Los reservas reaniman al Real Madrid ante el Eibar
Benzema, junto a un buen James y un gran Asensio, gu¨ªa a un Real plagado de suplentes
Los suplentes despejaron las dudas de los titulares y el Madrid pas¨® por Eibar como un trueno. Una vez m¨¢s, el banquillo tir¨® de los de Zidane. Lejos de que una tropa de jugadores ambulantes desali?aran al Madrid en un momento delicado de su tr¨¢nsito por la Liga, resulta que fueron ellos los que enderezaron el rumbo. En Eibar, rodeado de secundarios, ni Benzema, el guionista del encuentro, se raj¨®. Y mucho menos futbolistas de intermitencia como James y Asensio. Ipurua no es un estadio c¨®smico, pero la estupenda campa?a del Eibar exig¨ªa peritar el choque con tanta finura como aplicaci¨®n. Lo hizo el Madrid. Un Real que volvi¨® a evidenciar que se maneja con gran solvencia cuando Zidane, ya sea por voluntad propia o por obligaci¨®n, mueve el cesto.
La segunda columna le respondi¨® de maravilla al Madrid. Nadie dio muestras de haber cavilado que la cita de Ipurua, un escenario sin luces de ne¨®n pero en el que no es f¨¢cil fardar, fuera un engorro. Y m¨¢s con las ¨²ltimas ventoleras del equipo madridista. No hubo suplente de merienda por Eibar, nada de un equipo tuneado. Con ocho cambios respecto al duelo del pasado mi¨¦rcoles con el Las Palmas, el Madrid abroch¨® el partido desde el comienzo. Sin carajas iniciales como recientemente.
Fuera Cristiano, Bale, Varane, Kroos, Carvajal y Marcelo, todos actores principales, y sin Isco y Morata, dos reservistas de primera, el conjunto de Zidane dio con el cornetista m¨¢s inopinado: Benzema. Ya se sabe que el galo no es un tipo de remangue, pero es tan suyo que lo mismo est¨¢ cuando no se le espera, que se le espera cuando no llega. Es Benzema, sin m¨¢s. En Eibar le dio por sublevarse ante su pelot¨®n de cr¨ªticos y fue un futbolista para todo y para todos. Como repertorio, dos goles, una asistencia, una lanzadera para el cuarto tanto, un pase por aqu¨ª, otro por all¨¢... Y a descansar.
Con Benzema de abanderado, el Madrid fundi¨® al imponente Eibar de este curso con un extraordinario timbre de autoridad. Retras¨® casi cuarenta minutos el primer vistazo de los de Mendilibar a Keylor, y antes les fulmin¨® en media hora. Fue un ejercicio de demolici¨®n, con todos los madridistas sin tacha, bien articulados en todas las zonas y con la inspiraci¨®n del discutido Benzema, el desaparecido Asensio del ¨²ltimo mes y el inconstante James. De la primera trenza entre los tres lleg¨® el primer tanto del franc¨¦s, tambi¨¦n certero en un remate con mucha clase tras una falta ejecutada por James.
Ni antes ni despu¨¦s de los primeros apuntes de Benzema hubo pistas del aut¨¦ntico Eibar, incapaz de hilar dos pases, de dar puntadas para Pedro Le¨®n y Adri¨¢n, sus mensajeros ofensivos. Las trabas se las puso el Madrid. Sin los primeros centuriones, Zidane tir¨® de tiza para envidar por un 4-2-3-1. Como resultado, un grupo m¨¢s coral, con Modric como auxiliar de Casemiro. Como contrapunto al macizo brasile?o, el viol¨ªn del croata, despedido con merecidos honores por la hinchada armera. Por delante de Casemiro y Modric, los expansivos Lucas, James y Asensio, con patines con la pelota y nada remolones sin ella. Todos se ganaron el notable alto. A James y Asensio les vino de perlas una pizarra que aceptara a jugadores de enganche, en la media punta y con socios alrededor. Nada les va peor que mudarse a las exigencias de un sistema que libere a la BBC. En Ipurua, con el colombiano entre l¨ªneas y el mallorqu¨ªn ajustado a la banda izquierda en un dibujo bien equilibrado, ambos rumiaron el juego de forma estupenda. Primero cuando el encuentro oblig¨® al Madrid a un ataque m¨¢s est¨¢tico, cuando llegaron los tres primeros goles. Luego, cuando el Real se perfil¨® para contragolpear, fueron dos ventiladores de calado.
Con un Madrid ordenado y gremial, el partido qued¨® liquidado en el primer acto. Ello permiti¨® a Zidane gestionar la inmediata cita europea en N¨¢poles. Tras el 0-4, una contra con Benzema en el origen, tan bien secundada por Asensio y cerrada por ¨¦l mismo tras un remate al poste de James, el entrenador franc¨¦s regul¨® el dep¨®sito del ariete galo y de Modric.
Ya con el duelo sentenciado y el Madrid con m¨¢s de un ojo en San Paolo, el Eibar fue menos chato. Por fin encontr¨® durante unos minutos a Pedro Le¨®n y el equipo tuvo otro gancho. Como premio de consolaci¨®n, el tanto de Rub¨¦n Pe?a. Pero este encomiable Eibar, que lleva un curso para el recuerdo, nada tiene que reprocharse, todo lo contrario, faltar¨ªa m¨¢s. Esta vez le pas¨® un tranv¨ªa por encima. Un Madrid de segunda convertido en un Madrid de primera.
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