Valent¨ªn y G¨®mez Noya: ¡°No competimos para tener reconocimiento¡±
La halter¨®fila y el triatleta, medallistas ol¨ªmpicos, reflexionan sobre su deporte y las dificultades que se han encontrado en su carrera
Lydia Valent¨ªn vive inmersa en una lucha burocr¨¢tica por reclamar las medallas de Pek¨ªn 2008 y Londres 2012 que el dopaje de sus rivales le birl¨®. Javier G¨®mez Noya no olvida su propia lucha burocr¨¢tica cuando le arrebataron la licencia para competir despu¨¦s de que le diagnosticaran una anomal¨ªa card¨ªaca. Ella, en halterofilia, y ¨¦l, en triatl¨®n, deportes que viven del aliento ol¨ªmpico, saben lo que es encontrarse con dificultades y superarlas. Valent¨ªn se colg¨® la medalla ol¨ªmpica de bronce en 2016 y pronto cree que podr¨ªa guardar en la vitrina las otras dos, junto a los tres t¨ªtulo europeos y el bronce mundial. Noya fue subcampe¨®n ol¨ªmpico en Londres y ha ganado cinco veces el campeonato del mundo. Cuando aun quedan tres a?os para la pr¨®xima cita ol¨ªmpica, ambos deportistas encuentran un hueco para la reflexi¨®n y la mirada al pasado y al futuro.?
Pregunta. ?C¨®mo vivieron esos momentos de dificultad?
Lydia Valent¨ªn: Una semana antes de ir a R¨ªo me dijeron que era la actual campeona ol¨ªmpica en Londres.
Javier G¨®mez Noya. Eso mentalmente tiene que ser...?
L. V. Te desubica.?Fue un poco raro, pero me dur¨® nada, el d¨ªa y ya est¨¢. Sabia que hab¨ªamos estado entrenando duramente durante tres a?os y pico para estar en R¨ªo y no me pod¨ªa quitar de mi mente el gran objetivo. Cuando me entero tengo sentimientos encontrados: felicidad, porque yo me fui sabiendo qui¨¦n era la campeona ol¨ªmpica.
J. G. N. ?Pero qu¨¦ rabia que no te lo valoraran en su momento!
L. V. Exacto. Y luego consigo la medalla en R¨ªo y todo es felicidad. Y a las dos semanas, cuando estaba de vacaciones en mi casa con mi familia, me llaman diciendo que tengo la medalla de plata de Pek¨ªn. Es como: ?Venga, esto es un cachondeo o c¨®mo va esto!
J. G. N. Tiene que ser muy raro. Yo me he puesto en esta situaci¨®n. Fui cuarto en 2008, y si me imagino ahora que me llega una medalla de Pek¨ªn no sabr¨ªa como reaccionar.
L. V. ?Sent¨ª rabia y felicidad. Esto es deporte y no quiero que me unan a ese tipo de pr¨¢cticas deportivas, a este tipo de deportes. Incluso porque creo que hay dos modelos de halterofilia: la halterofilia limpia, donde la gente es normal; y la halterofilia de pa¨ªses del este, que la gente tiene pintas raras.
J. G. N: Y vosotros sab¨¦is qui¨¦n va limpio?y qui¨¦n no.
L. V. Las chicas son dudosas, no se saben muy bien lo que son. Los chicos tienen m¨²sculos hasta en las pesta?as... Tengo mucha curiosidad por saber por qu¨¦ te quitaron la licencia. Eras tan joven, sin una base de ser campe¨®n mundial... No eras nadie.
J. G. N. Y eso es lo mas dif¨ªcil. En un control rutinario en el Consejo Superior de deportes, una doctora decide que por una v¨¢lvula en el coraz¨®n diferente no debo hacer deporte. Se me vino el mundo encima. Primero por preocupaci¨®n de mi propia salud y segundo porque todos mis sue?os desde peque?o se ve¨ªan truncados. Busqu¨¦ una segunda opini¨®n. Y la persona que me vio no opinaba lo mismo. Y seguimos buscando especialistas de prestigio mundial. Cuando tuvimos claro que pod¨ªa hace este deporte sin riesgo para mi salud decid¨ª luchar por ese derecho. Fue una batalla mas burocr¨¢tica que m¨¦dica. El asunto medico estaba muy claro. Estuve tiempo sin competir, sin licencia y eso fue complicado, sobre todo esas edades, 19-20 a?os, todo el futuro por delante. Pero es cuando me doy cuenta de que hacia esto porque me gustaba. Yo sal¨ªa a entrenar sin apenas objetivos, pero disfrutaba y trataba de superarme a mi mismo, mis tiempos, mis marcas. Cuando luego pude volver a competir, el hecho de estar en la l¨ªnea de salida ya era un premio, ya era una situaci¨®n fiesta.
