El Bayern de M¨²nich, el lobo y las ovejas
La facilidad con la que gana en Alemania comporta un riesgo cuando la Champions los obliga a enfrentarse a equipos de primer nivel

Un a?o m¨¢s el Bayern de M¨²nich tiene un problema que muchos equipos desear¨ªan para s¨ª: la ausencia de un rival serio en una liga por la que los b¨¢varos se pasean como lobo entre las ovejas. D¨ªas atr¨¢s, cierto comentarista deportivo de la televisi¨®n alemana afirm¨® en tono risue?o que en la Bundesliga compiten dos clases de equipos: el Bayern y los dem¨¢s. La broma no carece de fundamento. A seis jornadas del final, los b¨¢varos aventajan en 10 puntos al segundo clasificado.
Hay quien ya los felicit¨® en enero por la obtenci¨®n del campeonato por quinto a?o consecutivo. Huelga decir que est¨¢n en la semifinal de la Copa de su pa¨ªs. La disputar¨¢n contra el Borussia de Dortmund, al que el pasado s¨¢bado vapulearon sin compasi¨®n en partido de liga. La facilidad del triunfo en las competiciones nacionales comporta un riesgo cuando, llegada la primavera, la Liga de Campeones obliga al Bayern de M¨²nich a enfrentarse a equipos de primer nivel. De pronto aparece un oso fiero donde antes pastaban las ovejas. Desde 2014, el lobo ha sucumbido en semifinales a los zarpazos de tres sucesivos osos, los tres espa?oles.
Con Ancelotti, apodado El Se?or Tranquilo, el Bayern ha perdido en espectacularidad lo que ha ganado en solidez, orden y constancia. La posesi¨®n de la pelota ya no constituye un dogma. Se terminaron las continuas y a menudo inexplicables rotaciones de Guardiola. A los jugadores se les nota m¨¢s libres en sus decisiones y movimientos, tambi¨¦n m¨¢s conjuntados.
Ancelotti es un maestro en el arte de torear egos. El s¨¢bado pasado retir¨® a Rib¨¦ry en la segunda parte. El franc¨¦s sali¨® del campo echando humo por las orejas, con una mirada como la llama de un soplete. Ancelotti, trajeado, inconmovible, envolvi¨® al jugador en un abrazo y le estamp¨® un beso paternal en la mejilla que abri¨® una s¨²bita sonrisa en aquella cara hosca. Es un ejemplo de tantos. El equipo se ha serenado. Los jugadores no ocultan que se divierten. Todos quieren participar, aprovechar la ocasi¨®n de mostrar sus dotes, y algunos, como el capit¨¢n Philipp Lahm o Xabi Alonso, de concluir sus respectivas carreras deportivas con un triunfo internacional.
La joya de la corona es hoy por hoy el delantero centro Robert Lewandowski. El polaco llega a estas alturas de la temporada en forma ¨®ptima. Insustituible en el sistema de Ancelotti, encabeza la lista de goleadores de la Bundesliga y es tercero de la actual Liga de Campeones. M¨¢s de un aficionado recordar¨¢ los cuatro goles que le endos¨® al Real Madrid en 2013, vestido con la camiseta amarilla del Borussia de Dortmund. Lewandowski posee en alto grado las cualidades que distinguen a un delantero de primera categor¨ªa. Lo mismo remata con un pie que con otro o con la cabeza. Es r¨¢pido, escurridizo, astuto. Lewandowski es un felino al que m¨¢s de un experto sit¨²a como firme candidato al Bal¨®n de Oro. El exfutbolista Matth?us considera que Lewandowski a¨²n no lo ha conseguido por el inconveniente de jugar en una selecci¨®n nacional de segundo orden.
Digna de menci¨®n es la meritoria temporada que est¨¢ llevando a cabo Javi Mart¨ªnez en el centro de la defensa b¨¢vara. Mart¨ªnez ha perdido timidez. En este su quinto a?o con la camiseta del Bayern se le ve mucho m¨¢s integrado. Su titularidad de las ¨²ltimas semanas result¨® de una lesi¨®n de J¨¦r?me Boateng, quien junto a Mats Hummels forma pareja de centrales tanto en la defensa del Bayern como de la selecci¨®n nacional. Boateng disput¨® los 90 minutos del partido del ¨²ltimo s¨¢bado. Al d¨ªa siguiente, Hummels se lastim¨® un pie durante el entrenamiento, lo que le impedir¨¢ participar en el partido contra el Real Madrid. Sigue siendo, pues, la hora de Javi Mart¨ªnez.
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