La pinza entre PP y Junts tumba la revalorizaci¨®n de las pensiones y pone al Gobierno contra las cuerdas

La confluencia t¨¢cita entre PP y Junts propin¨® este mi¨¦rcoles el peor golpe parlamentario sufrido por este Gobierno y volvi¨® a arrojar serias dudas sobre la viabilidad de la legislatura. Las derechas nacionales y la independentista catalana coincidieron de nuevo en sus maniobras para castigar a Pedro S¨¢nchez, esta vez con muy serias consecuencias directas sobre la ciudadan¨ªa: su voto conjunto contra el decreto ¨®mnibus del Ejecutivo provoca la congelaci¨®n moment¨¢nea de las percepciones de 12 millones de pensionistas y deja sin efecto las bonificaciones al transporte p¨²blico y algunas ayudas a los afectados por la dana o el volc¨¢n de La Palma.

Cada derrota parlamentaria del Gobierno suele ser acogida con entusi¨¢sticas ovaciones en la bancada de la derecha. Esta vez, sin embargo, la reacci¨®n fue apenas un espeso silencio cuando la presidenta del Congreso, Francina Armengol, anunci¨® el resultado del decreto ¨®mnibus: 177 votos en contra (PP, Vox, Junts y UPN), 171 a favor y una abstenci¨®n (de CC) Los populares, con el concurso indispensable de Junts, hab¨ªan hecho morder el polvo al Ejecutivo, pero las consecuencias para la gente corriente de esa bofetada pol¨ªtica desaconsejaban acogerla con cualquier tipo de celebraci¨®n.

El PP vot¨® contra el ampl¨ªsimo decreto, de m¨¢s de un centenar de art¨ªculos y con numerosas medidas sociales, agarr¨¢ndose simplemente a uno de los asuntos incluidos en esa especie de caj¨®n de sastre: la cesi¨®n al PNV de un palacete en el centro de Par¨ªs, actual sede del Instituto Cervantes tras haberlo sido del Gobierno vasco durante la Rep¨²blica. En el caso de Junts, el grupo ni siquiera esgrimi¨® un motivo concreto. Su portavoz, M¨ªriam Nogueras, aludi¨® a la p¨¦rdida de confianza en el Ejecutivo ya pregonada por Carles Puigdemont y descarg¨® un ataque incendiario, el m¨¢s duro con diferencia de su grupo desde que hace 14 meses apoy¨® la investidura de S¨¢nchez. Su panoplia de descalificaciones a los socialistas incluy¨® t¨¦rminos como ¡°manipuladores¡±, ¡°trileros¡±, ¡°piratas¡± o ¡°chantajistas¡±. El Gobierno hab¨ªa intentado hasta el ¨²ltimo momento que Puigdemont desistiese de su represalia, pero, seg¨²n fuentes del Ejecutivo, el expresident ni contest¨® a sus llamadas.

PP y Junts aseguraron estar dispuestos a reparar las consecuencias sobre los ciudadanos de su castigo pol¨ªtico al Gobierno. Los populares ya registraron una proposici¨®n de ley para revalorizar las pensiones cuya aprobaci¨®n, en el mejor de los casos, llevar¨ªa semanas. Nogueras, mientras, emplaz¨® al Ejecutivo a presentar decretos separados con la subida de las percepciones de los jubilados y las ayudas a los usuarios del transporte.

Pero el roto es de proporciones mucho mayores. Los grupos parlamentarios han criticado a menudo la tendencia del Gobierno a incluir las cuestiones m¨¢s variopintas en sus decretos y este no era una excepci¨®n. Entre los asuntos que quedan paralizadas figuran las moratorias de los desahucios y cortes de suministros b¨¢sicos a familias vulnerables, deducciones fiscales por mejoras energ¨¦ticas en viviendas y veh¨ªculos, la actualizaci¨®n de las entregas de fondos del Estado a comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos o los 4,5 millones que se iban a destinar a Ceuta ¨Dgobernada por el PP¨D para la acogida de menores inmigrantes.

El primer pleno parlamentario del a?o desnud¨® en toda su crudeza la precariedad del Gobierno, que vio c¨®mo deca¨ªan dos de los tres decretos que llevaba. La otra derrota se daba por descontada: el intento de prolongar durante 2025 el impuesto a las grandes energ¨¦ticas, pactado por PSOE y Sumar con los grupos m¨¢s a la izquierda, a sabiendas de que lo tumbar¨ªa lo que varios portavoces volvieron a definir como una ¡°conjunci¨®n de las derechas¡±, en este caso con el a?adido del PNV. El debate ilustr¨® el choque ideol¨®gico entre los aliados del Ejecutivo, singularmente entre las dos fuerzas soberanistas vascas, EH Bildu y PNV. Y propici¨® otra ruidosa acometida contra el PSOE de la l¨ªder de Podemos, Ione Belarra, cuya escalada verbal lleg¨® hasta acusarlos de ¡°traicionar a la ciudadan¨ªa¡± e incluso fomentar la ¡°violencia social¡±.

