Xabi Alonso
El jugador que hab¨ªa conservado la elegancia en los peores momentos del Madrid termin¨® corriendo por el campo de la final de la Copa de Europa en traje
La foto que pasar¨¢ a la historia de Messi en el Barcelona, de Santiago Garc¨¦s, pertenece a un partido en el que no destac¨®. M¨¢s a¨²n: la foto que pasar¨¢ a la historia de Messi en el Bar?a es de la ¨²nica victoria de los ¨²ltimos diez a?os en que no fue protagonista.
En el Madrid, Xabi Alonso pas¨® a la historia corriendo por la banda vestido de etiqueta: ocurri¨® en Lisboa y fue una met¨¢fora. El jugador que hab¨ªa conservado la elegancia en los peores momentos del Madrid termin¨® corriendo por el campo de la final de la Copa de Europa en traje.
Esas im¨¢genes llenan el imaginario de la afici¨®n m¨¢s all¨¢ del juego: abren y cierran ¨¦pocas. Xabi ni siquiera jug¨® ese partido, lo pas¨® vi¨¦ndolo en la grada. La carrera en el gol de Bale fue la ¨²ltima que dej¨® en Madrid, el escorzo final: fue, de cinco a?os llenos de partidos, su legado simb¨®lico. El poder de esas im¨¢genes es que se llenan de significado cuando envejecen y terminan describiendo un tiempo.
En San Sebasti¨¢n, Liverpool, Madrid y M¨²nich, el itinerario perfecto de su carrera, Xabi Alonso tuvo un trabajo envidiable: hacer que los equipos se pareciesen a ¨¦l. A su idea del f¨²tbol y la velocidad a la que hab¨ªa que desarrollarlo, a la distribuci¨®n del juego como quien distribuye una casa y la mejor manera de disolver al enemigo, diluirlo como lo diluy¨® el Liverpool de Ben¨ªtez en la segunda parte de la final de Champions contra el Mil¨¢n. "Les mirabas a la cara y estaban muertos", dijo alguna vez hablando del plantill¨®n italiano que se desplom¨® a los pies de Gerrard y ¨¦l en Estambul.
Tan importante como saber jugar al f¨²tbol es saber c¨®mo lo juegan los dem¨¢s. En todos los equipos suele haber uno que no sabe jugar ni tiene idea de lo que hacer con la pelota, pero s¨ª perfectamente c¨®mo juega el rival, de ah¨ª su importancia en el campo. En Madrid y con Mourinho Xabi ejerci¨® las dos funciones, entren¨® tanto al Madrid como al Bar?a, y de aquella ¨¦poca le sobrevivir¨¢n varios partidos descomunales con mucho m¨¢s valor, aunque no m¨¢s significado, que la carrera de Lisboa.
Fue la capacidad de anticipaci¨®n que exige su puesto (adelantarse al pase, pero tambi¨¦n adelantarse a la idea), la que lo llev¨® a dejar Madrid; predijo la temporada que finalmente se produjo. Lo llam¨® un gigante y una liga que le faltaba, Bayern, entrenado por Guardiola, la bestia negra. Fue casi un movimiento de esteta; el ¨²ltimo, suyo entero, gen¨¦ticamente identificable, ha sido despedirse luchando por todos los t¨ªtulos.
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