El Barcelona logra un ajustado triunfo ante la Real Sociedad gracias a Messi
El delantero azulgrana, bien secundado por Alc¨¢cer, firma dos goles frente a una Real con mejor ataque que defensa
Exigido a vencer para no dar por perdida una Liga que se le escurre antes de tiempo, sabedor tambi¨¦n de que el Madrid sac¨® el l¨¢tigo en Gij¨®n a ¨²ltima hora para firmar otro triunfo, el Bar?a se present¨® sumido en la incertidumbre frente a una Real Sociedad que en Anoeta y tambi¨¦n en el Camp Nou explic¨® que sabe jugar con los pies tanto como el rival. Una constataci¨®n de lo que se han encontrado en Europa los azulgrana, que transitan por la monta?a rusa de las debacles como en Par¨ªs y Tur¨ªn, y que se aferran con escepticismo a la magia del Camp Nou cuando probablemente ya se haya agotado.
De manera que los que acudieron al estadio no sab¨ªan si iban a ver al Doctor Jekyll o a Mister Hyde, un once capaz de enhebrar f¨²tbol de sal¨®n u otro de lo m¨¢s rampl¨®n, pena que ha acabado por erosionar al t¨¦cnico, que har¨¢ mutis por el foro cuando se apaguen las luces, a una directiva que no se decide por el relevo y que parece anteponer el cortoplacismo a la idea, y a una afici¨®n que reclama cambios porque por m¨¢s que se fiche no hay futbolistas que discutan la oligarqu¨ªa de los titulares, acaso Umtiti en el eje de la zaga. Y frente a la Real sali¨® cara porque Messi as¨ª lo dict¨®, porque fue el rey del caos inicial donde los ataques se impusieron a las defensas.
Retom¨® Luis Enrique el 4-3-3 ofensivo [4-4-2 en defensa, descolgados Messi y Luis Su¨¢rez], despu¨¦s de negar la mayor sobre su responsabilidad t¨¢ctica con el 3-4-3 en el Juventus Stadium, y decidi¨® alinear de la partida a Andr¨¦ Gomes (silbado por la afici¨®n) y a Alc¨¢cer (se postula para el cl¨¢sico), de nuevo castigado Iniesta a un reposo que no le da ritmo ni continuidad, que le torna gris cuando siempre dio color. Cambios de ali?o que apenas importan cuando Messi quiere la pelota y se sale con la suya.
Y eso que la Real se rebel¨® como sabe porque con Esuebio es m¨¢s Bar?a que el original, con un f¨²tbol pl¨¢stico y result¨®n, volcado en la presi¨®n avanzada y con una gesti¨®n soberbia del ataque en est¨¢tico; con el pase por bandera, amplitud y profundidad por igual, juego de posici¨®n innegociable y llegadas por todos los flancos que casi siempre remach¨® Oyarzabal. Pero Ter Stegen ten¨ªa las manoplas preparadas y el extremo las botas torcidas, como se demostr¨® tras la cesi¨®n de Willian desde dentro del ¨¢rea o despu¨¦s del centro de Yuri remachado a la altura del punto de penalti.
En el ¨¢rea opuesta se explic¨® una historia diferente. Messi se las ingeni¨® para encontrar los espacios de entrel¨ªneas, en ocasiones por el costado y casi siempre por dentro, desde donde filtraba pases magistrales que ni Alc¨¢cer ni Luis Su¨¢rez acertaron a resolver. Pero a la que se cobr¨® un metro de m¨¢s, despu¨¦s de un autopase con t¨²nel incluido de un reverdecido Alc¨¢cer, se invent¨® un disparo teledirigido que le gui?¨® el ojo al poste antes de reposar en la red. Y, poco despu¨¦s, tras una p¨¦rdida rival en la salida del bal¨®n, Su¨¢rez chut¨® con fiereza, Rulli la desvi¨® con tibieza y Leo acompa?¨® el esf¨¦rico a la porter¨ªa para festejar su doblete, sus 29 goles en la Liga. Pero cuando el partido reclamaba cloroformo, el Bar?a tembl¨® de nuevo atr¨¢s. Lo aprovech¨® ??igo Mart¨ªnez tras una falta lateral y quebrar la cintura de Andr¨¦ Gomes, con un disparo que Umtiti desvi¨® a gol; y tambi¨¦n Xabi Prieto al cazar con el interior de la bota un centro lateral de Vela. Antes, bendita locura, Alc¨¢cer ya hab¨ªa hecho el tercero con un remate seco a pase, claro, de Messi. Un 3-2 al entreacto que no se daba en el Camp Nou desde 1952, cuando se midi¨® al D¨¦por.
No se amilan¨® la Real, pertinaz en su idea del toco y me voy, pero se le esfum¨® el ingenio en la zona de tres cuartos, quiz¨¢ porque el Bar?a tambi¨¦n equilibr¨® el ejercicio defensivo con el paso atr¨¢s de los volantes y las coberturas. Por lo que Eusebio movi¨® pieza al dar carrete a Canales en detrimento de Vela y recobr¨® su equipo el gobierno de la pelota, el juego vistoso que acorral¨® al Bar?a y que provoc¨® taquicardia del Camp Nou, como en esa pelota cruzada por Yuri que Willian no empal¨® de chiripa, o como ese despiste de Piqu¨¦ que Oyarzabal no supo convertir en chut. No le qued¨® otra a Luis Enrique que quitar a Andr¨¦ Gomes -de nuevo pitado- y poner a Iniesta ¡ªovacionado incluso por sus compa?eros sobre el c¨¦sped¡ª para que diera la pausa, un alivio ante el ataque al abordaje de la Real, que se subray¨® con un remate de Illarra desde el centro del campo que Ter Stegen desvi¨® a tiempo. Pero, esta vez s¨ª, lleg¨® la nana azulgrana y el Bar?a se reanima un poco antes de la exigente cita con la Juve. Aunque ante los italianos y con vistas a una remontada milagrosa, el duelo requerir¨¢ de una defensa mucho m¨¢s s¨®lida y un ataque m¨¢s constante.
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