Nadal exhibe m¨²sculo ante Monfils y desembarca en los cuartos de final del Open de Australia
El balear vence al franc¨¦s (6-3, 6-3, 4-6 y 6-4) y se medir¨¢ a Raonic, superior a Bautista (7-6, 3-6, 6-4 y 6-1)
Sudaba y sudaba Gael Monfils, a chorros. L¨®gico, porque delante ten¨ªa a un Rafael Nadal plet¨®rico en lo t¨¦cnico y lo f¨ªsico, as¨ª que exprimi¨® al parisino como a una naranja. No afloja este Nadal, l¨¢tigo y muro, este Nadal rehabilitado, porque rompe la pelota y frustra al de enfrente devolvi¨¦ndoselas todas. Que se lo pregunten si no al jovenzuelo Zverev, consumido en la ronda previa, y ahora a Monfils, un atleta que termin¨® agotado y entregado, vencido por 6-3, 6-3, 4-6 y 6-4, en 2h 55m. El triunfo le condujo al balear directamente a los cuartos del Open de Australia, a un choque de envergadura con el gigant¨®n Milos Raonic (7-6, 3-6, 6-4 y 6-1 a Roberto Bautista, despu¨¦s de 2h 51m).
El canadiense, tutelado el curso pasado por Carlos Moy¨¢, ser¨¢ el pr¨®ximo examen. Mucho m¨¢s exigente, a buen seguro. Pero antes, en la lluviosa jornada de este lunes en Melbourne, el de Monfils, superado con nota por Nadal. El franc¨¦s lo intent¨® por todos los medios. Teste¨® a su rival de una y otra manera, con mayor o menor aceleraci¨®n, con m¨¢s o menos ritmo, pero solo le encontr¨® las cosquillas cuando en realidad todo ya estaba bastante decantado en su contra. ?Qu¨¦ he hecho yo para hacer esto?, se preguntaba el galo, al que los vaivenes del ¨²ltimo a?o en el circuito le han concedido el privilegio de ocupar el n¨²mero seis, pero que sigue siendo indescifrable.
Es imprevisible Monfils, ciclot¨ªmico. Lo mismo firma un escorzo imposible o lanza una derecha a 180 km/h que falla con la bola m¨¢s f¨¢cil. Nadal le conoce bien. La clave estaba, lo sab¨ªa el de Manacor, en cerrar el partido por una v¨ªa sobria y evitar los polos, la acci¨®n-reacci¨®n. Ah¨ª es donde el galo pod¨ªa cobrar vida y tener alguna opci¨®n. Nadal, buen estratega adem¨¢s de portento f¨ªsico, cercen¨® cualquier esperanza de Monfils con una propuesta seria y lineal, aunque en la recta final tuvo que contener una ligera revuelta. Encendi¨® el autom¨¢tico, el modo rob¨®tico que tan bien le est¨¢ funcionando en este torneo, y lamin¨® a su adversario con un pack de servicio (73% de efectividad) y fiabilidad.
Si Zverev le propuso un duelo de t¨² a t¨², contra Monfils volvi¨® a ser ¨¦l quien llev¨® por completo la iniciativa. Domin¨® con el drive y marc¨® el paso. Con la pista central techada, la bola le corri¨® menos que otros d¨ªas, pero lo suficiente como para deslavazar al franc¨¦s. Para empezar, en el primer parcial, quebr¨® el primer saque de Monfils e imprimi¨® velocidad. Luego, en el segundo, un arranque id¨¦ntico, aunque el parisino vio por un instante algo de luz y devolvi¨® el break (3-3). Nadal, fr¨ªo como un iceberg. Imperturbable. A la que intent¨® levantarse su adversario le dio un azote y le hizo ir al rinc¨®n de pensar. As¨ª, una y otra vez. As¨ª ampli¨® la renta y as¨ª sembr¨® su victoria.
La reacci¨®n libertaria del franc¨¦s
A Monfils (64 errores y 10 dobles faltas en el c¨®mputo global) ya solo le quedaba la heroica. Dos sets abajo frente a un Nadal categ¨®rico e irascible, que avanza como una locomotora sobre la moqueta de Melbourne Park. Mal asunto, muy mal asunto. Y todav¨ªa peor si le vino a la mente la ¨²ltima vez que ambos se encontraron en el mismo territorio; fue hace tres a?os y aquel d¨ªa Nadal tan solo le permiti¨® llevarse tres juegos. En esta ocasi¨®n fue m¨¢s benevolente. Monfils se vio completamente perdido y combustion¨®. Solo tuvo mordiente y fue Monfils en el momento en el que de verdad se solt¨®. Es al fin y al cabo un jugador art¨ªstico y libertario, al que le hast¨ªa la t¨¢ctica, al que le angustia jugar bajo el yugo del marcador. Tal vez no sea un tenista para ganar torneos, sino simplemente para disfrutar y hacer disfrutar.
El espa?ol carbura al cien por cien cuando advierte resistencia. No es ning¨²n secreto que la ¨¦pica es su motor, su fuerza tractora
Consigui¨® estirar la velada (dos sets a uno), aunque en realidad fue algo ef¨ªmero, un espejismo. Nadal, implacable, volvi¨® a castigarle. Ni un ¨¢pice de nerviosismo por parte del balear. Del mismo modo que Monfils se activa cuando se olvida de que est¨¢ compitiendo, Nadal carbura al cien por cien cuando advierte resistencia. No es ning¨²n secreto que la ¨¦pica es su motor, su fuerza tractora. La amenaza de que el galo pudiera dar un segundo zarpazo era muy remota, pero se dio: 4-3 y 30-0. As¨ª que Nadal luci¨® m¨²sculo otra vez. Conforme m¨¢s le tute¨® Monfils, m¨¢s se activ¨® el de Manacor. La adrenalina es su gasolina y en el ep¨ªlogo la hubo, pero al franc¨¦s ya se le hab¨ªan agotado el cr¨¦dito y las fuerzas. Un poco de show y adi¨®s.
De nuevo, dos a?os despu¨¦s, Nadal estar¨¢ entre los ocho mejores de un gran torneo. La cita ahora es con Raonic, el jugador que completa el podio del ranking actual. Un bombardero que ya le bati¨® recientemente a Nadal (en los cuartos de final de Brisbane) y que en los ¨²ltimos tiempos ha enriquecido su registro. Saca, pega y volea, pero ha aprendido a moverse mejor. Ya no solo arrastra sus 98 kilos. Lo comprob¨® el castellonense Bautista, reducido con un alud de 75 ganadores y 33 puntos directos con el saque. Supondr¨¢ un test que exigir¨¢ todav¨ªa m¨¢s. Pero Nadal est¨¢ preparado. Vaya que s¨ª lo est¨¢.
RESULTADOS DE LA 8? JORNADA. LUNES 23
Cuadro masculino: Rafael Nadal,?6-3, 6-3, 4-6 y 6-4 a Gael Monfils; Milos Raonic, 7-6, 3-6, 6-4 y 6-1 a Roberto Bautista; Grigor Dimitrov, 2-6, 7-6, 6-2 y 6-1 a Denis Istomin; David Goffin, 5-7, 7-6, 6-2 y 6-2 a Dominic Thiem.
Cuadro femenino: Serena Williams, 7-5 y 6-4 a Barbora Strycova; Karolina Pliskova, doble 6-3 a Daria Gavrilova; Johanna Konta, 6-1 y 6-4 a Ekaterina Makarova; Mirjana Lucic-Baroni, 6-4 y 6-2 a Jennifer Brady.
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