Un equipo partido en dos
El Barcelona de Luis Enrique se estira demasiado, pierde el juego en bloque, la circulaci¨®n del bal¨®n y la consistencia defensiva
El d¨ªa despu¨¦s del 5-0 al Madrid en el Camp Nou, en 2010 y con Guardiola y Mourinho en los banquillos, un mensaje se repiti¨® por los pasillos de la ciudad deportiva azulgrana. ¡°Mientras Benzema y Ronaldo se queden descolgados arriba, pensando solo en atacar, les ganaremos siempre¡±, se felicitaban. Hab¨ªa calado el mensaje del t¨¦cnico: ¡°Los delanteros tienen responsabilidades defensivas y los defensas, tareas en ataque¡±. Se trataba de jugar juntos, de dar protagonismo al centro del campo y de cuidar la pelota. Pasados los a?os, Luis Enrique reversion¨® el modelo sin perder las ra¨ªces para hacerse impredecible, para favorecer a una delantera que pudo con todo, hasta el punto de que lograron un nuevo triplete, hito hist¨®rico. Pero poco o nada de ese f¨²tbol se vio frente al PSG. M¨¢s bien lo contrario.
Como Ronaldo y Benzema en 2010, Messi y Luis Su¨¢rez se desentendieron (como habit¨²an) de la fase defensiva si esta exig¨ªa correr hacia atr¨¢s, por m¨¢s que Leo s¨ª que lo hizo en ocasiones, pero siempre tras una p¨¦rdida suya (fueron 17 en total) en el centro del campo, como en el segundo tanto parisino. El empe?o pasaba por acosar alto la salida del bal¨®n rival. Un mecanismo que durante este a?o se ha visto m¨¢s en desuso que en los pasados, quiz¨¢ porque el t¨¦cnico consiente que sus estrellas decidan cu¨¢ndo correr; quiz¨¢ porque entiende que as¨ª divide a los rivales con menos pie. Pero el PSG lo ten¨ªa m¨¢s que estudiado porque no regal¨® ni le quem¨® el bal¨®n ¡ªalgo poco usual porque una p¨¦rdida en los or¨ªgenes es letal ante estos puntas¡ª, sino que ide¨® un guion perfecto.
¡°Su planteamiento t¨¢ctico fue mejor, han sabido hacer un plan y llevarlo donde quer¨ªan¡±, reconoci¨® Busquets. As¨ª, superada la tibia presi¨®n de los delanteros, Verratti y Rabiot recib¨ªan en ventaja porque tampoco ten¨ªan a Iniesta y Andr¨¦ Gomes encima, preocupado el primero en la presi¨®n adelantada que hac¨ªa aguas y el segundo en tapar el agujero de Messi por la derecha. Y con un segundo de m¨¢s para pensar, los medios del PSG encontraron a Di Mar¨ªa, incrustado a las espaldas de Busquets, catapulta parisina. Habitualmente hacia Draxler, que descosi¨® a Sergi Roberto para constatar que es un lateral bueno con bal¨®n y gris sin ¨¦l. No extra?¨® que el Bar?a se quedara en 36 robos de bal¨®n por los 46 del rival. Los delanteros lo explican: el tridente azulgrana sis¨® tres balones (uno Messi, dos Neymar y ninguno Su¨¢rez); los atacantes del PSG lograron ocho (cuatro de Draxler y otros tantos de Cavani, que, solidario, bajaba hasta el balc¨®n del ¨¢rea opuesta).
El paso atr¨¢s de la zaga
Es normal ver a Luis Enrique reclamar a su defensa que se adelante, hasta la medular si es posible, para plantear un partido en 30 metros. Incluso solicita en¨¦rgicamente a Ter Stegen/Cillessen que salgan del ¨¢rea por si caen balones a las espaldas de la zaga. En Par¨ªs, sin embargo, Piqu¨¦ y Umtiti decidieron subsistir retras¨¢ndose unos metros ¡ªhasta el borde del ¨¢rea¡ª para dar unos segundos de m¨¢s a sus medios en su empe?o por recuperar la posici¨®n. Pero Andr¨¦ Gomes es lento e Iniesta no estaba para trotes, reci¨¦n salido de una lesi¨®n. Por lo que el Bar?a, partido, evidenci¨® que no sabe defender hacia atr¨¢s sino que lo hace hacia delante. Y contra un rival m¨¢s f¨ªsico, con un plan y que trata con cari?o al bal¨®n, se dio de bruces con el suelo.
El mismo mal sufri¨® en ataque. Con las l¨ªneas estiradas, Su¨¢rez y Messi fueron an¨®nimos ¡ªel uruguayo dio 20 pases en todo el duelo mientras Leo solo toc¨® 17 balones en la primera parte¡ª y el Bar?a cont¨® un ¨²nico disparo a puerta por los 10 del PSG. Resulta que Busquets e Iniesta no sirven para lanzar contras sino que necesitan estar arropados de los suyos para hacerles mejores. ¡°M¨¢s all¨¢ del acierto de los puntas, los medios han sido la clave del Bar?a en los ¨²ltimos a?os¡±, dec¨ªa Deco antes del encuentro. ¡°El f¨²tbol es de los medios¡±, reflexionaba Guardiola. Pero ahora resultan fronteras invisibles si el equipo se expresa en largo y sin pausa.
Luis Enrique dot¨® de verticalidad y ritmo al Bar?a en sus primeros a?os porque no contaba con los jugadores que anta?o. Pero lo hizo jugando en bloque, tanto hacia delante como hacia atr¨¢s. Ahora, el equipo se contradice y est¨¢ casi apeado de la Champions y lejos del Madrid en la Liga. En la Copa, sin embargo, tienen su final. Un t¨ªtulo que, a¨²n por ganar, sabr¨ªa a poco al tener una delantera y una plantilla tan completa.
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