Nadal
Uno reconoce a un mito porque convierte un torneo legendario en un ¨¢mbito dom¨¦stico
Vi una vez a Nadal en directo. Fue ver a The Beatles en The Cavern Club: Nadal jugaba una final de Roland Garros. Uno reconoce a un mito porque convierte un torneo legendario en un ¨¢mbito dom¨¦stico, una atm¨®sfera reconocible por ¨¦l y los suyos en la que se mueven con la misma facilidad que una familia de tigres en la selva; as¨ª Merckx, Ballesteros, Indurain, Bolt o Maradona. Aquel fue su s¨¦ptimo t¨ªtulo y las instalaciones de Par¨ªs exhib¨ªan las im¨¢genes de todos los campeones, as¨ª que la ¨²ltima d¨¦cada era el ¨¢lbum fotogr¨¢fico de Nadal. Desde 2005, con una excepci¨®n, lo hab¨ªa arrasado todo de tal forma que si uno pasaba r¨¢pido la mirada s¨®lo ve¨ªa a Nadal creciendo. Quiero decir que Nadal convirti¨® Ronald Garros en su cumplea?os; haber nacido el 3 de junio era el recordatorio definitivo.
Nadal tiene 30. Ha estado lesionado las suficientes veces en las ¨²ltimas temporadas como para darlo por muerto, ha perdido en primeras rondas, lo han vapuleado novatos y se ha puesto pelo, algo natural salvo en el chico de 17 a?os que todo el mundo sigue queriendo ver en Sevilla ganando una Davis. Cuando se gana tanto lo f¨¢cil es olvidar y lo duro es llevar la cuenta, pero Nadal ha vencido en finales inolvidables por su instinto para la supervivencia y un genio que acab¨® con el mejor tenista de la historia en su mejor tiempo y su superficie m¨¢s querida, Roger Federer, en uno de los mejores partidos de siempre, Wimbledon 2008.
Uno sabe que las cosas no funcionan cuando los mismos adjetivos de esa legendaria final contra Federer se escriben para describir los dieciseisavos de final de Australia contra un tenista de 19 a?os, Alexander Zverev. La decadencia consiste en incrustar los adjetivos de las grandes frases de antes en las de ahora: colocarlos es un arte, que funcionen es obra de un genio. Dentro de unos a?os Zverev estar¨¢ entre los diez mejores del mundo y Nadal se habr¨¢ retirado, pero eso es natural. Lo que no es natural es remontarle a un talento de la proyecci¨®n de Zverev fundi¨¦ndole f¨ªsicamente en el quinto set: no hace falta calidad sino car¨¢cter. En el tenis se le puede ganar a alguien que es mejor que t¨², pero es casi imposible ganarle a quien est¨¢ dispuesto a serlo y tiene 12 a?os de ventaja. Nadal va a acabar en la pista, si acaba alg¨²n d¨ªa, siendo Nadal. Se recordar¨¢ en sus ¨²ltimas derrotas con la misma luz que en sus primeros t¨ªtulos.
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