Maduro, evolucionado y convincente
Pase lo que pase hoy, mi sobrino Rafael no est¨¢ muy alejado de su mejor versi¨®n
A medida que han ido transcurriendo las jornadas de este Roland Garros 2017, y a medida que Rafael ha ido acumulando resultados m¨¢s bien contundentes ¡ªha ganado todos los partidos en tres sets¡ª, los periodistas enviados a Par¨ªs me han formulado repetidamente la misma pregunta: ?Es el Rafael Nadal del 2017 la mejor versi¨®n de s¨ª mismo? No lo s¨¦. No s¨¦ si mi sobrino ser¨ªa capaz, a d¨ªa de hoy, de encadenar 81 victorias consecutivas sobre tierra batida como lo hizo entre los a?os 2005 y 2007. Dif¨ªcil.
La reformulaci¨®n que se ha sucedido a continuaci¨®n es: ?Es el Roland Garros 2017 el mejor Roland Garros de Rafael Nadal? La prudencia pasa por esperar al resultado de la final. Si el resultado no es positivo para nosotros, no hay reflexi¨®n que valga. Si el resultado fuera el d¨¦cimo Grand Slam parisino en el palmar¨¦s de mi sobrino, deber¨ªamos compararlo con la contienda del a?o 2008 en Par¨ªs, cuando gan¨® todo el torneo de manera muy clara y venci¨® a Roger Federer en la final con el resultado de 6-1, 6-3, 6-0.
El de aquel a?o era un Rafael bastante m¨¢s joven y brioso, cuyo tenis manifestaba ciertas carencias t¨¦cnicas que superaba felizmente gracias a un juego basado en la impetuosidad, la intensidad y la fuerza mental.
Durante a?os, le estuve repitiendo a mi sobrino que, a medida que el paso del tiempo le fuera agazapando todas esas caracter¨ªsticas propias de su juventud, era inevitable compensar todo lo que fuera qued¨¢ndose por el camino. El desgaste f¨ªsico, la p¨¦rdida de frescura, el peso de la competici¨®n y de las expectativas ajenas y, sobre todo, de las propias, ten¨ªan que saldarse con unas mejoras que siguieran proporcionando solvencia.
Pasa en todos los ¨¢mbitos y pasa tambi¨¦n en la vida en general: el avance hacia la madurez supone el abandono de unos privilegios que tienen una fecha de caducidad. Es necesario aportar elementos nuevos. Y, a veces, es necesario algo sumamente complicado: aceptar que lo que nos ha servido en un momento dado deje ya de hacerlo. Rafael lo ha hecho y, hoy por hoy, con la inestimable ayuda de Francis Roig y Carlos Moy¨¤, ha mejorado t¨¦cnicamente casi todos sus golpes. Hoy estamos frente a un jugador mucho m¨¢s maduro y convincente.
Si en el a?o 2008 mi sobrino era un jugador en formaci¨®n, en la actualidad podemos considerar que las caracter¨ªsticas de su juego est¨¢n t¨¦cnicamente perfeccionadas. Ya no necesita basar tanto su juego en su f¨ªsico.
Con todo esto en mente, sabiendo que est¨¢ logrando la evoluci¨®n perseguida, sigo, en estos momentos, con la incertidumbre de ese resultado final que nos permitir¨¢ valorar todos los datos; sin embargo, y pase lo que pase hoy, mi sobrino no est¨¢ muy alejado de la mejor versi¨®n de s¨ª mismo. Casi no me caben dudas.
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