El Barcelona remonta al PSG: lo nunca visto
El Bar?a voltea el resultado ante el PSG en una eliminatoria apote¨®sica que parec¨ªa decidida cuando marc¨® Cavani, pero resuelta con dos goles de Neymar y uno de Sergi Roberto en los ¨²ltimos siete minutos
Et voil¨¤!
Impitoyable Bar?a podr¨¢ titular hoy de nuevo L¡¯?quipe despu¨¦s de calificar de despiadado al Bar?a que gan¨® la Champions 2006 en Par¨ªs. El Barcelona convirti¨® el 4-0 de la ida ante el PSG en una an¨¦cdota con un 6-1 en el Camp Nou. Ning¨²n equipo hab¨ªa remontado hasta ahora un marcador como el del Parque de los Pr¨ªncipes. El honor les corresponde a los azulgrana, que doblegaron por dos veces al PSG. Los franceses se sintieron doblemente vencedores, en su coqueta ciudad y en Barcelona, despu¨¦s de que Cavani pusiera el 3-1. Lo nunca visto, ni en el campo del Bar?a ni en Europa.
El encuentro qued¨® partido por el gol del 9 del PSG. Hubo un momento, cuando Messi puso el 3-0, que superar la eliminatoria parec¨ªa la cosa m¨¢s f¨¢cil del mundo despu¨¦s del hom¨¦rico despliegue del Barcelona. Quedaba, sin embargo, demasiado tiempo para disfrutar y para pensar en una jornada que se preve¨ªa sin pausa ni margen de error despu¨¦s del fiasco de Par¨ªs. El tanto de Cavani reabri¨® una nueva contienda, igual de apasionante en el tramo final despu¨¦s de una larga tregua, rematada por tres goles pre?ados por la fe del incansable Neymar.
El protagonista fue Neymar, grandioso de principio a fin, y el h¨¦roe result¨® ser Sergi Roberto, que puso el 6-1 en el ¨²ltimo minuto, en la jugada final, una falta ganada por Ter Stegen, que se arrim¨® en dos acciones de estrategia al ¨¢rea de Trapp. El riesgo tuvo tanto premio como castigo recibi¨® la especulaci¨®n del PSG, que se retir¨® de la cancha enfadado, rabioso con el ¨¢rbitro, al que reclamaron hasta tres penaltis, dos a Di Mar¨ªa. Imposible pedir racionalidad en una contienda de locura, desbocada y ¨¦pica, nunca vista en el Bar?a moderno, hasta que lleg¨® Luis Enrique.
?Atac¨® el Bar?a sin parar siempre que pudo, los once futbolistas descamisados y al tiempo ordenados a partir del revitalizador 3-4-3, ya sin un futbolista bisagra como Sergi Roberto. El joven volante se cay¨® de una alineaci¨®n sin laterales, tomada por jugadores expertos de ida y vuelta (Rakitic) o con galones, alguno reci¨¦n salido de serias lesiones (Mascherano y parcialmente Iniesta), y rematada por Rafinha, un falso extremo derecho para abrir el costado y fijar a la defensa del PSG. Nada que ver con el plan de Par¨ªs. Al Bar?a se le puso cara de ganador desde que salt¨® al colorido y embravecido Camp Nou.
Atac¨® el Bar?a sin parar, con los once jugadores descamisados a partir del revitalizador 3-4-3
La determinaci¨®n azulgrana contrast¨® con el repliegue del equipo de Emery, al que le interesaba que el partido de ida tuviera continuidad en Barcelona. Aunque reserv¨® a Di Mar¨ªa, el t¨¦cnico quer¨ªa perseverar en la idea de buscar con Lucas Moura y Draxler el ¨¢ngulo muerto azulgrana, el espacio que queda a espaldas de Busquets y frente a los centrales, aquella zona ciega que no se detecta con los retrovisores y que provoc¨® el 4-0.