La ¨²nica victoria que cosech¨® el Gobierno tuvo tambi¨¦n un cierto tinte amargo. El Congreso s¨ª convalid¨® el decreto que recoge el acuerdo alcanzado el pasado verano entre patronal y sindicatos para retocar el sistema de pensiones, entre otras cosas, a fin de facilitar que voluntariamente se pueda continuar la actividad tras haber rebasado la edad de jubilaci¨®n. El Ejecutivo salv¨® este envite gracias al apoyo del PP, porque tanto Junts como la izquierda soberanista ¨DERC, EH Bildu y BNG¨D y Podemos votaron en contra.

El debate se hab¨ªa abierto con apelaciones diversas a dejar de lado las maniobras pol¨ªticas y pensar en las medidas que benefician a los ciudadanos. Arranc¨® con ello el ministro de la Presidencia y Justicia, F¨¦lix Bola?os, en su defensa del decreto ¨®mnibus, dirigi¨¦ndose a los 350 diputados: ¡°?A ustedes les han votado para dejar a 12 millones de pensionistas sin la subida de su pensi¨®n?¡±.

Los llamamientos no partieron solo del Gobierno. Cristina Valido, de Coalici¨®n Canaria, apel¨® al hemiciclo: ¡°Se?or¨ªas, me pregunto si alg¨²n d¨ªa convalidaremos un decreto sin generar la angustia a millones de espa?oles. Me pregunto si alg¨²n d¨ªa dejaremos de utilizar como campo de batalla las demandas m¨¢s urgentes y necesarias de las familias que peor lo pasan¡±. ¡°La ciudadan¨ªa no debe pagar por los c¨¢lculos partidistas de unos y otros¡±, aleccion¨® Mertxe Aizpura, de EH Bildu. ¡°Est¨¢n haciendo da?o a la ciudadan¨ªa, no al Gobierno¡±.

Pero los diputados de Junts estaban a otra cosa. Empezando por teatralizar su pulso al Gobierno para estirar la intriga y captar la atenci¨®n hasta el ¨²ltimo minuto. De tal modo que sus siete diputados ni se presentaron al comienzo de la sesi¨®n ni intervinieron en el debate sobre el decreto ¨®mnibus. No ocuparon sus esca?os hasta hora y media despu¨¦s, cuando Nogueras s¨ª us¨® su intervenci¨®n en el debate sobre el impuesto a las energ¨¦ticas para descargar la salva de ca?onazos contra el PSOE. Acab¨® anunciando su voto negativo a los tres decretos como castigo a la ¡°negligencia y falta de seriedad¡± de los socialistas.

Tambi¨¦n el PP sucumbi¨® a la teatralizaci¨®n ocultando durante buena parte de la ma?ana el sentido de su voto. En la intervenci¨®n inicial, su portavoz econ¨®mico, Juan Bravo, se limit¨® a decir que no apoyar¨ªan el decreto ¨®mnibus ¨Dcon la abstenci¨®n hubiese bastado para dejarlo pasar¨D, a cargar contra el acuerdo sobre el palacete con el PNV y a exigir a S¨¢nchez que se someta a una cuesti¨®n de confianza y convoque elecciones.

Para completar las abundantes amenidades de la sesi¨®n, no falt¨® el duelo de esgrima entre los independentistas catalanes. Nogueras tambi¨¦n hab¨ªa arremetido contra ERC tras presentar a Junts como ¡°el ¨²nico partido que prioriza el pa¨ªs y no admite chantajes¡±. Gabriel Rufi¨¢n se revolvi¨® de inmediato. ¡°Hoy se materializa de forma casi definitiva la mayor¨ªa entre PP, Vox y Junts que acabar¨¢ carg¨¢ndose este Gobierno¡±, sentenci¨® el portavoz de ERC. Rufi¨¢n calific¨® al partido de Puigdemont de ¡°terriblemente reaccionario¡± y evoc¨® la corrupci¨®n de la desaparecida Converg¨¨ncia al acusar a sus diputados de pactar en Madrid ¡°a cambio del 3%¡±. Tambi¨¦n Aina Vidal, viceportavoz de Sumar y representante de los comunes, dispar¨® contra Junts por presumir de que defiende m¨¢s que nadie a Catalu?a cuando sus decisiones perjudican ¡°el bienestar de los catalanes¡±.

Para reparar el destrozo, el Gobierno tiene la opci¨®n de aprobar nuevos decretos, aunque no ha dado se?ales de que se vaya a apresurar. De momento, su prioridad es denunciar que el PP deja en la estacada a los ciudadanos ¡°en compa?¨ªa de otros¡±, como expres¨® Bola?os sin querer citar expresamente al partido de Puigemont. El relato, siempre el relato.