Berizzo, el so?ador y el sue?o
El entrenador del Celta enfila la semifinal europea antes de dirimir su continuidad en el club, para el que demanda medios que le ayuden a crecer a¨²n m¨¢s
Una pintada sobre un muro del Estadio El Teniente recuerda el paso de Eduardo Berizzo por Rancagua, localidad chilena 85 kil¨®metros al sur de Santiago. All¨ª se le retrata con el trofeo que identifica al club de la ciudad, el O¡¯Higgins, como campe¨®n del Apertura de 2013, un hito, el ¨²nico t¨ªtulo liguero de su historia. Al mural le acompa?a una frase del t¨¦cnico que les llev¨® a la cumbre, pronunciada justo al final del camino: ¡°Hay un d¨ªa en el que el so?ador y el sue?o se encuentran y ese d¨ªa es hoy¡±. Berizzo no concede entrevistas a los medios de comunicaci¨®n, pero cada una de sus comparecencias p¨²blicas tiene un valor enciclop¨¦dico. Did¨¢ctico, honesto en la cr¨ªtica y el elogio, el entrenador del Celta ha conseguido aislar a sus futbolistas del ruido externo y llevarlos al encuentro de lo impensado. ¡°Hace cuatro a?os est¨¢bamos en Segunda¡±, retrat¨® Iago Aspas sobre el c¨¦sped de Genk tras sellar el pase en la anterior eliminatoria de la Europa League.
El Celta est¨¢ a las puertas de una final europea a pesar del ruido que rodea al club. Le puede el f¨²tbol del equipo, su determinaci¨®n para elevarse sobre inversores chinos, obras mejorables, techos que vuelan, disputas palaciegas entre alcalde y presidente y hasta el anuncio de que el equipo se ir¨¢ a jugar a un municipio vecino, no se sabe cual. Se impone sobre tanta tramoya el sue?o, el mayor de sus 93 a?os de historia, sin que se sepa siquiera si Berizzo, al que le gusta renovar a?o a a?o, va a seguir en el club tras el pr¨®ximo 30 de junio. ¡°Hablaremos de eso tras el mes de abril¡±, hab¨ªa anunciado durante la temporada. Deber¨¢ aguardar algo m¨¢s, enfrascado como anda en buscarle las vueltas al Manchester United este jueves y edificar una ventaja que le lleve a la final de Estocolmo. ¡°El sue?o nos tiene que estimular a todos y la ciudad hace d¨ªas que lo vive¡±, diagnostica Berizzo, entregado a sus futbolistas -¡°me han convencido de que podemos hacer algo grande¡±-, pero que al tiempo no se olvida de exigirles en p¨²blico, de demandarles que no bajen la guardia. ¡°Nuestro buen momento colectivo nos hizo distanciarnos del buen momento individual de cada uno. Tenemos que quitarnos ese velo¡±, explic¨® tras perder el pasado domingo frente al Athletic.
Berizzo disecciona situaciones con singular cirug¨ªa y acostumbra a no fallar en el la elecci¨®n del verbo preciso, sabe que dirige un plantel que no est¨¢ confeccionado para pelear en tres frentes y sin embargo ha ido al encuentro de ese imposible. Otro sue?o, quiz¨¢s. Hay una ambici¨®n soterrada que justo ahora dejan entrever algunos jugadores. ¡°Desde el principio hemos cre¨ªdo que pod¨ªamos llegar a la final¡±, explica el delantero John Guidetti. Y se larva una sensaci¨®n de unidad, una creencia de que si el grupo se junta nada malo podr¨¢ suceder. Algunos de los futbolistas del equipo juegan juntos desde ni?os, del campo de tierra a desafiar al equipo m¨¢s rico del mundo. Sin complejos. ¡°Vamos a vivirlo juntos, a disfrutarlo unidos¡±, advierte Jonny, que ten¨ªa trece a?os cuando se puso la cruz de Santiago sobre el pecho.
¡°Este grupo ha crecido sin negociar su manera de jugar, siempre con la motivaci¨®n impresa¡±, resume Ernesto Marcucci, uno de los ayudantes de Berizzo. Tras ellos hay una historia de amistad, superaci¨®n y vocaci¨®n. Ambos forjaron su amistad cuando el f¨²tbol comenzaba a derivar de ilusi¨®n a profesi¨®n, pero solo Berizzo consigui¨® completar el paso. Marcucci tom¨® los libros, acab¨® los estudios de Derecho y empez¨® a ejercer como abogado. Nunca perdieron el contacto ni la pasi¨®n que les un¨ªa. Ya retirado, tras dar el paso a los banquillos y cuando ejerc¨ªa como segundo de Marcelo Bielsa en la selecci¨®n de Chile, Berizzo le enviaba grabaciones de partidos de la liga del pa¨ªs andino para que Marcucci los analizase y evaluase futbolistas. Cuando en febrero de 2011 a Berizzo le llamaron para dirigir a Estudiantes le plante¨® que cambiase de pleitos y Marcucci colg¨® la toga. Ocho meses despu¨¦s se fueron juntos a O?Higgins.
En realidad Berizzo tambi¨¦n iba para abogado. Lleg¨® a matricularse en la carrera, pero el f¨²tbol le despist¨® de los libros. Luego la vida y su talento acabaron de llevarle tras el bal¨®n. Top¨® con Marcelo Bielsa, del que se embebi¨® para desarrollar su propio ideario. ¡°Fui un afortunado porque conoc¨ª el laboratorio de sus ideas¡±, describe. En Vigo se siente lleno, pero anhela un proyecto que no se detenga, por alto que haya llegado. ¡°Vamos a centrarnos en los partidos ¨Capunta- pero mis intenciones son las de seguir en el Celta si escucho lo que necesito escuchar en lo deportivo y lo contractual. Tiene la prioridad absoluta sin comparar con otros equipos ni priorizar el dinero¡±. El desaf¨ªo del Manchester United, de resonar en Europa, marca un punto de inflexi¨®n en un club que adem¨¢s ha limpiado toda su deuda. Berizzo va a m¨¢s, sus jugadores tambi¨¦n. Ahora, alerta, le toca a la entidad: ¡°Quiero mi puesto de trabajo, pero m¨¢s quiero que el Celta siga creciendo, cuando llegu¨¦ dije que yo necesitaba m¨¢s al Celta que el Celta a m¨ª. Ahora quiz¨¢s le empat¨¦. Todos imaginamos hacer un equipo mejor¡±.
En Rancagua, Berizzo busc¨® un sue?o y tras encontrarlo parti¨® en busca de otro. El Celta debe decidir ahora si la historia se repite o le ofrece argumentos para buscar el siguiente sin salir de Vigo.
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