Podolski pone la fiesta en el Alemania - Inglaterra

Disputar un amistoso a estas alturas de la temporada, cuando los clubes se juegan su futuro inmediato, no es un buen augurio para ver f¨²tbol de altos quilates, tampoco intensidad porque nadie quiere meter la pierna para lesionarse y perderse el sprint final del curso. Tanto dio que las selecciones fueran Alemania e Inglaterra, equipos de pedigr¨ª y futbolistas ponderados, porque el partido fue un bostezo prolongado, un tost¨®n que solo los pross, por eso de querer significarse al fin en el continente tras muchos a?os en el anonimato, quisieron negar. Hasta que apareci¨® Lukas Podolski y explic¨® todo lo contrario porque la fiesta era suya y de nadie m¨¢s. Resulta que el atacante alem¨¢n pon¨ªa anoche fin a su carrera internacional, agasajado antes del encuentro con un v¨ªdeo emitido en las pantallas gigantes del Signal Iduna Park, tambi¨¦n con un mosaico enorme desde las gradas. Era la despedida del 10, que suma 130 encuentros con la Mannschaft, el tercero que m¨¢s por detr¨¢s de Matth?us (150) y Klose (137), tambi¨¦n el tercer m¨¢ximo goleador (48), tras Klose (71) y Gerd M¨¹ller (68). Y Podolski, solo Podolski, se despidi¨® a lo grande.

L?w advirti¨® que iba a reservar a titulares en su empe?o de cerrar de forma impoluta la fase de clasificaci¨®n para el Mundial de 2018, por lo que ?zil, Draxler y Mario G¨®mez no salieron de inicio, ausencias que se unieron a las bajas de Neuer, Boateng, G?tze y Reus. No es que careciera de calidad una selecci¨®n con surtidor perenne de futbolistas por su excelente trabajo en la base, pero la falta de primeras espadas merm¨® el juego del equipo germano, lento y sin verticalidad, demasiado tibio para poner en apuros a Inglaterra, que desde hace tiempo [sobre todo con Southgate en el banquillo] tiene bien enfocada la br¨²jula hacia el norte. As¨ª, los pross (tambi¨¦n con sonoras ausencias como Rooney, Walcott, Sturridge y Welbeck) llevaron el peso del encuentro, toda una anomal¨ªa frente a L?w, convencido guardiolista que entiende el f¨²tbol como un juego de posici¨®n y posesi¨®n.

Gallardo y convencido de su propuesta, el equipo ingl¨¦s dividi¨® el ejercicio defensivo en dos fases: la primera se ejecutaba en campo contrario con una presi¨®n avanzada y con marcajes al hombre; y la segunda era el repliegue cerca de la porter¨ªa propia. Y funcion¨® de rechupete porque Alemania no supo sacar limpia la pelota desde la ra¨ªz ¨CKroos y Weigl no se salieron con la suya casi nunca, inc¨®modos con el aliento del adversario en la nuca- y menos atin¨® a expresarse en el ¨¢rea rival en la primera parte, acaso un disparo desviado de Podolski y unos centros sueltos desde los costados que no ten¨ªan continuidad. Inglaterra, sin embargo, era otra historia. M¨¢s que nada porque con la pelota en los pies, demostr¨® haber olvidado sus complejos, quiz¨¢ sus limitaciones. No es una situaci¨®n nueva para los pross, que casi siempre dieron la talla en los amistosos. Pero el equipo ya tiene personalidad, olvidado al fin el seven-eleven [ataque por las bandas tras un pelotazo de la defensa que hace referencia a los dorsales acad¨¦micos para los extremos] y volcado en el juego de toque, con construcciones desde casa.

Ter Stegen se subraya en la porter¨ªa

Los laterales, que actuaban de carrileros con el 3-4-2-1, daban aire por las bandas y conectaban con Dier y Livermore en el eje, frontera obligatoria para llegar a Dele Alli y Lallana, insertados como mediapuntas y todo un quebradero de cabeza para Alemania por sus constantes desmarques. El ataque, en cualquier caso, sol¨ªa acabar en Vardy. Pero el delantero del Leicester no ten¨ªa la noche, tal y como explic¨® en ese mano a mano frente a Ter Stegen en el que el portero sali¨® vencedor. No fue la ¨²nica ocasi¨®n de Inglaterra, que tambi¨¦n funcion¨® a bal¨®n parado. As¨ª, tras un saque de esquina Michael Keane remat¨® a la altura del punto de penalti pero lanz¨® la pelota a las nubes, y Dier cabece¨® otro c¨®rner, esta vez a las manoplas de Ter Stegen. Y, validando la fase del repliegue, Lallana rob¨® un bal¨®n a Kimmich y recorri¨® 50 metros como un velocista para, ya ante el meta rival, cruzar el esf¨¦rico. Pero para su infortunio el poste escupi¨® el esf¨¦rico.

Trat¨® de replicar Alemania en el segundo acto y lo hizo con la misma artima?a, con un saque de esquina que Brandt remat¨® desde fuera del ¨¢rea y que por poco no astill¨® el palo. Fue, en cualquier caso, un espejismo porque nadie fue capaz de encontrar a Werner, el efervescente delantero del Leipzig que se estrenaba, por lo que sus ataques acabaron en agua de borrajas. Hasta que Podolski apareci¨® de repente, bien encontrado por un pase interior de Kroos. Control, adecuaci¨®n del cuerpo para el golpeo y un chut fabuloso desde fuera del ¨¢rea que se col¨® por la escuadra derecha para asombro de un Hart que ni siquiera so?¨® con pararla. Toda una estocada para Inglaterra, que jugaba a la carrera y que contest¨® con fuerza: una carrera de Vardy no la complet¨® de chiripa Dele Alli; y un centro de Dier que dejaba en boca de gol a Lallana lo despej¨® Ter Stegen a tiempo. Pero es que a Inglaterra le falt¨® lo m¨¢s importante: un Podolski que sintiera el duelo como el ¨²ltimo, que so?ara con marcar un tanto para poner el broche de oro a su carrera internacional.