Busquets pone en ¨®rbita a Espa?a ante Israel
La Roja, gobernada por el pivote azulgrana, golea a Israel (4-1) con momentos de buen juego
Una Espa?a festiva de inicio y algo reguladora despu¨¦s liquid¨® a Israel con la gorra y con Busquets. Lo hizo a partir del medio campo, fluido, catalizador, invasor en el primer cuarto de hora y con buen administraci¨®n el resto de la noche. Suficiente para colonizar al adversario, con un Busi imperial al mando, Iniesta y Silva al toque, Jordi Alba y Carvajal rema que rema por las orillas¡ Una selecci¨®n redonda de inicio lanzada por el gol madrugador de Silva, certificado ya como el cuarto m¨¢ximo goleador en la historia de la Roja. Un tanto de virguero, acorde con la esencia de este equipo de lazarillos bajitos. Un t¨²nel de Jordi Alba a Dasa y un emboque de Silva, tambi¨¦n entre las piernas de Marciano, que as¨ª se llama el portero israel¨ª. Un gol hijo del juego, del buen juego del equipo de Julen Lopetegui en el arranque. Ya en ventaja, Espa?a baj¨® la marcha, m¨¢s dispuesta al control que al picante. Hasta que De Gea puso a todos en alerta tras desviar un cabezazo de Rafaelov y el equipo metaboliz¨® el mensaje. De inmediato, Vitolo, asistido por Thiago, retrat¨® a Marciano, vencido de mala manera ante su tirito. Dos a cero y a bailar en Gij¨®n.
Espa?a, 4 - Israel, 1
Espa?a: De Gea; Carvajal, Sergio Ramos, Piqu¨¦, Jordi Alba; Busquets, Thiago (Koke, m.63), Iniesta (Isco, m.70); Vitolo (Iago Aspas, m.83), Silva y Diego Costa.
Israel: Ofir Marciano; Eli Dasa, Tzedek, Itai Tibi (Twatha, m.19), Gershon; Einbinder (Keltjens, m.60), Natcho, Almog Cohen; Refaelov, Eran Zahavi y Ben Haim (Hemed, m.63).
Goles: 1-0, m.14: Silva. 2-0, m.45: Vitolo. 3-0, m.51: Diego Costa. 3-1, m.76: Refaelov. 4-1, m.88: Isco.
?rbitro: Michael Oliver (ING). Amonest¨® a Dasa (77) por Israel.
20.321 espectadores en El Molin¨®n, Gij¨®n, Espa?a.
Sostenida por un medio campo ejemplar, con cinco futbolistas de trazo fino liderados por Busquets, el chico para todo y para todos, la Roja no remolone¨®, no dio tregua al adversario, reducido a la nada de principio a fin. A Israel no le qued¨® otro remedio que seguir el rastro de la pelota, con Iniesta, Silva y compa?¨ªa dale que dale, por aqu¨ª y por all¨¢, con luces largas y cortas. Desde hace una d¨¦cada Espa?a es un pa¨ªs de centrocampistas, es su mejor incubadora. Lo sabe Lopetegui, que ha dado carrete a la f¨®rmula. Los volantes no solo le garantizan el gobierno del juego, sino que le fluyen con goles. Ah¨ª est¨¢ la producci¨®n de Vitolo y Silva, con cuatro y tres tantos, respectivamente, en esta ruta encauzada hacia el Mundial de Rusia-2018.
Ya sea el Bar?a o Espa?a, lo mismo da, que Busquets marque la hora es s¨ªntoma de que algo bueno est¨¢ por llegar. No hay mejor catedr¨¢tico del juego, de los juegos, el de quita y pon. Gregario, aguador¡ En plenitud, no hay otro como ¨¦l, por algo se le tiene, por derecho bien merecido, como el mejor futbolista an¨®nimo del planeta. No es Nureyev, pero es un reloj con botas. Juega con ojos en el cogote, domina como nadie los espacios, est¨¢ donde hay que estar y no ahorra un auxilio para nadie. Con Busquets al frente, Espa?a se sinti¨® a gusto toda la noche, porque este chico da gusto. No hay mejor liberador para Silva, Iniesta, Thiago, que pueden navegar con las espaldas bien cubiertas. Ah¨ª brota la mejor Espa?a, la m¨¢s genuina desde su cumbre en 2008 en Viena, cuando explor¨® como nadie esa v¨ªa. En el eje del juego est¨¢ su sustento, su rasgo diferenciador. Cuando lleg¨® a la cima y ahora que rastrea de nuevo el camino.
Al buen tono general del equipo de Lopetegui le cost¨® sumarse a Thiago y Diego Costa, que, en ocasiones, tienen aire de forasteros. Al hijo de Mazinho no le falta talento, ni mucho menos, y Diego Costa tiene colmillo de ariete, pero no acaban de congeniar del todo con el resto del plantel. Su aportaci¨®n es m¨¢s epis¨®dica que frecuente. Como muestra, sin un repertorio gen¨¦rico, tambi¨¦n Thiago, que ya hab¨ªa sellado un remate al larguero, fue el asistente del tercer tanto local. Un c¨®rner a la cabeza de Diego Costa, precisamente. No es la suerte que mejor domina el hispano-brasile?o, m¨¢s dispuesto a estirar al equipo, a batirse en carrera y en el cuerpo a cuerpo, pero el gol, llegue como llegue, es su sustento. Y bien que lo necesita la Roja, cuyo punto final no siempre pueden ser los centrocampistas.
Resuelto el marcador. Lopetegui dio vuelo a Koke, Isco y Iago Aspas, tres secundarios de primera. Su puesta en escena coincidi¨® con el tanto visitante, cazado por Rafaelov. Una miga sin m¨¢s, accidental. Isco despej¨® cualquier fantasma y anot¨® el cuarto para cerrar una jornada oficial con solvencia y buenos cap¨ªtulos. Con el medio campo en la ¨®rbita de Busquets, la Roja es la Roja. Y Rusia ya est¨¢ un poco m¨¢s cerca.
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