El regalo del ¡®rey Sa¨²l¡¯ al doctor que salv¨® su carrera en Leverkusen
El m¨¦dico que hace dos a?os trat¨® en Alemania al volante de su grave lesi¨®n renal visit¨® el hotel de concentraci¨®n del Atletico

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A media ma?ana, el d¨ªa del partido, en el recibidor del hotel de concentraci¨®n del Atl¨¦tico en Colonia, un individuo de gafas y de rostro enjuto se esforzaba por reconocer fisonom¨ªas. Una media sonrisa se le abri¨® cuando, retrepado en un sill¨®n de cuero, detect¨® a Jos¨¦ Antonio ?¨ªguez, padre de Sa¨²l. Este, distra¨ªdo, manten¨ªa una conversaci¨®n en la que explicaba el origen b¨ªblico de los nombres de sus tres hijos, Sa¨²l, primer rey de Israel, Aar¨®n, hermano mayor de Mois¨¦s y Jonathan, pr¨ªncipe e hijo de Sa¨²l. Los tres, como su padre que jug¨® en el Elche, Sabadell y Figueras, se han dedicado al f¨²tbol profesional.
El progenitor de los ?¨ªguez, ten¨ªa entre sus manos una bolsa que conten¨ªa una camiseta y una fotograf¨ªa firmadas por su hijo. El destinatario del obsequio era el hombre que deambulaba por el hotel y con el que se fundi¨® en un fuerte abrazo. El personaje misterioso era el doctor que hace dos a?os atendi¨® en una cl¨ªnica de Leverkusen a Sa¨²l. El jugador tuvo que ser ingresado de urgencias por un trompazo de Papadopoulos que revent¨® el ri?¨®n del volante en el partido de ida de los octavos de final de aquella Champions. Por entonces, las im¨¢genes de Sa¨²l saliendo del campo agarrado a los utileros, tras aguantar m¨¢s de 20 minutos en pie tras el golpetazo, sus v¨®mitos, la sangre en la orina, y la reciente operaci¨®n renal que hab¨ªa sufrido por un c¨®lico nefr¨ªtico desataron las alarmas. Un problema cong¨¦nito de ri?¨®n, multiplic¨® la preocupaci¨®n por la salud del jugador, que se qued¨® ingresado un par de d¨ªas en Leverkusen. En esas horas tensas naci¨® una amistad entre el padre del jugador, el doctor del Atl¨¦tico Jos¨¦ Mar¨ªa Villal¨®n y su colega alem¨¢n. En estos dos a?os ha habido visitas del galeno teut¨®n a Madrid para seguir la evoluci¨®n de Sa¨²l e intercambiar opiniones con el jefe de los servicios m¨¦dicos rojiblancos. Uno y otro a¨²n siguen admirados por la fortaleza mostrada por el futbolista para aguantar en el campo y tambi¨¦n para recuperarse y volver a la normalidad. En alg¨²n momento, todos temieron por su carrera.
Sa¨²l a¨²n rememoraba en un corrillo antes de hacer declaraciones en la zona mixta de Leverkusen lo mal que lo pas¨®. Recordaba el cat¨¦ter que le fue introducido entre el ri?¨®n y la vejiga y las semanas que estuvo orinando sangre. ¡°Este partido era especial para m¨ª porque volv¨ªa al campo donde sufr¨ª la peor lesi¨®n de mi vida, lo pas¨¦ muy mal y mi familia tambi¨¦n. Volver as¨ª, consiguiendo un gol, fue muy emotivo¡±, asegura Sa¨²l, que autor de un primer gol magistral que ten¨ªa en la cabeza desde que rob¨® la pelota en el centro del campo. ¡°Cuando me anticip¨¦ al primer jugador de ellos y ya estaba encarando la porter¨ªa ten¨ªa claro que ten¨ªa que orientarme la pelota para mi izquierda. Golpe¨¦ al palo largo y tuve la suerte de que pudo entrar por ah¨ª¡±, describ¨ªa.
Minutos antes, Simeone, explicaba por qu¨¦ Sa¨²l hab¨ªa jugado a la derecha. ¡°Esta vez acert¨¦, eh¡±, brome¨® el t¨¦cnico para despu¨¦s argumentar su decisi¨®n: ¡°Al no jugar Torres, ten¨ªamos menos referencias para el juego a¨¦reo. Al ser m¨¢s alto que Wendell, le pudimos complicar. Cada bal¨®n que ganaba era un mano a mano de Griezmann cualquier de Gameiro, o Carrasco, siempre corriendo de frente en cada pelota ganada por Sa¨²l, que interpret¨® muy bien lo que ya hizo el a?o pasado. Aqu¨ª, menos Gabi, nadie tiene una posici¨®n fija en el centro del campo¡±.
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