50.000 pesetas por ganar un doblete

¡°El club ten¨ªa lavadero y nosotros una camiseta de recambio porque como siempre jug¨¢bamos en campos de barro pasados por lluvia, la blanca se manchaba. Lo malo era el bal¨®n: se mojaba y como era de cuero-cuero, en lugar de pesar dos kilos, pesaba cuatro. Los porteros no sacaban a medio campo porque no llegaban, no por alguna consigna¡­ Hoy el bal¨®n va de puerta a puerta y los campos son mesas de billar¡±, cuenta Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa, central del Real Madrid entre 1957-66. De la plantilla que en 1958 consigui¨® el doblete Liga y Copa de Europa, el ¨²ltimo que ha logrado el club, s¨®lo quedan vivos seis. Santamar¨ªa es uno de ellos.

La quinta Copa de Europa la celebramos con galletas y naranjada¡±

Acaba de llegar a casa del hospital tras una operaci¨®n de cadera. Pese a no poder moverse mucho todav¨ªa, no pierde el buen humor. Recibe a EL PA?S sentado en su escritorio de madera en un cuarto en el que se respira f¨²tbol. En las paredes hay colgadas camisetas antiguas (del Madrid, del Nacional de Montevideo, del Espanyol); una foto dedicada de Santiago Bernab¨¦u.

Hay medallas y r¨¦plicas de las Copas de Europa y de las Ligas en una cristalera cerrada con llave. Santamar¨ªa, uruguayo de padres espa?oles que emigraron en 1921, hoy tiene 87 a?os y bromea con el fot¨®grafo recordando c¨®mo en su ¨¦poca, debido a la tirantez econ¨®mica, algunos se pasaban de pillos. ¡°Nos sacaban fotos y sin pedirnos autorizaci¨®n las vend¨ªan en la calle¡±.

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Los futbolistas solteros ten¨ªan un sueldo de 3.500 pesetas y los casados de 5.000. Los solteros se juntaban a tomar el vermut despu¨¦s de los entrenamientos. Los casados se iban a casa. ¡°Yo era de ese grupo. Me esperaba mi se?ora¡±, dice. Cuando la familia se alarg¨® ¡ªtiene siete hijos¡ª,

Santamar¨ªa se compr¨® un Seat que pag¨® a plazos para poder llevar a los ni?os al cole. ¡°No hab¨ªa para pagar taxis todos los d¨ªas¡±. ?El premio por el doblete? ¡°50.000 pesetas. Entonces si ganabas un t¨ªtulo te daban 25.000 pesetas como extra. Con ese dinero no se pod¨ªa ir a muchos lados¡±, contesta. Era el Madrid de Bernab¨¦u, Di St¨¦fano, Gento, Rial y Kopa. El t¨¦cnico era Luis Carniglia. ¡°Hab¨ªa que morir en el campo ganando, y punto. Menudo car¨¢cter ten¨ªa¡­¡±.

La sede del club estaba en Cibeles. ¡°Para Bernab¨¦u el club era sagrado y eso nos transmit¨ªa. Cuando pasabas por la sede a buscar el correo y te dejabas una luz encendida te dec¨ªa: ¡®Oye, ap¨¢gala que tengo que pagar la tribuna que estoy haciendo¡±, cuenta Santamar¨ªa que ten¨ªa un truco para adivinar de qu¨¦ humor estaba el presidente. ¡°Fumaba puro y cuando lo masticaba es que ten¨ªa mala uva y algo hab¨ªa pasado¡­ Cuando le ve¨ªa masticar, me escabull¨ªa¡±, recuerda ri¨¦ndose. Recuerda tambi¨¦n la ¨²nica vez que fueron a ver a Franco. Fue despu¨¦s de que el Madrid ganara la quinta Copa de Europa. ¡°A Bernab¨¦u le prepararon un discurso. Se adelant¨® dos pasos y dijo: ¡®Excelencia, el Real Madrid es un club¡­¡¯. Se guard¨® el papel y dijo lo que quiso. Ten¨ªa chispa, era inteligent¨ªsimo¡±.

Mates con Di St¨¦fano

Buen amigo de Di St¨¦fano ¡ªfue padrino de uno de sus hijos¡ª Santamar¨ªa recuerda la intimidad en la que tomaban mate. ¡°Nunca en el vestuario. No quer¨ªamos llamar la atenci¨®n¡±.

El encuentro es una tarde de mediados de mayo, el Madrid acaba de ganar en Bala¨ªdos y va camino de conseguir la Liga. Santamar¨ªa ve los partidos por la tele y dice que se tensiona igual que cuando jugaba. Alto, con porte todav¨ªa de futbolista, pas¨® buena parte de su carrera entren¨¢ndose en el Bernab¨¦u. Hasta que el club construy¨® la ciudad deportiva en la Castellana. ¡°Como aquella zona no estaba tan edificada, ven¨ªa mucho fr¨ªo de la sierra en invierno. Un d¨ªa llegamos all¨ª y Mu?oz dijo: ¡®V¨¢monos para el Bernab¨¦u que aqu¨ª hace demasiado fr¨ªo¡±, cuenta. Los periodistas viajaban con la plantilla, eran pocos y las charlas amenas. ¡°Cuando ven¨ªamos de jugar en las provincias, algunos iban a comprar la prensa y las calificaciones se les notaban por las caras que pon¨ªan¡±, dice.

En 1958 el Madrid sac¨® diez puntos al Atl¨¦tico y gan¨® contra el Milan la Copa de Europa (la tercera) en el estadio Rey Balduino por 3-2. Gento marc¨® el gol de la victoria en la pr¨®rroga. Dice Santamar¨ªa que cuando se encuentra con el ahora presidente de honor del Madrid suelen hablar de todos menos de aquellos a?os. ¡°Nunca presumimos¡±.

Dos a?os despu¨¦s de aquel doblete, llegar¨ªa la quinta Copa de Europa. Fue en Hampden Park (7-3 al Eintracht). Y la celebraci¨®n fue sobria. ¡°El club organizaba un banquete y te daba una r¨¦plica del trofeo. Esa era la alegr¨ªa, junto con ver en la prensa: ¡®Madrid campe¨®n¡±, explica. ?Ni siquiera en el hotel se dejaron ir un poco? ¡°Quer¨ªamos salir, pero Bernab¨¦u hab¨ªa dejado dicho a los de seguridad que no saliera nadie. ¡®Ma?ana tenemos que llegar enteros a Madrid. Si haces mala vida y te tomas un trago dem¨¢s, llegas a Espa?a y haces el rid¨ªculo¡¯. Tuvimos que compinchar a dos morenos as¨ª de grandes para que nos trajeran galletitas y naranjada¡­ ese fue el festejo¡±, recuerda.

El Madrid est¨¢ ahora a un partido de repetir doblete. Han pasado 59 a?os desde el ¨²ltimo.?