Camaleones contra supervivientes
El Barcelona se acostumbra a vivir al d¨ªa al tiempo que el Atl¨¦tico juega contra el recuerdo del equipo de Simeone
![Ramon Besa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F042b42c5-ca63-411a-883d-cb74d8d0d911.jpg?auth=3ea973647cbe92600acf20aba2329a6d83143025ecc0001b5b83e4d6be68bb1e&width=100&height=100&smart=true)
![Messi, durante el encuentro ante el Atlético.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SAHKYMHKH5H6NOY6GKLSDM2AJA.jpg?auth=62c1f32ba058ccc949ff10910fe9a31493797880d9a21d66c6af7b214448633c&width=414)
A veces da la sensaci¨®n de que el Atl¨¦tico es un equipo que no tiene presente, esclavo de su pasado y esperanzado con el futuro, rezagado en la Liga y tambi¨¦n en la Copa. M¨¢s que vivir, sobrevive, de manera que es especialmente reconocible en las situaciones l¨ªmite, como si resucitara cuando le cantan el R¨¦quiem. El Bar?a tambi¨¦n aguarda a que se recuperen Iniesta y Busquets para cuadrar una alineaci¨®n cuyo punto d¨¦bil sigue siendo el lateral derecho, hoy defendido por un excelente centrocampista, Sergi Roberto. No se sabe tampoco si renovar¨¢ Luis Enrique. Ni siquiera est¨¢ asegurada la continuidad de Messi. El barcelonismo, sin embargo, no tiene la sensaci¨®n de que se acabe el mundo; hay si acaso una tensa espera en el Camp Nou.
El equipo barcelonista vive al d¨ªa, negocia cada partido por separado, y su planteamiento depende de las circunstancias ¡ªlas rotaciones, el adversario, el torneo¡ª, un aspecto fundamental para entender su irregularidad en la Liga y tambi¨¦n su dificultad para corregirse en la Copa. Ahora mismo compite para no perder ning¨²n t¨ªtulo y, de momento, aspira a ganar la Copa despu¨¦s de resolver la ida de las semifinales disputada en el Calder¨®n. Jug¨® el Bar?a para ganar al Atl¨¦tico, y su victoria evidenci¨® que Luis Enrique ley¨® bien de salida las deficiencias rojiblancas y en cambio fue a remolque de Simeone cuando el t¨¦cnico argentino atac¨® con hasta cuatro delanteros, incluido Torres, un maleficio para el Bar?a.
El factor campo explicar¨ªa la presencia de Mascherano como mediocentro en ausencia de Busquets. Hay quien considera la presencia del Jefecito como una argentinizaci¨®n del Bar?a. Ocurre que los dem¨¢s jugadores de la Albiceleste no son los del Bar?a. Apostar por Mascherano en la medular significa errar en el pase, renunciar a la posesi¨®n, prescindir de la combinaci¨®n y, por contra, supone defender con seriedad, ser agresivos con la pelota, correr mucho y afinar m¨¢s en el tiro, un manual de practicidad, porque no se trata de trascender sino de vencer en el Calder¨®n. El gol de Su¨¢rez fue la mejor expresi¨®n del partido preparado por Luis Enrique. Mascherano se anticip¨® a Griezmann y, suelto el bal¨®n, Luis Su¨¢rez arm¨® una contra antol¨®gico por la conducci¨®n y la definici¨®n ante Moy¨¢. A campo abierto, nadie pudo atrapar al uruguayo, excelente en el cambio de ritmo cuando tuvo que eliminar a Savic y God¨ªn. El 9 fue el origen y final de un gol despu¨¦s de una jugada que reuni¨® las mejores virtudes de un ariete, la potencia y la precisi¨®n, mal combatidas por el Atl¨¦tico.
El equipo barcelonista vive al d¨ªa, negocia cada partido por separado, y su planteamiento depende de las circunstancias
Los rojiblancos fueron un equipo sorprendentemente manso cuando defendieron y, cuando atacaron, fueron incontenibles para un Barcelona que se qued¨® en fuera de juego ante el replanteamiento de Simeone. El partido adquiri¨® un guion in¨¦dito del que si salieron bien parados los azulgrana fue por la actuaci¨®n de Cillessen. A la desesperada, y desde la pasi¨®n del Cholo, los rojiblancos arramblaron con los barcelonistas, excepci¨®n hecha del gigante Messi, ¨²nico en la lectura de los encuentros, goleador superdotado, tambi¨¦n en el Calder¨®n. Mascherano fue un referente hasta el 0-2 y pareci¨® un estorbo desde el 1-2, se?al de la inestabilidad y del car¨¢cter camale¨®nico del Bar?a. El duelo demandaba pausa y control por parte azulgrana y en cambio se impuso el arrebato del Atl¨¦tico.
A la espera de Iniesta y Busquets, no hay manera de que el Bar?a complete un buen partido, en parte porque juega en funci¨®n de los rivales, mientras el Atl¨¦tico de Simeone juega contra el recuerdo del Atl¨¦tico de Simeone. El reto de Luis Enrique es lograr que el tridente marque las diferencias y lo volvi¨® a conseguir en el Calder¨®n. Queda, sin embargo, la vuelta entre camaleones y supervivientes.
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