El f¨²tbol y la fratr¨ªa
En el caso de la pancarta de apoyo al "Gordo" preocupa la indulgencia con la que se comportan entrenadores, jueces y pol¨ªticos
De vez en cuando ciertos elementos revelan cu¨¢les son los impulsos o fuerzas latentes que hay detr¨¢s de lo que Enrique Tierno Galv¨¢n denominaba ¡°acontecimientos sociales¡± y que no ser¨ªan otra cosa que ¡°la realizaci¨®n en espect¨¢culo de una concepci¨®n del mundo¡±. Para Tierno Galv¨¢n los toros eran el acontecimiento nacional espa?ol, del mismo modo que lo era la ¨®pera en Italia. En este momento en que la exaltaci¨®n nacional-nacionalista estar¨ªa quiz¨¢s (esperemos) mostrando el inicio de su propia decadencia, parece pertinente preguntarse qu¨¦ concepci¨®n del mundo impera detr¨¢s del f¨²tbol, de qu¨¦ colectividad es el f¨²tbol, deporte globalizado por excelencia, acontecimiento.?
Lo sucedido en la liga este fin de semana nos da algunas pistas. Al parecer, unos hinchas del Sevilla han aprovechado su viaje a Pamplona para saludar desde la grada de El Sadar a su amigo, encarcelado en la capital navarra por haber participado en una violaci¨®n en grupo en los ¨²ltimos sanfermines. Una bandera con los colores del Sevilla ten¨ªa inscrita la palabra "Gordo", apodo de Jos¨¦ ?ngel Prenda, miembro de la pe?a Biris Norte y uno de los integrantes del grupo de whatsapp autodenominado "La Manada", porque ¡°el poder del lobo reside en la manada¡±.?
Varias lecturas podr¨ªan derivarse de la pancarta, algunas incluso pol¨ªticas. En el art¨ªculo ?Tiene sexo la naci¨®n¡± la antrop¨®loga Bego?a Aretxaga enfatizaba que la ret¨®rica pol¨ªtica est¨¢ plagada de met¨¢foras sexuales, siendo habitual que los imperios traten a las naciones colonizadas como mujeres violadas. Por ellos, claro. Aretxaga analiza c¨®mo Irlanda tuvo que masculinizarse, construir h¨¦roes nacionales, para poder creerse su propio proceso de independencia, para empoderarse dir¨ªan hoy algunas. El exhibir el nombre del "Gordo" en el estadio de la ciudad donde perpetr¨® la violaci¨®n puede constituir un gesto imperialista, del que por otro lado tanto gusta el f¨²tbol y que est¨¢ m¨¢s relacionado de lo que pensamos con la cuesti¨®n que quiero poner sobre la mesa, la de la relaci¨®n entre sexos.?
Con una simple ojeada al Twitter desde el que se dedic¨® la victoria del Sevilla al tal ¡°Gordo¡± podemos saber de qu¨¦ estoy hablando. Como escribiera Simone De Beauvoir en su diario, precisamente describiendo Pamplona: ¡°Hombres, nada m¨¢s que hombres, cantando y bailando pesadamente, encantados de estar entre hombres¡±. Ella, que pas¨® la mayor parte de su vida social y profesional entre hombres, sinti¨® en Pamplona una fuerza centr¨ªfuga que le expulsaba, la fuerza de la fratr¨ªa.?
Precisamente uno de los seguidores de los amigos del Gordo, curiosamente del Betis, adorna su perfil con una foto en la que alrededor de cien varones de entre 20 y 40 a?os posan detr¨¢s de una enorme pancarta que dice: ¡°Brotherhood¡± (hermandad o fraternidad). De eso habla el f¨²tbol, de la celebraci¨®n de pertenecer a la fraternidad de los varones y de demostrar su superioridad. En todas las ¨¦pocas y en distintas sociedades se han encontrado instituciones parecidas: las sociedades secretas de las denominadas sociedades ¡°primitivas¡±, las fraternidades universitarias estadounidenses, las m?nnerbund alemanas e infinitas m¨¢s. Todas tienen en com¨²n tres caracter¨ªsticas, aunque refiera de momento dos: una estricta segregaci¨®n sexual y que el grupo se convierte en el referente normativo por excelencia. El grupo auxiliar¨¢ y proteger¨¢ a todos sus miembros independientemente de lo que hagan y mientras sean fieles al mismo. S¨®lo la traici¨®n al grupo se castiga. S¨®lo ante ¨¦l se rinden cuentas.?
Es comprensible entonces que los ¡°hermanos¡± del ¡°Gordo¡± le apoyen, y con m¨¢s l¨®gica a¨²n si de lo que se le acusa es de una violaci¨®n en grupo. Las violaciones en grupo son la tercera caracter¨ªstica de estas asociaciones, ya sea como castigo por haber osado espiar o poner en cuesti¨®n la autoridad masculina ya sea como modo de sellar la fraternidad. El macho alfa, patriarcal, mostraba su dominio y potencia sexual follando con cuantas mujeres pudiera, a poder ser con todas las del grupo. El macho fratriarcal folla con sus ¡°hermanos¡± por mediaci¨®n del cuerpo de una mujer, v¨ªctima o no. Eso es lo que en los ¨²ltimos a?os nos ofrece el f¨²tbol en materia sexual.?
No se me malinterprete. Con esto no quiero decir que todo aficionado al f¨²tbol sea proclive a tener relaciones en grupo. Y mucho menos a ser un violador. Lo que de verdad preocupa es la indulgencia, el que entrenadores, padres, jueces, pol¨ªticos y varones en general se comporten como ¡°hermanos¡±. Porque hay muy pocos violadores, pero demasiada tolerancia. Y es que nuestras sociedades invierten miles de millones en que los varones ¡°se hermanen¡±. El f¨²tbol es hoy el acontecimiento mundial de la fratr¨ªa.
Olatz Gonz¨¢lez Abrisketa es antrop¨®loga y profesora de la UPV/EHU
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