Del campo atr¨¢s del Madrid, al paso adelante del Valencia
El m¨¦rito de los taronja es doble: rompe el duopolio y se sobrepone a dos grandes reveses esta temporada con un juego maravilloso
El lustro triunfal del Real Madrid, los peligrosos estertores del Barcelona y la competitividad del Baskonia no hacen sino enaltecer el t¨ªtulo del Valencia. Es el primero de 30 a?os dedicados tozudamente a perseguir la corona de un baloncesto espa?ol monopolizado, ya se sabe, por el Real Madrid y el Barcelona, que se hab¨ªan repartido 51 de las 60 Ligas disputadas. El Valencia merode¨® muchas veces en los puestos de podio, gan¨® una Copa y tres t¨ªtulos europeos de segundo rango, pero el m¨¢s deseado, el de Liga, se hizo esperar lo suyo. 30 a?os, una sucesi¨®n de expectativas fallidas que le engancharon la etiqueta de equipo perdedor a medida que se acercaba a las ocasiones grandes de verdad.
Por eso, las dur¨ªsimas derrotas de esta temporada se hicieron doblemente duras para la afici¨®n taronja: la de la final de la Copa del Rey, tambi¨¦n ante el Madrid (97-95), y sobre todo la de la final de la Eurocup ante el Unicaja (58-63), en un partido en el que su equipo sufri¨® un inexplicable apag¨®n cuando dominaba por 13 puntos y faltaban solo nueve minutos para la conclusi¨®n.
El ¨²ltimo salto, el que separa a los ganadores de los perdedores, el que llev¨® a la cumbre del Everest en la Fonteta, fue precioso. Encumbr¨® a un entrenador de toda la vida, Pedro Mart¨ªnez, el mismo que a sus 28 a?os debut¨® en el banquillo del Joventut con la misma idea b¨¢sica que ha llevado a cabo 27 a?os despu¨¦s: ¡°Que el talento de los jugadores aflore y prevalezca¡±. Y as¨ª ha sido. Su equipo ha brindado una de las m¨¢s extraordinarias exhibiciones que se recuerdan tanto en el duelo definitivo como en los 11 de playoffs que ha tenido que disputar para coronarse.
El salto adelante del Valencia coincide con lo que alg¨²n guas¨®n definir¨¢ como el campo atr¨¢s del Madrid, recordando la c¨¦lebre jugada de Llull que se tragaron los ¨¢rbitros en los cuartos de final de la Copa ante el Andorra. Es de caj¨®n: de ganar a quedarse en la orilla, es un paso atr¨¢s. Otra cosa muy diferente es ponerle fecha de caducidad a un equipo o a determinados jugadores. Nadal y Federer acaban de evidenciar lo dif¨ªcil que resulta poner un tope a un deportista de ¨¦lite. Se tiende a multiplicar por dos, por tres, por cuatro el efecto de cada derrota a medida que un deportista cumple 32, 33, 34 a?os. Algunos de los mejores jugadores de baloncesto admiten que deben mitigar los dolores de sus articulaciones tomando Voltaren como si fuera Cola-Cao, caso de Rudy Fern¨¢ndez y Juan Carlos Navarro. Pero el ejemplo de las dos estrellas del tenis mundial demuestra la conveniencia de no prejuzgar la aportaci¨®n de un deportista ci?¨¦ndose a la edad como factor determinante. La longevidad es un factor muy desigual y tanto m¨¢s dif¨ªcil de medir cuando en el caso de los equipos que marcan una ¨¦poca. Es el caso del Real Madrid.
Esta temporada ha tenido que conformarse con la Copa, pero aun as¨ª puede presumir de la hegemon¨ªa que le otorgan sus tres t¨ªtulos en las ¨²ltimas cuatro Ligas, el t¨ªtulo y las tres finales a las que ha llegado en las ¨²ltimas cinco Euroligas y los cinco t¨ªtulos que se ha llevado en las seis ¨²ltimas Copas. En ese contexto, solo Pablo Laso debe saber hasta cu¨¢ndo puede exprimir a Felipe Reyes, con 37 a?os, Jaycee Carroll, con 34, incluso Rudy Fern¨¢ndez y Maciulis, ambos con 32, despu¨¦s de haber desaparecido ya la inc¨®gnita de Nocioni, que a sus 37 a?os ha preferido despedirse por anticipado. Laso sabr¨¢ los ingredientes, las proporciones y c¨®mo agitar la coctelera. Otra cosa es que el recital del Valencia haya abierto el apetito tanto del Barcelona como del Real Madrid, que seguro que ahora codician jugadores como Vives, San Emeterio, Sastre, Oriola, Diot, Dubljevic, Sikma¡ pr¨¢cticamente todos los del equipo que honr¨® el juego y se hizo admirar con independencia de los colores de quien gozara de semejante espect¨¢culo.
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