Valverde desatasca la carrera y le arranca tres segundos a Contador
El ciclista murciano, vencedor en Arrate y nuevo l¨ªder antes de la contrarreloj final del s¨¢bado
De la subida a Arrate siempre se espera una tarde de ciclismo, si es soleada, como la de este viernes, mejor, si los candidatos descubren su programa a¨²n mejor, si la combatividad?aparece, miel sobre hojuelas. De la subida a Arrate no se esperan nunca grandes diferencias, pero si que se busquen, que se peleen. Y en esta quinta etapa de la Vuelta al Pa¨ªs Vasco las busc¨® y las pele¨® Alejandro Valverde con tres intentos secos, duros, aunque cortos, para despegar a los rivales, rendirlos como se rinde un tronco a la fuerza del hacha. Pero el tronco no se parti¨® y lo que vino despu¨¦s, por parte del murciano, fueron acelerones para cazar a Woods y a Meintjes que circulaban con unos metros de ventaja, y encontrar el triunfo de etapa, el liderato y la ventaja de ser este s¨¢bado el ultimo en salir en a contrarreloj que elegir¨¢ al ganador de esta Vuelta.
De la subida a Arrate no se esperan ganadores, pero s¨ª vencidos. El ganador fue Valverde, por delante de Bardet, Ur¨¢n, Woods y Meintjes. El primero en perder, aunque solo simb¨®licamente, fue Alberto Contador, que cedi¨® tres segundos en la meta. Contador que seguramente fue feliz cuando sali¨® de Bilbao. Una ca¨ªda y dos pinchazos en la etapa de este jueves solo pod¨ªan tener un colof¨®n: pinchar en la salida neutralizada del viernes y tener que cambiar la rueda al poco de abandonar el Estadio de San Mam¨¦s.
El principal derrotado fue el colombiano Sergio Henao, que se dej¨® 15 segundos en la meta de Arrate, incapaz de responder a las arrancadas de Valverde. Y derrotado fue el equipo Orica que se peg¨® la paliza del d¨ªa para que ganase Simon Yates, pero el ciclismo se maneja m¨¢s por la cardiolog¨ªa que por la matem¨¢ticas y a la hora de la verdad Yates se qued¨® atascado, imp¨¢vido, sin fuerza. Habr¨ªa que ver la cara de su compa?ero Jack Haig que se meti¨® una kilometrada tirando del pelot¨®n... para nada. Las piernas y los pulmones gobiernan el ciclismo y Yates se qued¨® sin aire y enganchado al sill¨ªn cuando la carrera exig¨ªa levantarse. Y perdi¨® Samuel S¨¢nchez, que situado entre los mejores intent¨® un ataque y acab¨® por los suelos en una extra?a ca¨ªda en una recta, un despiste, un accidente cuando circulaba a la mayor velocidad en el tramo final de la carrera.
Tres veces, tres, intent¨® Valverde huir de su peque?o grupo y las tres le sigui¨® Contador que lo intent¨® en una ocasi¨®n. Eran ataques cortos, de esos que miden m¨¢s la mirada que las piernas, los gestos que los da?os producidos. Se hab¨ªan ido el canadiense Woods y el sudafricano Meintjes, pero estaban a tres golpes de ri?¨®n de sus perseguidores. Harto ya de estar harto, Valverde decidi¨® que hab¨ªa llegado el momento de olvidarse del reloj y buscar la etapa. Aceler¨® y los dos escapados fueron engullidos como una galleta mojada en el caf¨¦. Valverde quer¨ªa a todo trance pasar el primero por la ¨²ltima curva ¡°porque entonces tienes mucho ganado, aunque la vez que le gan¨¦ a Purito entr¨¦ el segundo en la curva¡±. Y ocurri¨® que la curva fue la antesala del ¨¦xito. Adelanto a Bardet por la derecha y le dio tiempo a levantar el brazo en la ¨²ltima pedalada, con alegr¨ªa, pero sin riesgo.
La contrarreloj, de 27,7 kil¨®metros, dictar¨¢ sentencia, como viene ocurriendo en esta carrera que se disputa con m¨¢rgenes tan estrechos como el tubular de una rueda. Pero al menos Arrate, con un sol primaveral, ofreci¨® ciclismo frente a monoton¨ªa, intriga frente a rutina. Algo es siempre m¨¢s que nada.
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