Osasuna estrena El Sadar con un triunfo ante el Legan¨¦s
Liderado por un espectacular Sergio Le¨®n, consigue la primera victoria en casa de la temporada
No hay victorias in¨²tiles. Por m¨¢s que Osasuna siga condenado al descenso (10 puntos de desventaja son muchos puntos a estas alturas), ganar dos veces en una semana convierte la tristeza en un estado pasajero. Rugi¨® El Sadar como en las grandes tardes, como si en juego hubiera un premio mayor que la autoestima, como si esa victoria ante el Legan¨¦s fuera mucho m¨¢s que dejar de ser el ¨²nico equipo de las cinco grandes Ligas europeas que no hab¨ªa ganado en su casa. Fue como colgar en el perchero la gabardina mojada de un chaparr¨®n permanente, como limpiar un lampar¨®n de esos que relucen bajo el sol.
Y se lo quit¨® porque, entre otras cosas, tiene un jugador que est¨¢ por encima de chaparrones y lamparones. Sergio Le¨®n Marc¨® de penalti, para empatar el tempranero gol del griego Siovas, a la salida de un c¨®rner, y lo hizo como mandan los c¨¢nones: tiro cruzado con la derecha apuntando a la costura de la red. Pero sobre todo, marc¨® el segundo como no hay c¨¢nones que valgan: carrera y zurdazo impresionante, que subi¨® lo justo para superar el brazo del portero y baj¨® lo necesario para alcanzar la red sin chocar con el larguero. Un gol cre¨ªble porque subi¨® al marcador, pero incre¨ªble en su ejecuci¨®n.
Y eso que el partido se le puso de espaldas a Osasuna, porque el Legan¨¦s, mejor armado, m¨¢s tranquilo, se adue?¨® del bal¨®n ante la escasez de efectivos de Osasuna en el centro del campo. Y en un c¨®rner marc¨® Siovas, de medio lado, tras peinar la pelota Tito descolocando a la defensa. Y pudo marcar Rico en un centro chut que dio en el pico del larguero. Fuentes, despu¨¦s, cometi¨® penalti, que el ¨¢rbitro no vio, por un codazo a Gabriel. Todo estaba marcado por la rutina que acompa?aba a Osasuna en El Sadar, hasta que Tito arroll¨® a Sergio Le¨®n dentro del ¨¢rea que ¨¦l mismo transform¨®.
El Legan¨¦s ten¨ªa la oportunidad de poner mucha tierra de por medio frente al precipicio, pero Osasuna sent¨ªa la necesidad de recobrar la autoestima y llamar, aunque sea de lejos, a la posibilidad de un milagro (la salvaci¨®n) que entrar¨ªa, de producirse, en los anales de la Liga. As¨ª que comenz¨® el intercambio de jugadas, de ocasiones y el recital de Sergio Le¨®n en su permanente mano a mano con Herrer¨ªn. El portero salv¨® el primero cerr¨¢ndole el ¨¢ngulo; el poste, el segundo. Los centrales parec¨ªan postes de la luz ante la electricidad del delantero rojillo.
Y a la tercera, la m¨¢s dif¨ªcil, lleg¨® el ¨¦xtasis del gol a El Sadar. Pero no acab¨® la tensi¨®n. La entrada de Mach¨ªs le dio vida al Legan¨¦s, que pudo marcar en un remate de Luciano que roz¨® el poste. Y en m¨²ltiples llegadas al ¨¢rea de un Osasuna encerrado (aunque Roberto Torres malgast¨® otra genialidad de Sergio Le¨®n). Y una mano de Fuentes en el ¨¢rea, que el ¨¢rbitro no vio, culmin¨® un final el¨¦ctrico. No, no hay victorias in¨²tiles. Solo las derrotas lo son.
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