¡°Pesadilla americana¡±
Ninguna de las 201 personas deportadas, de acuerdo con la Canciller¨ªa colombiana, tiene antecedentes penales ni ¨®rdenes de captura. Es decir, a diferencia de lo que dijo Trump, no son criminales
Despu¨¦s de horas de v¨¦rtigo, un avi¨®n en el aire devuelto a Estados Unidos, una crisis diplom¨¢tica desatada en X a las 3 de la madrugada e incertidumbre nacional y econ¨®mica, aterrizaron en Bogot¨¢ los colombianos deportados por Donald Trump. Sus historias confirmaban lo que siempre se ha sabido y que denunciaba el presidente Gustavo Petro: que los migrantes reciben trato indigno en ese proceso de deportaci¨®n, que son esposados de pies y manos en los desplazamientos y tratados como delincuentes, aunque se ha confirmado por las autoridades colombianas, ninguna de las 201 personas deportadas tiene antecedentes penales ni ¨®rdenes de captura. Es decir, a diferencia de lo que dijo Trump, no son criminales.
?Lamentablemente no era la primera vez que los deportados llegaban en esas condiciones. Durante 2024, seg¨²n cifras de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en ingl¨¦s) Colombia acept¨® 124 vuelos y, de acuerdo con Migraci¨®n Colombia llegaron con 14.226 colombianos deportados. No lo hac¨ªan en aviones militares como ahora bajo Trump, pero s¨ª ven¨ªan esposados. Por eso fue sorpresivo que, mientras los colombianos dorm¨ªan, Petro decidiera literalmente al vuelo, inadmitir el aterrizaje que su Gobierno hab¨ªa autorizado previamente. Petro, como Milei, Bukele o Trump, que parecen los presidentes del universo de Elon Musk, comunic¨® su decisi¨®n a trav¨¦s de X y sin consultar a su equipo.
?La imagen de lo que ocurri¨® con los deportados brasile?os esposados, cuyo Gobierno envi¨® una nota de protesta, hizo que Petro tomara la decisi¨®n que termin¨® por alimentar el espect¨¢culo de Trump. En el aire, los deportados no se enteraban de la crisis diplom¨¢tica que comenzaba: solo supieron que el avi¨®n debi¨® desviarse y aterrizar¨ªa en Texas, donde esperaron hasta el martes.
?La decisi¨®n puso a Petro en el frente de batalla de las agresiones de Trump contra Am¨¦rica Latina y a Colombia como conejillo del presidente norteamericano para mostrar lo que podr¨ªa pasar a otros pa¨ªses que osaran desafiarlo. La retaliaci¨®n de Trump entonces hizo llover yunques con una rapidez inusitada sobre un pa¨ªs cuya econom¨ªa depende en su mayor¨ªa de la estadounidense - en 2023 fue el destino del 27% de sus exportaciones, y la fuente del 26% de las importaciones. La amenaza lleg¨® por la v¨ªa de las visas congeladas y el aumento de los aranceles a los productos colombianos, entre otras medidas.
?Sin embargo, la crisis que causaba traumatismos internos y zozobra por su efecto en la econom¨ªa le permit¨ªa a Petro mostrarse como un l¨ªder regional anti Trump, aunque a juzgar por el desenlace, su primera apuesta pudo salir muy mal. Mientras Petro segu¨ªa respondiendo al presidente estadounidense por X, con una larga perorata en la que se autodenominaba el ¨²ltimo Aureliano Buend¨ªa, la diplomacia hac¨ªa su trabajo para eclipsar la crisis. Despu¨¦s de horas de reuniones y llamadas a excancilleres, expresidentes y senadores en Colombia y en Estados Unidos, el Gobierno de Colombia acept¨® recibir a los deportados, pero en vuelos propios.
?La Casa Blanca se lo adjudic¨® como un ¨¦xito y aprovech¨® para recalcar que ¡°Colombia hab¨ªa aceptado todas las condiciones¡± impuestas por Trump y que retiraba las sanciones, al menos por ahora; mientras que Petro logr¨® que los deportados volvieran en aviones de la fuerza aeroespacial colombiana, sin esposas, y con dignidad.
?Aunque se ha dado por terminada, la crisis se ve lejos de apaciguar. Trump, fiel a su estilo ha seguido insuflando que los migrantes son delincuentes, y la chispa que encendi¨® a Petro y otros mandatarios puede volver a estallar en cualquier momento. Para los deportados y para Am¨¦rica Latina, esta es ¡°la pesadilla americana¡±.
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