Nueva Zelanda gana a Estados Unidos las dos primeras regatas de la Copa del Am¨¦rica
Peter Burling destroza a Jim Spithill en las salidas y las ce?ida, el punto fuerte de los defensores del trofeo
Los cuatro a?os han pasado, por fin, gritan en Nueva Zelanda, donde la vela es casi como el rugby, el deporte nacional; ha llegado la hora de la revancha, que tiene sabor a victoria, como ocurre en Bermudas el s¨¢bado, donde las dos primeras regatas les dieron motivos para celebrar. Hablan de la 35? Copa del Am¨¦rica. Es un match race (mano a mano) entre el defensor, Estados Unidos, y el desafiante, la Nueva Zelanda de los marinos en bicicleta, que se llevar¨¢ el primero que llegue a siete victorias. Nueva Zelanda necesita ocho, pues parte con -1 (Estados Unidos cuenta con un punto de m¨¢s al imponerse en la liguilla previa). Solo le faltan seis para borrar la verg¨¹enza de San Francisco 2013.
A Jimmy Spithill, el timonel del Oracle, le llaman Jimmy Pitbull por su agresividad cercana a la violencia, y su aire de superioridad, a la hora de guiar su catamar¨¢n, y tambi¨¦n por otras razones. Una de ellas qued¨® reflejada el viernes en su Instagram en forma de dibujo caricaturesco: un ¨¢guila feroz, de enorme y afilado pico, y garras despiadadas, y con los colores y las estrellas de la bandera de Estados Unidos en sus alas, se lanza en picado sobre un desvalido y tierno pollito de kiwi en bicicleta aterrorizado. Pero tanto es el peso del recuerdo de lo ocurrido en San Francisco en 2013, que tal muestra de superioridad casi insultante ni ha aumentado el caudal de odio que ya guardaba la Nueva Zelanda del pobre kiwi al marino australiano que gu¨ªa el barco estadounidense que defiende la Copa del Am¨¦rica. Fue el mismo Jimmy Pitbull la mano que guio el tim¨®n del catamar¨¢n que provoc¨® la mayor verg¨¹enza sufrida por Nueva Zelanda en la competici¨®n m¨¢s antigua del mundo. La Copa del Am¨¦rica se disputa desde 1851, pero hasta 2013, su 34? edici¨®n no sucedi¨® que un barco que perd¨ªa en la final por 8-1 (y ganaba el primero que llegara a nueve) ganara por 9-8. El autor de la remontada fue Spithill con su Oracle; el remontado fue la Nueva Zelanda de Dean Barker, un timonel tan sangu¨ªneo como Spithill pero sin su sangre fr¨ªa a la hora de navegar.
Spithill sigue (e intentar¨¢ en Bermudas su tercera Copa del Am¨¦rica consecutiva tras la victoria de Valencia 2010, en la que, con 31 a?os, se convirti¨® en el timonel m¨¢s joven que guiaba un barco (un inmenso trimar¨¢n entonces) a la victoria. A Barker le ha sustituido un novato llamado Peter Burling, un marino fr¨ªo a la rueda, tan fr¨ªo y tranquilo como pueda transmitir su calma en el tim¨®n, su cara tan blanca por las espesas capas de crema de protecci¨®n solar que se aplica, o los ojos que gui?a inevitablemente cuando le entrevistan sin gafas. Si a Spithill le han salido los dientes en regatas match race (a los 20 a?os ya particip¨® en su primera Copa del Am¨¦rica), donde la l¨ªnea m¨¢s veloz entre dos puntos no es la recta sino el zigzag, Burling, otro ni?o prodigio capaz de ver el viento, no solo de olerlo o sentirlo, proviene de las regatas de flota. A los 21 a?os fue subcampe¨®n ol¨ªmpico de la clase 49er en Londres y cuatro a?os despu¨¦s, cuando ya hab¨ªa sido elegido para guiar la rueda en la Copa del Am¨¦rica, gan¨® el oro en R¨ªo.
Demasiado tierno (el pollito kiwi) para el afilado Jimmy Pitbull (el ¨¢guila), que se lo comer¨¢ en las salidas, su especialidad, dec¨ªan los expertos, que se equivocaron, visto lo que ocurri¨® el s¨¢bado en Bermudas. En la primera regata, Burling no mordi¨® el cebo que le tendi¨® Spithill en las maniobras previas a la salida lanzada, las que permiten entrar en acci¨®n con mejor viento, mejor ¨¢ngulo y mayor velocidad, y forz¨® a Estados Unidos a precipitarse y a una penalizaci¨®n que marc¨® la prueba. En la segunda, Spithill persigui¨® agresivo a Burling, quien mantuvo la calma y logro salir antes de nuevo, y tambi¨¦n en la quinta puerta, donde fren¨® la recuperaci¨®n norteamericana y forz¨® a Spithill a una ce?ida horrorosa en la que perdi¨® la carrera. El kiwi fue, finalmente, m¨¢s feroz y h¨¢bil que el ¨¢guila. Y su barco, con vientos inferiores a los 10 nudos, vol¨® m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.