Exigencia extrema al margen del talento
Entre dos conjuntos tan atl¨¦ticos y anotadores puede salir un partido extremadamente bonito
La semifinal mide el valor de dos plantillas tremendas, con la amplitud suficiente como para encontrar a lo largo del partido a los jugadores que vayan a ser determinantes. Llull y Larkin acaparan los focos y son los que est¨¢n llamados a asumir el liderazgo, pero hay piezas que no aparecieron en los duelos de cuartos y s¨ª pueden tener la llave de la final. Pienso en Rudy, que tiende a responder muy bien despu¨¦s de un mal partido, y tambi¨¦n en Bargnani, que a pesar de lo irregular de su temporada es capaz de meter 20 puntos con relativa sencillez si el rival le concede espacios. Son jugadores que vienen de mil batallas y no se dejan impresionar por venir de un d¨ªa malo o una secuencia dif¨ªcil. Saben responder cuando la ocasi¨®n as¨ª lo exige y conocen los resortes para levantarse y sentenciar.
Ser¨¢ un partido de jugadores y tambi¨¦n de entrenadores. Un d¨ªa de margen para preparar el partido, a este nivel, es mucho tiempo. Son equipos con un cociente intelectual de baloncesto alt¨ªsimo y eso da para introducir novedades t¨¢cticas y cerrar ajustes y detalles del juego que pueden tener un peso fundamental. Se enfrentan dos t¨¦cnicos que, adem¨¢s de decidir, son capaces de dar una direcci¨®n al duelo.
El gran m¨¦rito del Baskonia esta temporada ha sido volver a encontrar esos recursos que tantas alegr¨ªas han dado al club durante muchos a?os. Han vuelto a hacer un reclutamiento de alta calidad en el que no desentona una pieza de la cantera como Ilimane Diop, que tiene un futuro muy importante por delante. Mientras, el Madrid tiene una regularidad competitiva muy consolidada, mucha clase y personalidad para no ceder nunca o remontar si la ocasi¨®n lo requiere.
La rivalidad entre ambos equipos es fort¨ªsima y el factor ambiental puede tener una relevancia desequilibrante. Para afrontar este tipo de encuentros lo esencial es tener un nivel de energ¨ªa alt¨ªsimo. La dureza, la concentraci¨®n y el desgaste de un choque as¨ª requerir¨¢ multiplicar los saltos, estar con el culo bien abajo tres o cuatro pasos¡ y todo eso supone una exigencia extrema al margen del talento para meter canastas. El punto de gasolina que aporta un p¨²blico como el del Buesa Arena entrar¨¢ en juego. A veces, si el partido no se ha roto y se llega a los minutos decisivos con todo igualado, la afici¨®n no logra convertir la angustia en apoyo y en el ambiente se empieza a notar la preocupaci¨®n. Ese es el doble filo del anfitri¨®n.
Entre dos conjuntos tan atl¨¦ticos y anotadores puede salir un partido extremadamente bonito. Habr¨¢ muchas jugadas por encima del aro, r¨¢fagas de triples y mucho espect¨¢culo. Se reunir¨¢ un potencial ofensivo tremendo y, por eso, el que defienda mejor tendr¨¢ el 51% de opciones de ganar. La brillante semifinal del pasado a?o en A Coru?a marc¨® el nivel que se espera entre dos de los grandes equipos de Europa.
Sergio Scariolo es el seleccionador nacional de baloncesto y fue entrenador de Baskonia (1997-1999 y 2013-2014) y Real Madrid (1999-2002).
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