L. V. Es realmente admirable. Lo m¨¢s f¨¢cil hubiera sido dedicarte a otra cosa.
J. G. N. Era injusta la situaci¨®n que estaba viviendo. Y luch¨¦ por eso.
P. ?Piensan que su deporte es solitario?
L. V. La halterofilia es un deporte solitario. Y yo me considero una deportista solitaria, porque creo que al final tienes que ser bastante ego¨ªsta.
J. G. N. Es solitario y a la vez no lo es. Yo tengo mi grupo de entrenamiento con m¨¢s gente pero tienes que ser capaz de mirarte a ti mismo y estar concentrado en lo que est¨¢s haciendo. Cuando sales a correr tienes que pensar en tu zancada, en correr bien t¨¦cnicamente...Y en eso puede ser solitario. Por mucho que en carrera tengas gente alrededor y te est¨¦n viendo al final eres t¨² contra todo.
L. V. ?T¨² entrenas con Mario [Mola]?
J. G. N. Con Mario alguna vez antes de las carreras, s¨ª. Se hace m¨¢s llevadero compartir el sufrimiento con otros.
L. V. ?Pero aporta? Porque tanta competencia...
J. G. N. S¨ª aporta, pero todo el mundo tiene que tener las cosas claras. Entrenamos con idea de mejorar, no estamos compitiendo. No voy a ganarte la ¨²ltima serie, ni a meterte el cuerpo ah¨ª para ganarte justo al final. Se trata de ayudarnos, una serie la tiro yo, la otra la tiras otro, y as¨ª.?Y no todo el mundo vale para eso.
P. ?Tiene la halterofilia y el triatl¨®n el reconocimiento que se merece?
L. V: Personalmente creo que es un deporte bastante desconocido en Espa?a y que obviamente no tiene reconocimiento ninguno. Pero yo no hago deporte para que se me reconozca, hago deporte porque me gusta.
J. G. N. Y yo viendo tu deporte desde fuera veo que lo est¨¢s dando a conocer y est¨¢s ayudando mucho, pero a un coste muy alto. Has tenido que ganar tres medallas ol¨ªmpicas en tres Juegos diferentes para darlo a conocer. Pero coincido contigo en que al final no haces esto ni por reconocimiento, ni por los premios. Lo haces porque te gusta. Si te lo reconocen, pues perfecto, y si no, lo voy a hacer igual.
P. ?Qu¨¦ sintieron en el podio ol¨ªmpico?
L. V. Siempre dije que fue una medalla de bronce que me supo a oro. Hab¨ªa pasado una lesi¨®n, no estaba totalmente recuperada y ten¨ªa menos marca de lo que yo hac¨ªa. Pero al final la consegu¨ª y la emoci¨®n fue incre¨ªble, con la familia vi¨¦ndome. Recuerdo muchos podio como el tuyo en Londres. Siempre que he visto a grandes deportistas ah¨ª es como: ¡°Yo quiero eso tambi¨¦n¡±.
J. G. N. Es inspirador verte a ti en el podio. Y si conoces a la persona todav¨ªa m¨¢s, porque lo sientes m¨¢s cercano, sabes que trabaja duro y todo lo que ha pasado. En mi caso me quit¨¦ la presi¨®n que ten¨ªa de tantos meses de preparaci¨®n. Recuerdo estar ah¨ª y que quer¨ªa que acabara pronto, poder estar con mi gente. Cuando acabas una carrera de ese nivel y est¨¢s en el podio, tienes demasiada gente a tu alrededor.
L. V. ?Y realmente c¨®mo acabas?
J. G. N. Destrozado.
L. V. Porque yo he visto a deportistas a rastras¡
J. G. N. Destrozado, en ese momento cuando cruzas la meta lo primero que quieres es parar. ?Despu¨¦s de tanta adrenalina y de quemar tanta energ¨ªa en competici¨®n, es todo demasiado ca¨®tico y lo que quieres es tranquilidad.
L. V. Y en ese momento debes estar superdesubicado...
J. G. N. Hubo un momento en Londres que nos metieron en una especie de habitaci¨®n cerrada a los tres del podio. Sales del estruendo de la gente de fuera y de repente estamos los tres, reventados, all¨ª sentados en una habitaci¨®n, y empezamos a hablar de la carrera. Estuvimos cinco minutos all¨ª en una situaci¨®n surrealista.
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