?Por qu¨¦ es tan peligroso ir a ver f¨²tbol en Argentina?
Muertos y heridos, inseguridad, estadios chicos y antiguos generan un combo de alto riesgo para el espectador
La pasi¨®n argentina por excelencia contin¨²a con pron¨®stico reservado. El f¨²tbol argentino vivi¨® hace unos d¨ªas otro episodio de violencia extrema que dej¨® un muerto. Sucedi¨® en el estadio Mario Alberto Kempes de la ciudad de C¨®rdoba (a 700 kil¨®metros de Buenos Aires), cuando una horda de fan¨¢ticos de Belgrano golpe¨® a Emanuel Balbo por creerlo hincha de Talleres, el cl¨¢sico rival. Al joven de 22 a?os lo apalearon y tiraron de la tribuna y los golpes terminaron con su vida. El hecho conmocion¨® a la sociedad entera y el Gobierno Nacional orden¨® por decreto una serie de medidas para terminar con este mal end¨¦mico de Argentina: la violencia e inseguridad en el f¨²tbol. Un fen¨®meno que se ve en las tribunas pero arranca mucho antes: en autobuses destartalados que llevan a los hinchas colgando, violentos cuidacoches que integran o tienen lazos con la barra y extorsionan a los aficionados y miles de polic¨ªas apostados en interminables cacheos pero que no logran prevenir ni una gresca, muchas veces provocan a los espectadores en ingresos y salidas o se preocupan en mirar el partido o su m¨®vil y no las gradas.
El nuevo reglamento le permite al Estado ejercer la ¡°restricci¨®n de concurrencia administrativa¡± -llamado ¡°derecho de admisi¨®n¡± cuando era facultad de los clubes- que se aplicar¨¢ a toda persona que se encuentre condenada, procesada o con auto de elevaci¨®n a juicio por delitos cometidos en el marco de la ley del deporte, ya sea en Argentina o el exterior. Tambi¨¦n a aquellos que hayan cometido una contravenci¨®n. Los primeros perjudicados fueron Rafael Di Zeo, Mauro Mart¨ªn y otros ocho barras de Boca que son considerados la primera l¨ªnea de ¡°La 12¡±. Pero adem¨¢s, se establece un nuevo r¨¦gimen de control y venta de entradas para evitar la reventa, uno de los negocios del que se valen los violentos y la prohibici¨®n del ingreso de los menores de 16 a?os, a no ser que est¨¦n acompa?ados por un mayor. Estas medidas se suman a la prohibici¨®n de ingreso de p¨²blico visitante que rige desde junio de 2013, aunque tuvo una prueba piloto este a?o que s¨®lo dur¨® dos semanas sin ¨¦xito aparente.
Dami¨¢n Pussetto fue coordinador de la extinta Subsecretar¨ªa de Seguridad en el F¨²tbol entre 2003 y 2007. Pero adem¨¢s, es un hincha que sigue hace 45 a?os a su amado Independiente. Consultado acerca de esa prohibici¨®n, dice que aquella ¡°fue una medida de reconocimiento de que ni las autoridades est¨¢n capacitadas para dar seguridad, ni los estadios son aptos, ni la gente se relaciona con el deporte de un modo normal¡±, aunque aclara que ¡°ninguna medida aislada va a dar resultados en un terreno tan complejo. Al momento de prohibir fue admitir que el Estado no pod¨ªa y no quer¨ªa lidiar en cada guerra en cada partido. Hoy la situaci¨®n es peor todav¨ªa. Ante la mera presunci¨®n de que una persona era del equipo rival, los comunes -no los barras-, lo mataron. Somos una sociedad que se mata todo el tiempo. En el f¨²tbol o esperando que cambie la luz del sem¨¢foro¡±.
Natalia Romero, de 42 a?os, est¨¢ en la otra vereda. Es de Racing y lo sigue desde el a?o 1992, y tampoco acuerda con el regreso de los visitantes. ¡°Cuando lo implantaron no estaba de acuerdo porque estaba bueno cantarle al rival y que te canten¡±. Juan Valent¨ªn Palacio, hincha de Boca, no concuerda: ¡°No me parece que se haya logrado el objetivo. No cambi¨® nada y sinceramente, para m¨ª trajo m¨¢s problemas que soluciones, en especial por lo lucrativo que era para los equipos chicos que recib¨ªan grandes¡±. ¡°Ese episodio de matar al infiltrado se dio en varias ocasiones, s¨®lo que esta vez se film¨® y muri¨® la persona, pero hay muchos antecedentes y, parad¨®jicamente, en casi todos se descubri¨® que el supuesto esp¨ªa rival no lo era¡±, agrega Pussetto.
La barra de Racing es otra de las que est¨¢ en el ojo de la tormenta tras algunos enfrentamientos que buscan dirimir el reinado de la tribuna y Natalia fue una testigo involuntaria del duelo. ¡°Para m¨ª ir a Racing es muy c¨®modo, incluso siendo mujer y yendo sola. Hay seguridad aunque uno tiene que cuidarse bastante. El s¨¢bado, delante de m¨ª, cuando sal¨ªa despu¨¦s del partido agarraron a tres barras. Pude esquivar el operativo pero fue algo tenso. Igual nunca tengo problemas porque Racing es un ¨¢mbito muy familiar y siempre incluy¨® a las mujeres¡±.
La coerci¨®n de las barras bravas puede comenzar en la semana, en forma presencial o en las redes. Hace pocos d¨ªas, el plantel de Atlanta, club que milita en la tercera divisi¨®n, fue apretado en pleno entrenamiento por un grupo que le exigi¨® el pago de 100.000 pesos (6.400 d¨®lares) en concepto de resarcimiento por el magro presente del equipo. Pero el miedo tambi¨¦n es virtual. Muchas facciones utilizan foros partidarios o las mismas redes sociales para anunciar enfrentamientos en la tribuna, lugar donde dirimen el poder que les permite encabezar el crimen organizado que deja dividendos por venta de drogas, tr¨¢fico de influencias o, directamente, el hurto. Actividades que desde hace a?os pasan por el ancho ojo de la justicia y los dirigentes de muchos clubes, en clara connivencia con los violentos. Una situaci¨®n que parece ser el desaf¨ªo m¨¢s complejo para la nuevas autoridades ya sean gubernamentales como tambi¨¦n de la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino (AFA).
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