Alves, un exc¨¦ntrico en la sociedad m¨¢s cuerda
La audacia del brasile?o, definido como ¡°loco¡± por Chiellini, encaja en el motor de la Juventus
Dani es un loco¡±, dijo Giorgio Chiellini, la v¨ªspera de recibir al M¨®naco en Tur¨ªn.
El central de la Juventus no encontr¨® mejor calificativo para describir a Dani Alves, el compa?ero que desde el verano pasado altera el paisaje riguroso de su defensa y que en la ida de la semifinal revent¨® al M¨®naco con dos jugadas magistrales.
¡°?Siempre sonr¨ªe!¡±, argument¨® Chiellini, como dando fe de un hecho ins¨®lito.
El t¨¦rmino gesti¨®n, tan de moda ¨²ltimamente, pudo inventarse para explicar el modo en que se organiza la Juventus desde su fundaci¨®n secular. Respecto a sus grandes contrapartes de Europa el club de los Agnelli nunca se caracteriz¨® por un sentido est¨¦tico ni emocional del f¨²tbol. Destac¨®, en cambio, por ser la m¨¢s eficaz de las estructuras. La Juve no ha cambiado. Es una sociedad sobria y funcional cuyo equipo replica con exactitud las directrices sencillas que emanan de una filosof¨ªa industrial. La posesi¨®n del bal¨®n jam¨¢s fue una prioridad. Los partidos feos se convirtieron, naturalmente, en marca de la casa. Una marca que Alves critic¨® el 22 de noviembre pasado en Sevilla, contraviniendo la uniformidad gran¨ªtica del discurso oficial.
¡°Necesitamos controlar m¨¢s el bal¨®n; nos equivocamos jugando tantas veces en largo¡±, protest¨® el lateral.
Hace falta estar loco para cuestionar un modelo de ¨¦xito ancestral. Hace falta ser un bahiano acostumbrado al estilo del Bar?a durante ocho temporadas. El hombre sinti¨® el contraste turin¨¦s como un choque de civilizaciones. Sobre todo aquel 22 de noviembre. Esa noche, en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, la Juve sali¨® a jugar con un esquema y unos ejecutantes dignos de su historia: 4-5-1, con cuatro zagueros, dos laterales largos como falsos extremos, Khedira en el mediocentro y Mandzukic en punta. En media hora ¡ªhasta la expulsi¨®n de V¨¢zquez¡ª el Sevilla los barri¨®. Con uno m¨¢s, se metieron todos en su ¨¢rea. Solo se impusieron (1-3) cuando el ¨¢rbitro, el ingl¨¦s Clattemburg, les pit¨® un riguroso penalti a favor. Para Alves, el episodio fue casi vergonzoso. Para sus compa?eros, otra jornada en la factor¨ªa.
El fichaje de Alves por la Juventus es una paradoja y un ejemplo del acierto ejecutivo del club. A priori nada hac¨ªa suponer que un jugador brasile?o de 33 a?os, famoso por su desatenci¨®n de los deberes t¨¢cticos, pudiera encajar en el equipo m¨¢s tacticista de Europa. La realidad, sin embargo, indica que el sagaz administrador delegado, Beppe Marotta, tuvo raz¨®n el d¨ªa que justific¨® la contrataci¨®n: ¡°Alves har¨¢ la diferencia¡±.
El desajuste defensivo
La Juventus no pag¨® ni un euro por el traspaso porque Alves qued¨® libre. Pero la oportunidad no solo fue econ¨®mica. En el funcionamiento tantas veces r¨ªgido del equipo, la introducci¨®n de un elemento creativo se convirti¨® en imprescindible. El entrenador, Massimiliano Allegri, que comenz¨® situ¨¢ndolo como lateral en un 4-5-1, acab¨® cambiando el esquema a 4-2-3-1 y a 3-4-2-1 en funci¨®n de lo que le aportaba Alves. El brasile?o ha sido ada vez m¨¢s influyente. ¡°Alves nos ha dado experiencia internacional¡±, admiti¨® el t¨¦cnico ayer.
La compatibilidad de dos visiones tan arraigadas, eficaces y antag¨®nicas, sigue siendo un misterio. No se sabe si Alves asimil¨® las ideas de Allegri o si Allegri asimil¨® las ideas de Alves. El proceso debi¨® ser fatigoso. Allegri lo advirti¨® despu¨¦s del debut del brasile?o en la Serie A, contra la Fiorentina: ¡°?l debe comprender que en el primer tiempo cometi¨® descuidos que en el campeonato italiano se pagan caro. En el Barcelona se acostumbran a ganar por 5-0 o 3-0 y esto hace que un desajuste defensivo no sea tan importante. Pero en la serie A muchos partidos acaban 1-0¡±.
La fractura parcial de peron¨¦ que sufri¨® en diciembre pudo acabar con su carrera. No fe as¨ª. Despu¨¦s de un mes de baja, se afianz¨®. Quiz¨¢ resignado, en M¨®naco Allegri jug¨® con tres centrales y emple¨® a Alves como interior. El resultado desconcert¨® al M¨®naco.
¡°Para nuestra cultura parece un poco loco¡±, concluy¨® Chiellini; ¡°al principio parec¨ªa un cuerpo extra?o en el equipo. Pero t¨¦cnicamente est¨¢ a un nivel superior¡±.
Dani Alves es la prueba fehaciente. Los dirigentes de la Juve aciertan hasta cuando deciden contra su naturaleza.
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