La manifestaci¨®n contra Israel apenas tiene seguimiento en Gij¨®n
Los convocantes no logran reunir a m¨¢s de 300 personas en un acto presidido por la confusi¨®n ideol¨®gica, en sinton¨ªa con el conflicto en el pleno del Ayuntamiento
El vocero que dirig¨ªa la cabeza de la manifestaci¨®n en favor de boicotear el Estado de Israel proclam¨® que su ideal era ¡°internacionalista¡±, pero los signos inscritos en la bandera gigante de Palestina que portaban sus correligionarios, unos metros por detr¨¢s, obligaba a sospechar en un provincianismo exacerbado: ¡°Stop Xenocidiu. Gobiernu C¨®mplice¡±. A la cola de la multitud, de unas 300 personas, el coro remataba: ¡°?Espa?a e Israel, la misma mierda es!¡±.
La plaga de polillas que devora el patatal de San Tirso preocupa un poco menos a los vecinos de Gij¨®n que la movilizaci¨®n que organizaron los colectivos agrupados en torno a Izquierda Unida y Xix¨®n S¨ª Puede en favor del boicot al Estado de Irael. La ciudad apenas interrumpi¨® su discurrir tranquilo mientras los activistas, los pol¨ªticos y las fuerzas de seguridad se preparaban para un conflicto apenas perceptible.
Aprovechando que la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol recibe a Israel este viernes a las 20:45 en El Molin¨®n, y al hilo de la campa?a del movimiento BDS (Boicot, Desinversi¨®n y Sanciones), coordinada mundialmente por el Comit¨¦ Nacional Palestino, la izquierda m¨¢s combativa de Gij¨®n elev¨® la voz de una protesta que les confiere identidad y visibilidad. La manifestaci¨®n que pretend¨ªa denunciar ¡°el genocidio¡± y el ¡°apartheid¡± que es ¡°constitutivo¡± del Estado de Israel, sali¨® de la Plaza del Parch¨ªs, en el centro de Gij¨®n, y cont¨® con el seguimiento de entre 200 y 300 personas.
En enero de 2016 el pleno del ayuntamiento de Gij¨®n aprob¨® con los votos de Izquierda Unida, Xix¨®n S¨ª Puede y el PSOE una declaraci¨®n formal denunciando la violaci¨®n sistem¨¢tica de los derechos humanos por parte de Israel y pidiendo el boicot a sus bienes y servicios. En diciembre, la federaci¨®n espa?ola de f¨²tbol concedi¨® a Gij¨®n la sede del partido Espa?a-Israel, quinto encuentro de la serie de clasificaci¨®n para el Mundial de 2018. Desde la federaci¨®n se advirti¨® m¨¢s tarde que, a la hora de tomar la decisi¨®n, nadie conoc¨ªa en Las Rozas la peculiar posici¨®n de Gij¨®n en relaci¨®n al estado hebreo. Alarmado ante la posibilidad de generar un conflicto indeseado, el PSOE dio un paso al costado y el pasado 9 de marzo se uni¨® al Foro Asturias, partido de la alcaldesa Carmen Moriy¨®n, para revocar el acuerdo favorable al BDS. El PP y Ciudadanos, que hab¨ªan tachado la declaraci¨®n inicial de ¡°antisemita¡± abandonaron la sala en protesta por lo que ahora consideran un procedimiento revocatorio irregular. En Gij¨®n, el enredo ideol¨®gico solo es equiparable a la confusi¨®n burocr¨¢tica.
El vocero de la manifestaci¨®n indic¨® que la movilizaci¨®n no pretend¨ªa persuadir a los aficionados de que no acudieran al partido. Pero pidi¨® la expulsi¨®n de la selecci¨®n de Israel de las competiciones de la FIFA porque representaba a un pa¨ªs que vulneraba los derechos humanos. Tambi¨¦n advirti¨® el portavoz de que rechazaban cualquier acto de ¡°xenofobia¡±, ¡°racismo¡±, ¡°antisemitismo¡±, ¡°antisionismo¡± o de ¡°incitaci¨®n a la violencia¡±. Pero sus acompa?antes luc¨ªan carteles con leyendas como: ¡°El sionismo asesina ni?os¡±.
A la media hora de iniciada la marcha, no quedaban rastros ni del sonido del tambor ni de banderas al viento. Con el partido de f¨²tbol a punto de empezar, la mayor¨ªa de los habitantes de la ciudad, los indiferentes, acud¨ªan al caf¨¦, al bar, a la verduler¨ªa, a casa, y tambi¨¦n al estadio a asistir a un encuentro que tampoco parec¨ªa emocionarlos demasiado. En El Molin¨®n, con capacidad para 31.000 espectadores, apenas se cubri¨® un tercio del aforo. Fue la peor entrada que se recuerda en los ¨²ltimos a?os en un estadio que se llena cada vez que juega el Sporting.
"La gente ha estado muy cari?osa con nosotros", dijo Elisha Levy, el seleccionador de Israel, cuando le preguntaron por el p¨²blico espa?ol dentro del campo. El Molin¨®n no solo registr¨® una entrada muy mala para sus est¨¢ndares. La muchedumbre, normalmente alborotadora, pareci¨® tibia y serena hasta rozar el sopor. Los que m¨¢s ruido hicieron fueron los integrantes de la afici¨®n israel¨ª, concentrada en un grupo de unas decenas de personas que no dejaron de cantar desde un c¨®rner. ?
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