Querrey acribilla a Nadal y triunfa en Acapulco
Con una tormenta de saques (19) y golpes ganadores (41), el estadounidense interrumpe la inercia positiva del espa?ol (6-3 y 7-6, en 1h 34m), que cae por segunda vez en una final esta temporada
Aquellos que no trasnochasen y hayan aterrizado aqu¨ª se encontrar¨¢n con una sorpresa en toda regla. Sam Querrey, contra todo pron¨®stico, priv¨® a Rafael Nadal de su primer trofeo de la temporada y termin¨® con fabulosa secuencia que hab¨ªa firmado el espa?ol hasta desembocar en esta ¨²ltima final, la segunda que pierde este a?o tras la de Melbourne. Cay¨® Nadal, que hasta la pasada madrugada nunca hab¨ªa sido batido en M¨¦xico y ni siquiera hab¨ªa entregado un solo set, pero anoche fueron dos (6-3 y 7-6, en 1h 34m) y por lo tanto se qued¨® otra vez a un paso de morder un nuevo trofeo, algo que no hace desde abril del a?o pasado, hace 11 meses en Barcelona. No pudo Nadal, porque enfrente se top¨® con un kalashnikov que le amarg¨® por completo la velada.
De derecha, de rev¨¦s, de saque. Cada vez que Querrey golpeaba la pelota la romp¨ªa. El estadounidense, 40 en el ranking mundial, emple¨® un patr¨®n ¨²nico a base de primeros servicios y una agresividad terrible. Sab¨ªa que era la f¨®rmula, la ¨²nica v¨ªa por la que pod¨ªa desarmar el bloque de hormig¨®n que es ahora mismo Nadal, porque en el cuerpo a cuerpo no hubiera resistido a la consistencia y la solidez que est¨¢ exhibiendo en este primer tramo del curso el balear. Este se encontr¨® con una tormenta de zambombazos y ganadores, con un aluvi¨®n de golpes que le impidieron coger ritmo y tradujeron el pulso en un cara o cruz, en yo pego y yo pongo el escudo, en el uno atiza y el otro pone la raqueta a duras penas para intentar llevar la bola a buen puerto. En un panorama que ¨²nicamente le interesaba a uno de los dos.
La situaci¨®n abocaba al riesgo. Intent¨® salir del repliegue Nadal y pasar a la ofensiva, buscando las l¨ªneas, pero su derecha no era la de otros d¨ªas y Querrey le asfixiaba juego tras juego, concediendo escasa capacidad de r¨¦plica. Dos, tres, cuatro tiros, no m¨¢s. Un tiroteo. As¨ª de simple era el manual del estadounidense (29 a?os), as¨ª de nocivo. Mientras que al mallorqu¨ªn le costaba un mundo defender su servicio, el norteamericano lo resolv¨ªa de un plumazo, a martillazos. Y as¨ª se adjudic¨® el primer parcial, dilucidado cuando consigui¨® romper el saque de Nadal, para 5-3, dejando claro que si hab¨ªa apeado de camino a la final a tipos como Edmund, Goffin, Thiem o Kyrgios era por razones de peso y pegada. Hasta 218 km/h fij¨® el veloc¨ªmetro en el servicio. 19 saques directos (por uno de Rafa), 41 ganadores (21). Queda todo dicho.
Masticaba pl¨¢tano y se hidrataba Querrey (1,98 de estatura) como si estuviera en el sal¨®n de su casa, frente al televisor, en lugar de en una final de un 500 y ante Nadal. Ni rastro de tensi¨®n en su rostro. Mientras al mallorqu¨ªn le molestaban las voces y el ir y venir en la grada, ¨¦l sencillamente sonre¨ªa. No acus¨® en absoluto la carga emocional que supon¨ªa el ir por delante y estar m¨¢s cerca del trofeo m¨¢s importante de su carrera. Mientras, por la cabeza de Nadal circulaban un mill¨®n de preguntas y las respuestas se hac¨ªan de rogar. ?C¨®mo desarticular al bombardero? ?Qu¨¦ hacer ante el torrente de pelotazos? Remar, remar y remar. Si el de San Francisco hab¨ªa hecho una apuesta muy clara, ¨¦l tambi¨¦n iba a hacer la suya. Frente a la andanada pirot¨¦cnica, resiliencia.
Lo intent¨® todo Nadal, pero lo cierto es que no fue su d¨ªa m¨¢s inspirado (23 errores no forzados) y Querrey estuvo de 10. Se mantuvo firme cuando correspond¨ªa (evit¨® 6/6 en puntos de break) y remat¨® su faena en el tie-break (7-3). Despu¨¦s de apear a tres top-10, levant¨® su noveno t¨ªtulo de la ATP y se embols¨® un tal¨®n de 300.000 euros, adem¨¢s de los 500 puntos por su condici¨®n de campe¨®n. No hab¨ªa perdido un solo partido frente a ¨¦l Nadal en los cuatro precedentes, ni tampoco uno solo en Acapulco, pero se cort¨® su racha. El 70? t¨ªtulo se har¨¢ esperar. Cedi¨® en la final de Melbourne, contra Federer, y ahora en la de M¨¦xico. ¡°Confiemos en que a la tercera sea la vencida¡±, expres¨® en la ceremonia final. Ni Nadal, ni Djokovic, ni Kyrgios ni Del Potro. El que se calz¨® el gorro de mariachi fue el gringo de San Francisco. Chapeau para ¨¦l.
¡°?Dos finales perdidas? Lo hubiera firmado¡±
En su l¨ªnea habitual, Nadal no utiliz¨® subterfugio alguno para explicar lo que hab¨ªa ocurrido antes de que compareciese ante los periodistas. "No ha pasado nada, simplemente que el otro fue mejor. En el deporte suele pasar que gana el que juega mejor. M¨¢s que lo que me ha pasado a m¨ª es lo que le ha pasado a ¨¦l, que ha jugado a un nivel muy, muy alto, roz¨® la perfecci¨®n. Me ha presionado muy bien todo el rato con su servicio y sus golpes de fondo. Me ha dejado muy pocas opciones", precis¨® el de Manacor.
Hoy viajar¨¢ a Indian Wells, pr¨®xima parada del circuito (a partir del d¨ªa 9), y a pesar de la derrota lo har¨¢ con la moral reforzada, porque Nadal camina por la v¨ªa correcta. "He empezado bien la temporada", indic¨®, "pero, desgraciadamente, dos finales jugadas y las dos perdidas. Es todo un proceso, hay que tener la confianza de que las cosas van bien". Siempre exigente, el mallorqu¨ªn hizo un balance positivo de su inicio de a?o. "Solo llevamos tres torneos. Si me hubieras dado un papelito en diciembre yo te hubiera puesto la firma abajo y te hubiera pagado incluso por ello", prolong¨® el seis del mundo.
"Creo que estoy muy cerquita de estar a mi m¨¢ximo nivel", concluy¨®, no sin antes insistir en el elogio y la felicitaci¨®n a Querrey, al que le sali¨® una noche redonda. "?l ha sido un poquito mejor que yo y hay que saber reconocer cuando el otro juega a un muy alto nivel. Sam es el justo vencedor", zanj¨® el campe¨®n de 14 grandes, que con la de anoche ya ha disputado 103 finales de la ATP.
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