Tianjin tampoco es Copacabana.
Veremos en los pr¨®ximos d¨ªas si lo que Diego Costa m¨¢s valora en la vida es su cuenta bancaria o si seguir¨¢ los consejos de compa?eros de equipo como el catal¨¢n Cesc F¨¢bregas que le est¨¢n presionando para que se quede en Londres. Sin Costa es dif¨ªcil que el Chelsea siga en su l¨ªnea arrolladora de los ¨²ltimos tres meses. El campeonato ingl¨¦s dejar¨¢ de ser un paseo, como lo est¨¢ siendo para el Real Madrid en Espa?a, y se convertir¨¢ en una apasionante lucha entre cuatro, cinco o incluso, si el Manchester United sigue en su buena racha, seis. Lo que ser¨ªa una calamidad para el Chelsea, pero un golazo para el f¨²tbol ingl¨¦s y para los aficionados del Tianjin.
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