Los jugadores de banda, sin embargo, se recogieron cerca de sus laterales, y habilitaron el intimidador despliegue barcelonista, capaz de ganar una pelota muerta en el ¨¢rea de Trapp y poner el 1-0 al poco de sacar de centro?con un cabezazo de Luis Su¨¢rez. La intensidad y la presi¨®n del Bar?a arramblaron al PSG, tambi¨¦n en la contenci¨®n, reiterativo en las faltas cuando los franceses pretend¨ªan tirar la transici¨®n con Lucas Moura.
La ¨²nica salida de los franceses acab¨® con una mano de Mascherano que el ¨¢rbitro no sancion¨® con penalti pese a las quejas del PSG. Los detalles suelen jugar a favor del equipo local cuando el visitante juega con un 4-0. Acostumbran a darse situaciones insospechadas, algunas nunca vistas, como que Iniesta porf¨ªe por el cuero, igual que si fuera Luis Su¨¢rez, y provoque el pasmo de Marquinhos y el error de Kurzawa. El virtuoso Bar?a nunca hab¨ªa metido dos goles tan feos en un encuentro de tanta trascendencia, gobernado a partir de la intimidaci¨®n y el esfuerzo colectivo, y tambi¨¦n a partir del arrebato del excelso Neymar.
Al PSG le dio un ataque de p¨¢nico porque no entend¨ªa c¨®mo hab¨ªa tomado dos goles cuando apenas hab¨ªa concedido espacios para que los azulgrana armaran el tiro y, sobre todo, hab¨ªa negado a Messi. Y a la que Emery se corrigi¨®, en el momento que orden¨® una presi¨®n alta, el PSG encaj¨® el 3-0. Messi transform¨® el penalti de Meunier a Neymar que el colegiado pit¨® despu¨¦s de consultar con el juez de porter¨ªa del gol norte del Camp Nou.
El Bar?a recuper¨® la esperanza a partir de Neymar. Encendi¨® al estadio y revent¨® al PSG
Ni el m¨¢s reputado de los guionistas pod¨ªa haber dise?ado un partido mejor para el Bar?a. El remonte parec¨ªa tan cantado despu¨¦s de que Cavani rematara al palo que se relaj¨® el equipo y el Camp Nou. No par¨® en cambio el uruguayo, que caz¨® un rebote en el ¨¢rea y puso el 3-1. A bal¨®n parado remedi¨® sus disfunciones el PSG y descompuso al Bar?a, agotado adem¨¢s por el esfuerzo, cada vez menos agresivo, conmocionado por lo f¨¢cil que se le hab¨ªa puesto el remonte y por lo sencillo que result¨® el gol de Cavani.
Un segundo remonte despu¨¦s de tocar el primero se antojaba ya imposible para el Barcelona. El equipo, sin embargo, no se venci¨® sino que recuper¨® a partir de Neymar, prodigioso en el tiro de un libre directo, acertado desde el punto de penalti, forzado por Luis Su¨¢rez, previo a cinco minutos ¨²ltimos de locura, firmados por un gol de Sergi Roberto despu¨¦s de una falta cometida a Ter Stegen y lanzada por Messi. Neymar encendi¨® al Camp Nou cuando hab¨ªa aficionados que ya iban a por el coche, resignados y al tiempo felices por el coraje de sus muchachos, derrotados y tambi¨¦n ganadores, contentos con el Bar?a.
El PSG revent¨® en el minuto 88, cuando tom¨® el cuarto gol, el que abri¨® el camino a la explosi¨®n del Bar?a. El equipo se enfebreci¨® y la hinchada ilumin¨® la cancha con sus caras de asombro, todos a una en busca del quinto y del sexto, que lleg¨® como el de Iniesta en Stamford Bridge, o el de Bakero en Kaiserslautern o el de Pizzi en la Copa en tiempos de Robson. Aunque el tanto rebobin¨® la memoria cul¨¦, nadie recordaba una noche tan ¨¦pica y feliz como la de ayer en el Camp Nou. Al Bar?a le sali¨® todo mal en Par¨ªs y todo a pedir de boca en Barcelona.
Que nadie jubile todav¨ªa al Bar?a. No se sabe si ganar¨¢ trofeo alguno, pero nadie duda de que es capaz de protagonizar partidos ¨²nicos en la historia del f¨²tbol en Europa.
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