Federer acerca la final so?ada en el Open de Australia
El de Basilea se impone a Wawrinka en un partido fraccionado en dos claras partes (7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3, despu¨¦s de 3h 04m) y espera al ganador de la otra semifinal, ma?ana entre Nadal y Dimitrov
Cumpli¨® Roger Federer con su parte. Es decir, para aquellos que reclaman una final entre ¨¦l y Rafael Nadal, un regreso a la gloriosa rivalidad del pasado, ya tienen al suizo clasificado para la final del domingo en Melbourne. El de Basilea (35 a?os) detuvo el tiempo, otra vez. Venci¨® a Stan Wawrinka por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3, despu¨¦s de 3h 04m, en un encuentro fraccionado en dos claras partes. El segundo plante¨® una partida de p¨®quer, al enga?o, a la falsa apariencia y el farol, y tuvo tambi¨¦n sus posibilidades, pero globalmente Federer fue m¨¢s s¨®lido y apunta ahora a su 18? trofeo en un major, el quinto en el Open de Australia. Queda la inc¨®gnita de saber con qui¨¦n se medir¨¢: Nadal, para completar el mejor cartel, o Grigor Dimitrov, su hijo ten¨ªstico.?
Desde un punto de vista est¨¦tico, el pulso fue delicioso. En el D¨ªa Nacional de Australia, reunir el rev¨¦s de Federer y el de Wawrinka es una buena forma de adornar la fiesta patri¨®tica. El uno m¨¢s liftado, el otro m¨¢s incisivo. Fabulosos ambos, en cualquier caso. En los dos primeros parciales, el que se impuso fue el primero. Sali¨® Federer a la pista en uno de esos d¨ªas en los que parece que bailotea sin pisar el suelo, como Fred Astaire. Fresco de piernas y perfecto en la volea, el de Basilea cerc¨® a Wawrinka, al que le cost¨® cogerle el aire al partido y que en la primera manga fall¨® cuando menos deb¨ªa, con tres errores que propiciaron la rotura en contra y dieron m¨¢s vuelo a su rival.
Por instantes dio la sensaci¨®n que el de Lausana jug¨® con un exceso de celo por el respeto reverencial que le tiene a Federer. Al fin y al cabo, los suizos son buenos amigos y han compartido muchas experiencias, y Wawrinka es consciente de lo que representa su compatriota en su pa¨ªs y para el tenis. De alguna manera, Stan ha jugado siempre a la sombra de Federer, hiciera lo que hiciera. Y en la primera mitad de este ¨²ltimo choque tambi¨¦n. El campe¨®n de 17 grandes puso m¨¢s tierra de por medio con un break para 4-2 en el segundo set. Wawrinka ya hab¨ªa empezado a torcerse y no lo encaj¨® nada bien. Bot¨® su raqueta en el suelo y despu¨¦s la parti¨® con su rodilla.
De alg¨²n modo, las malas formas le sirvieron para liberarse. Desde la grada, un espont¨¢neo mostr¨® sus preferencias, ajenas a lo que acontec¨ªa sobre la moqueta. ¡°?Vamos Rafa!¡±, se escuch¨® con acento anglosaj¨®n. Y eso le toc¨® la fibra a Stan, porque mientras la mayor¨ªa demandaba una final entre Nadal y Federer, ¨¦l quiso reivindicarse y reclamar su cuota de protagonismo. Respeto a Stan. Tres t¨ªtulos de Grand Slam el de Lausana, el primero de ellos precisamente en Melbourne, hace tres a?os (2014), derrotando en la final al de Manacor. Efectivamente, respeto para el hombre imprevisible, capaz de batir a todo el Big Four, a Federer, a Nadal, a Djokovic o a Murray. Todav¨ªa plantear¨ªa resistencia.
Federer: 28? final de Grand Slam, la sexta en Melbourne
Cuando mayor sensaci¨®n hab¨ªa de que estaba fuera del partido, desconectado y desganado, pasivo, dos sets abajo y con un vendaje en la rodilla derecha, Wawrinka volvi¨® y respondi¨®. Firm¨® su primera rotura despu¨¦s de 98 minutos y se ventil¨® el tercer set en 26. Entonces fue Federer el que tuvo un bache. Durante media hora el de Basilea estuvo a merced de su amigo, como si estuviera dormitando, un peque?o impasse para coger aire. La apret¨® Wawrinka con un break de arranque en el cuarto parcial, pero replic¨® inmediatamente Roger. A partir de ah¨ª, paridad: 2-2, 3-3, 4-4¡ y el que muchos consideraban ya perdido, o sea, Stan The Man, el tenista que juega siempre con un as en la manga, dio un golpe de tim¨®n a la noche. Break, set, 2-2. ?Qui¨¦n lo hubiera pensado un rato antes, cuando Federer danzaba y ¨¦l parec¨ªa deambular con su camiseta y su nariz ros¨¢ceas? As¨ª es Stan.
El ¨²ltimo trofeo de Roger en Melbourne es de 2010 y solo perdi¨® una final, contra Nadal en 2009
Federer, viejo zorro, se fue al vestuario y el encuentro se detuvo nueve minutos. Mientras, Wawrinka calentaba para no perder la chispa. Incertidumbre y una manga por delante para que se decidiera si la gran final deseada por los m¨¢s rom¨¢nticos quedaba m¨¢s cerca, al 50%, a la espera de Nadal, o bien Stan le daba un drive a la m¨ªstica y se postulaba hacia su cuarto Grand Slam. Presi¨®n por ambas partes. En la guerra de reveses a una mano era superior Wawrinka, pero Federer compensaba con la derecha y abordando la red. Lo dieron todo ambos, de nuevo ninguno ced¨ªa (1-1, 2-2, 3-2¡), hasta que el de Lausana dio un paso el falso, cometi¨® una doble falta y entreg¨® el sexto juego.
Entonces, Federer lo vio muy claro. No as¨ª su esposa Mirka, todo el rato angustiada y nerviosa. 5-2, a un paso del objetivo. 5-3 y Federer serv¨ªa para ganar y corresponder a la grada de la Rod Laver, volcada con ¨¦l. Arranc¨® la secuencia definitiva: 30-0, a dos puntos solo; 40-0, a un suspiro; y un resto largo de Wawrinka. Explosi¨®n en la central. Federer, 35 a?os, seis meses lejos de las pistas, pisar¨¢ la final en su partido 100 en Melbourne. Ser¨¢ la 28? que dispute en un major, la sexta en Australia. Su ¨²ltimo trofeo all¨ª fue en 2010 y solo perdi¨® una, contra Nadal, en 2009. "Soy probablemente el fan n¨²mero uno de Rafa", dijo.
Ahora, el tenis puede rebobinar hacia el pasado. Ya se ver¨¢ ma?ana (9.30, Eurosport). Mientras tanto, impresionante lo del suizo. Sencillamente genial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.