Los doce d¨ªas sin partido del Real Madrid: menos ritmo y mismas cargas
Los blancos llegar¨¢n a Pamplona tras casi dos semanas sin competir. Zidane ha mantenido el mismo plan de trabajo que si hubieran jugado en Vigo
La suspensi¨®n del partido en Bala¨ªdos por problemas de seguridad ¡ªel temporal que azot¨® Galicia el fin de semana pasado da?¨® parte de la cubierta y de la estructura de la grada¡ª hizo que el Real Madrid se encontrara con un descanso forzoso e inesperado. Jug¨® su ¨²ltimo partido el 29 de enero contra la Real Sociedad y cuando pise el c¨¦sped del Sadar el s¨¢bado (20.45) habr¨¢ pasado 13 d¨ªas sin competir. ?Es buena la espera? ?C¨®mo hay que gestionarla? ?Qu¨¦ ha cambiado Zidane en su plan de trabajo? ?C¨®mo se suple la ausencia de competici¨®n?
La mayor preocupaci¨®n del t¨¦cnico es que el equipo haya perdido ritmo tras pasarse casi dos semanas sin competir y que lo haya perdido justo antes de la cita clave contra el N¨¢poles en la Champions. Su plan de trabajo, sin embargo, no ha variado. No ha buscado m¨¢s ritmo con m¨¢s cargas. Se han seguido las mismas pautas que en otras semanas. Ha cambiado, eso s¨ª, el matiz de la carga mental y emocional que s¨®lo pueden dar los partidos.
El Madrid mantuvo su viaje a Vigo hasta el s¨¢bado por la tarde. La Liga comunic¨® la suspensi¨®n del encuentro entre las 20 y las 21 horas. Zidane avis¨® entonces a la plantilla de que la cita no era a las 10 en la ciudad deportiva de Valdebebas para ir al aeropuerto sino para entrenarse. Organiz¨® entonces un partidillo con el objetivo de simular un encuentro normal para mantener la pauta y culminar el trabajo de la semana. Con efectos claramente diferentes, ya que ni psicol¨®gicamente, ni mentalmente, ni f¨ªsicamente un partido de entrenamiento tiene la misma exigencia que uno real. El d¨ªa antes, el t¨¦cnico hab¨ªa probado con los titulares y los jugadores hab¨ªan activado el modo competici¨®n. Se encontraron con un cambio de planes.
La semana la plane¨® Zidane igual que si hubieran jugado contra el Celta. Se siguieron las mismas pautas previstas para jugar un partido seis d¨ªas m¨¢s tarde. Es decir: una jornada de descanso (lunes), trabajo de arranque el martes, trabajo m¨¢s avanzado el mi¨¦rcoles, trabajo de m¨¢xima potencia el jueves, para luego bajar la curva de intensidad los dos d¨ªas previos al encuentro.
En la visita del s¨¢bado a Pamplona, se a?ade otra distorsi¨®n: con dos partidos pendientes (Valencia y Celta), el Madrid podr¨ªa empezar el encuentro habiendo perdido el liderato (si gana el Barcelona, que juega a las 16.15 ante el Alav¨¦s). Ser¨ªa de manera ficticia porque hay seis puntos virtuales en juego pero, seg¨²n entienden en el club, es algo que no deja de afectar a la plantilla. Se mostr¨® especialmente sorprendido Kroos, que iba a perderse el partido de Vigo por sanci¨®n y que ahora no podr¨¢ jugar en Pamplona, ya que la suspensi¨®n sigue vigente al no haberla descontado.
¡°La interrupci¨®n puede tener un efecto positivo y otro negativo. El positivo es que se prepara mejor el siguiente partido y que hay m¨¢s descanso, algo que no viene mal con la carga de minutos que llevan los jugadores. Por otro lado, puedes perder tensi¨®n competitiva y ritmo de competici¨®n. A esos niveles, no jugar un partido en 13 d¨ªas es mucho¡±, explica Juan Carlos ?lvarez Campillo, psic¨®logo y mental coach que asesora, entre otros, a Julen Lopetegui, seleccionador nacional. Qu¨¦ efectos ha tenido el par¨®n se comprobar¨¢ el s¨¢bado. Todos los lesionados (James, Pepe, Modric, Carvajal y Marcelo) estaban recuperados ya, aunque los dos laterales no habr¨ªan viajado a Vigo la semana pasada.
Zidane ha optado por seguir su l¨ªnea de trabajo. Los entrenadores gestionan las esperas de formas diferentes. Por ejemplo, Marcelo Bielsa con su Athletic y Massimiliano Allegri con su Juventus. Aunque sus situaciones fueron algo diferentes a la del Madrid: en aquellos casos no se trataba de una espera a mitad de temporada, sino al final y con dos citas especiales.
El m¨¦todo de Bielsa
En 2012 el Athletic disput¨® la final de Copa contra el Bar?a de Guardiola. Pasaron 12 d¨ªas entre el final de la Liga y la final de Copa. El t¨¦cnico argentino opt¨® por dar dos de descanso y luego trabajar nueve seguidos. Machac¨® a los suyos (que hab¨ªan llegado tambi¨¦n a la final de la Europa League y llevaban 63 partidos aquella temporada) con sesiones de hasta tres horas de trabajo, seg¨²n los testigos. Llegaron fundidos a la final.
Allegri, en 2015, clasific¨® a la Juventus de Tur¨ªn para la final de la Champions doce a?os despu¨¦s de la ¨²ltima. El cuadro italiano sell¨® el billete para Berl¨ªn el 13 de mayo. Hab¨ªa ganado la Liga once d¨ªas antes y por delante ten¨ªa la final de Copa ¡ªque tambi¨¦n gan¨®¡ª, y 23 d¨ªas de espera para la cita en el Olympiastadion. El club italiano todav¨ªa ten¨ªa en la memoria lo largos que se le hicieron los 18 d¨ªas entre el scudetto y la final de Manchester de 2003 (la que perdi¨® por penaltis contra el Milan). A esa cita los chicos de Marcello Lippi llegaron vaciados. La baja de Pavel Nedved por sanci¨®n y la b¨²squeda de una alternativa para sustituirle fue s¨®lo uno de los tantos rompecabezas que hizo tan tensa esa espera. Allegri evit¨® sobrecargar a sus jugadores f¨ªsica y mentalmente y les concedi¨® tres d¨ªas de descanso para desconectar. ¡°Para preparar la final no se necesita trabajar el doble, ni pasar tres horas viendo v¨ªdeos del rival. Hace falta tranquilidad y serenidad. Hay que trabajar bien y pensar poco¡±, dijo. La Juve, como el Athletic, tambi¨¦n perdi¨® la final ante el Bar?a de Luis Enrique.
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